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Mostrando entradas de febrero, 2011

“Servir a los demás crea comunión”

Génesis 18, 1-10 Yavé se presentó a Abraham como se nos presenta a nosotros, sobre todo en las horas más difíciles, de dificultades, de la muerte de un ser querido, o de la toma de decisiones, o de opciones fundamentales de Vida. ¡Qué bueno es eso! Y lo mejor sería darnos cuenta de su presencia, disfrutar de su compañía, dialogando con Él y decirle como Abraham ¡Señor mío, si me haces el favor de pasar por aquí, ¡Detente! No pases de largo! No pases de largo porque te necesito, yo sin tu Espíritu no sé tomar decisiones certeras, permíteme que como Jesús tu hijo amado, de no hacer nada sin consultarte. No pases de largo porque a pesar de tu presencia, yo seguiría igual, no habría cambios en mi vida y yo quiero transformarme en Jesús. Señor quédate este día, para que me enseñes como Abraham a tener mirada de fe, que al verte reconoce tu presencia inmediatamente ¿Por qué? Porque tú le eras familiar, eras su amigo a quien no le ocultas nada, ni él a Ti Regálame también el ver en mis h

Confiemos en la Divina Providencia

Las lecturas hoy nos advierten de la inconveniencia del apego a las riquezas y también nos hablan de la Divina Providencia, ese cuidado que Dios da a sus creaturas. Y podemos ver en estas lecturas de hoy dos aspectos de este cuidado amoroso de Dios: confianza en la Divina Providencia en cuanto a nuestras necesidades materiales y confianza también en cuanto a lo que nos depara el futuro. Sobre el apego a las riquezas Jesús nos da una imagen sacada de la esclavitud de aquel entonces. Nos dice que quien pretenda servir a dos amos se va a ver en dificultades, pues por tratar de obedecer a uno, descuidaría al otro. Y con esta comparación pasa a darnos la idea: no se puede servir a Dios y al dinero (Mt. 6, 24). Jesús usa la palabra servir. No quiere decir que no haya que tener bienes materiales y que no haya que procurarlos. Bien indica el servir que usa el texto, que se está refiriendo el Señor a ser esclavos del dinero, o sea, a dejar que el dinero nos domine. Cuando el dinero se convie

“Somos el templo de Dios”

1 Corintios 3, 10-17 Gracias Señor, por ser tú mi lote que me ha tocado en suerte, mi campo, mi heredad ¡Qué hermoso lote1 y sobre él has construido mi vida que es el templo donde tú habitas. Tú nos has hecho a tu imagen y semejanza: eres Amor, y nosotros somos de tu raza, de tu sangre, de tu linaje, (hechos 17, 28) por lo tanto somos sagrados por eso somos tu templo. Tú, no quieres un templo hecho por manos de hombres ¿Por qué, quién podría hacerlo según tu querer? .Tú mismo has querido hacer de nuestro cuerpo tu templo, y pusiste en ese templo un solo Amor inmortal, para que nos reconocieran realmente que somos de tu raza. Gracias Señor, porque me hiciste habitable, donde puedes estar a tus anchas, y estás cómodo cuando amamos más y más a nuestros hermanos, hasta que todos los seres humanos seamos una sola familia. El fundamento ya lo puso Cristo Jesús, con su sangre (Ef. 2,13) unió a todos los hombres en uno sólo, sin discriminación alguna, porque todos los hombres somos templo

El Espíritu sabe las profundidades de Dios

La cita para orar hoy es 1 Corintios 2, 6-12 La Trinidad ha querido hacer de nosotros su morada. Descubre y abre los ojos de que ellos estan en ti! Es el regalo mas grande que podemos tener de que todo un Dios haya querido quedarse entre nosotros y esto es posible a travez del Espiritu Santo. El Espiritu Santo es el iman, el cupido el que nos une en la profundidad de la Trinidad. Es por el Espiritu Santo que podemos captar, palpar y experimentar la gracia y la presencia de la Trinidad. Por eso dice la escritura: “Lo que el ojo no vio, ni oído oyó, ni por mente humana han pasado las cosas que a Dios ha preparado para los que lo aman.” La experiencia espiritual es un Don y un regalo que nos viene de Dios lo que nosotros tenemos que hacer es despertar a su presencia. Dice la palabra que el Espiritu Santo escudriña todo hasta las profundidades de Dios y este mismo Espiritu conoce de nosotros lo mas profundo de nuestro corazón. Por eso, por medio del Espiritu Santo llegamos a entrar al

Destinados a dar fruto abundante y duradero

“Ya no les llamo servidores, porque un servidor no sabe lo que hace su patrón. Los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi Padre. Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo quien los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den fruto y ese fruto permanezca. Así es como el Padre les concederá todo lo que le pidan en mi Nombre” Jn 15,15-16 Señor, mi Dios, te quiero dar gracias por el regalo de la oración, por el diálogo, por este encuentro de amor y amistad sincero, personal, en que me enseñas, me haces sentirme en confianza contigo, me haces sentirme muy amada, elegida para permanecer en ti y para dar fruto abundante y duradero. En esta semana nos invitaban   a reavivar la fe, permaneciendo en su amor, en su trato, en su mirada, viviendo de cara al Señor. Y a mí me ayudaba mucho sentirme elegida por el Señor, saberme ligada a Él, por el amor que me tiene. Me sentía como su ciudad a la cual Él asentó sobre un monte, porque al elegirme no miró solamen

Es como un árbol fuerte en el que muchos pájaros se van a posar

(Mt 13,31-33) Cuando oraba esta Palabra me traía a la mente, el gran movimiento que provocó Jesús con su Encarnación, Él es el promotor de esta aventura por decir así, o este desafío de expandir el Amor, cuando pienso en el Amor, es como sumergirse en un inmenso mar, no sé cuál es la experiencia que tengan con el mar, pero para mí, es lo máximo, es disfrutar libre, nadar a tus anchas, hacerte el muertito y sentirte a la vez el rey de la creación, dueño del mundo y a la vez el ser más pequeñito a merced de las olas, de caer en la profundidad. Es delicioso sumergirse en el Amor de Dios, sentirse libre de todo y de todos, disfrutar de su amor y sentirnos que en sus brazos somos reyes de la creación, porque su delicia es estar con nosotros y a la vez ante tanta hermosura, ante tanto amor, ante tanta Santidad, sentirnos unos seres tan pequeñitos, frágiles, pecadores, vulnerables. Pero lo que quiere Jesús, que sintamos hoy es su gran amor, sumergirnos en su Palabra y ver que este Reino q

Aquél que cumple la palabra de Cristo el Amor de Dios ha llegado a su plenitud

(Lev 19, 1-2. 17-18); (1 Cor 3, 16-23); (Mt 5, 38-48): Las lecturas de hoy nos hablan del llamado de Dios a todos los seres humanos a que seamos santos, porque El es Santo. Quiere decir que, si hemos de ser cristianos, debemos imitarlo a Él. Y esa imitación es principalmente en su santidad. La santidad no es sólo para los Papas, los Sacerdotes y para los Santos que han sido reconocidos por la Iglesia –los Santos canonizados. La santidad es para todos: hombres y mujeres, niños y adultos, jóvenes y viejos. Todos estamos llamados a ser santos. Sorprende que ese llamado a la santidad no es sólo hecho por Jesús en el Nuevo Testamento, sino que nos viene desde mucho más atrás. La Primera Lectura es del Levítico, el tercer libro del Antiguo Testamento. Veamos: Dijo el Señor a Moisés: "Habla a la asamblea de los hijos de Israel y diles: 'Sean santos, porque Yo, el Señor, soy santo”. (Lev 19, 1-2) Aquí Dios ordena a Moisés que le hable a toda la asamblea, donde estaba todo el pue

Ustedes son la sal de la tierra y la luz del mundo

(Mt 5,13-16) Todos somos buscadores del Amor. Lo buscamos desde que nacemos hasta que mori-mos, desde que amanece hasta que vuelve a amanecer. Día y noche buscamos a ese Tú para el que está hecho nuestro corazón. Pero lo buscamos para tener una referencia de cómo caminar por esta vida nueva a que nos invitas, a vivir de tu Vida y de tu Amor que está en tu Palabra. Por eso te busco para que estés cerca de mí, que me circundas con tu presen¬cia, que me hagas escu¬char tu voz, cono¬cer tu bondad y que dé esta¬bi¬lidad y seguridad a mi vida. La sal y la luz de mi vida es cada encuentro contigo. Cada vez que Tú, mi Dios, eterno bus¬cador, te estrellas contra mí, alcanzándome, lle¬nas de luz mi camino, partes en dos mi destino, marcas mi vida y divides mi historia en un antes y un después o sin ti no puedo seguir mi vida. Y cuando respondo a tu llamado me llamas a ser la sal de la tierra, ¿Qué es la sal? La que pone la sazón a los alimentos, cuando vemos a una mujer u hombre que camina