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Mostrando entradas de mayo, 2010

Orando con María

“Recibirán la Fuerza del Espiritu Santo cuando venga sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea. En Samaría y hasta los extremos de la tierra”. Hechos, 1,8 Todos ellos perseveraban juntos en la oración en companía de algunas mujeres, de María la Madre de Jesús y de sus hermanos. Hechos 1,14 Queridos hermanos hoy dia, La Palabra nos habla de la oración, pero acompanados de María, y desde Dios veia un detalle muy importante: La Perseverancia . Todos ellos perseveraban en la oración, pero no individualmente, sino que lo hacian juntos ...Y porque perseveraban? Qué los motivaba? Habian recibido “Instrucciones de Jesus, “de que no se alejaran de Jerusalén” porque iban a recibir lo que el Padre habia prometido....les dijo: “Ustedes seran bautizados en el Espiritu Santos dentro de pocos dias” Ellos, los elegidos de Jesús, llamados a a formar la Iglesia, tenian que pasar por un Bautismo, pero no con Agua sino con El Espíritu de Dios. La Iglesia naciente no te

“Han sido unidos al único Esposo, Cristo”

Estamos a punto de terminar el tiempo pascual, con la fiesta de pentecostés; por ello se nos invita a perseverar e intensificar en la oración, ya que sólo un corazón vigilante puede acoger la gracia de Dios que se ofrece a raudales y en cada instante de nuestra vida. Ayer celebrábamos la fiesta de la ascensión del Señor, en la que Jesús sube a los cielos y se va dejándonos una promesa: “El mismo que han visto partir delante de ustedes volverá”(Hechos 1,11). Yo reparaba en lo fuerte de estas palabras y reconocía que muchas veces vivo como si no las hubiera escuchado, el señor Volverá y hemos de estar preparados para su venida. Ahora mismo mientras recordaba esto le decía al Señor: “Ay que ver Jesús, como muchas veces nos vivimos en lo inmediato de la vida, en nuestras urgencias de cada día en nuestras preocupaciones y olvidamos señor que hemos de vivir la vida aguardando tu venida, tú vas a venir, Señor, y yo reconozco que en la práctica tengo poca conciencia de ello”. Frente esto, esc

LAS PRIMERAS COMUNIDADES

La Primera Comunidad Hechos 4, 32-37 En el Libro de los Hechos de los Apóstoles, que leemos de manera privilegiada a lo largo de toda la Pascua, podemos confrontarnos en verdad las comunidades cristianas de todos los tiempos. Como a manera de espejo podemos descubrir que en nuestras comunidades se refleja el proyecto originario de Dios que Dios Padre quiere para los seguidores de su Hijo. Hoy tenemos un pasaje que se puede considerar como un resumen de lo que era la vida de aquella primera comunidad: prodigios por parte de los apóstoles, reuniones de los creyentes, crecimiento misionero de la comunidad. Todos estos elementos deberían estar presentes en nuestras comunidades hoy en día, incluso, de manera más evidente. La alegría de escuchar la Palabra de Dios, el deseo de proclamar con labios y con la vida que el Señor está Resucitado. Todo lo anterior configura a una verdadera comunidad creyente. Descubrir en su Palabra, cómo el seguimiento de Cristo sólo se puede realizar e

EL MANDAMIENTO DEL AMOR

El Mandamiento del Amor Lucas 10, 25-28 «Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?» 2 Jesús le dijo: «¿Qué está escrito en la Escritura? ¿Qué lees en ella?» El hombre contestó: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y amarás a tu prójimo como a ti mismo.» Jesús le dijo: «¡Excelente respuesta! Haz eso y vivirás.» "Mi alma se ha empleado, y todo mi caudal en su servicio. Ya no guardo ganado, ni ya tengo otro oficio, que ya sólo en AMAR es mi ejercicio". (S. Juan de la Cruz). Las razones propuestas para amar, me impulsan, Dios-Amor a hacerte otra pregunta: ¿Cómo amar? ¿Cómo amarte a Ti y cómo amar al prójimo? (Lc 10,27-28). La indisoluble unidad entre el primer y segundo mandamiento está a la base de tu enseñanza y tu práctica de vida, Jesús, concretada en cuatro grados de amor al prójimo: Ama al prójimo como a ti mismo (Lc 10,27; Lv 19,18). Ama al prójimo como a Jesús (Mt 25,40). Ama al pr

El testamento del Amor

EL TESTAMENTO DEL AMOR Juan 15,1-17 Querida Trinidad, hoy quiero comenzar esta oración, diciéndote que tu testamento, Tú, lo has dejado inmerso en nuestro ser (Gén1,26) porque cuando nos hiciste, lo hiciste a tu imagen y semejanza y si Tú, eres AMOR, ( 1 Juan 4,8) Dios es amor; nosotros en esencia somos Amor. ¡Qué ideal tan grande, nos propones! ¡Qué sueño el tuyo! Con razón muchos dicen que para tener tan grande meta, debes de ser un loco de presumir que el hombre, sea Amor como tú, realmente tu eres grande y bueno, quieres que seamos como tú. Compartir la vida con Jesús Resucitado nos hace estrenar una Vida nueva, con mayús¬culas: su misma Vida eterna que es Amor. Uni¬dos a El, nuestro Buen Amigo, que se hace Pas¬tor y pasto, vamos transformándonos en El. Con la imagen de la vid y los sarmientos so¬mos invitados a vivir en estrecha comunión con nuestro Maestro para dar el único fruto que permanece: el Amor de COMUNION con todos sin excepción (Jn 15,1 17). Vivimos inmersos e

Brille tu luz ante los hombres

“Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos.” Mateo 5,15-16 Esta mañana le daba gracias al Señor por la vida, por este amanecer, por despertarme y darme cuenta que en mi, ¡hay vida!, le daba gracias porque cada mañana me despierta como a su discípula, me hace buscarle, desearle...que lo primero que haga es tomar la Biblia; antes que nada, mis manos se dirigen hacia la Luz, a buscarle en su Palabra, porque le digo” “Señor como podria vivir hoy dia si tu no me das la Luz, si no me dices como tengo que vivir ahora, si no me corriges, si no me sacas de mis oscuridades, como podré ser luz para mi familia, para aquellos con los que me relacione? El llamado de Dios esta mañana es muy fuerte: “Ustedes son la luz del mundo: Como se puede esconder una ciudad asent

Brille tu luz ante los hombre

Brille tu luz ante los hombres para que glorifiquen a Dios. “Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos.” Mateo 5,15-16 Esta mañana le daba gracias al Señor por la vida, por este amanecer, por despertarme y darme cuenta que en mi, ¡hay vida!, le daba gracias porque cada mañana me despierta como a su discípula, me hace buscarle, desearle...que lo primero que haga es tomar la Biblia; antes que nada, mis manos se dirigen hacia la Luz, a buscarle en su Palabra, porque le digo” “Señor como podria vivir hoy dia si tu no me das la Luz, si no me dices como tengo que vivir ahora, si no me corriges, si no me sacas de mis oscuridades, como podré ser luz para mi familia, para aquellos con los que me relacione? El llamado de Dios esta mañana es muy fuerte: “Ustedes

Ay de mi si no predico el Evangelio

¡Ay de mí si no predicara el Evangelio! Esta mañana empezaba la oración agradeciendo mucho al señor por el don de conocerle, porque, como, nos decía ayer en las palabras de la eucaristía, Él lo hace todo nuevo, va reconstruyendo nuestra historia, nos renueva cada día. Gracias Señor por la vida, por conocerte, por tu amor de misericordia, gracias por todo el bien que me haces y frente a mis palabras, El Señor me decía: “prepárate a la novedad de mi amor, hoy tengo una experiencia nueva para ti, hoy soy nuevo: Si tu conocieras el don que yo te puedo dar, tú me pedirías a mi y yo te daría agua viva” Juan 4, 10. Ojalá que como con la mujer samaritana, Jesús encuentre en nosotros un corazón abierto, a su gracia: Señor dame de esa agua, para que ya no sufra mas sed, dame de tu amor y gracia, que ellas me han de bastar. Nuestro Dios es la generosidad sin medida, Él que habiéndolo dado todo nos amó hasta el extremo, extiende sus manos hacia nosotros en esta mañana y como al ciego del camino,