Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2011

“Que la Palabra de Dios habite en ti”

“Que la Palabra de Dios habite en ti” Colosenses 3, 16-17 Que la palabra de Cristo habite y se sienta a gusto en ustedes. Tengan sabiduría para que puedan enseñar y aconsejar unos a otros; canten a Dios de todo corazón y con gratitud salmos, himnos y alabanzas espontáneas. Lo que nos dices Jesús es que la Palabra o seas tú mismo habite en cada uno de nosotros y lo que es más ¡Qué se sienta a gusto en nosotros! ¿Qué quieres decir con esto? ¿Cuándo es que tú te sientas a gusto? Tú mismo nos lo dices en tu Palabra cuando puedas enseñar con sabiduría a los otros, y bien sabes que sabio es el ser humano humilde, sencillo que cree en tu Palabra y por lo mismo que la cree, la vive y la lleva a los demás, porque el que vive la Palabra no puede dejar de hablar de lo que ha visto y ha oído ¿qué escuchas en la oración? ¿O te escuchas a ti mismo? Porque si el diálogo con Dios es directo, acogedor, sosegado, personal, con Aquel que es dueño y Señor de la Vida y del Amor, sales convertido en

“Mi familia son los que cumplen la Palabra”

Lucas 8, 19-21 Su madre y sus hermanos querían verlo, pero no podían llegar hasta él por el gentío que había. Alguien dio a Jesús este recado: «Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte.» Jesús respondió: «Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.» Me imagino a Jesús predicando y justo está abordando el tema de la escucha de la Palabra, Lucas 8,17, y se aparecen María y sus parientes y me imagino que Jesús al ver a su madre, dice: ¡sean como Ella que me enseñó a escuchar la Palabra ya ponerla en práctica! con su ¡SI! Hágase en mí, según su voluntad. Qué bonita expresión que configura el ser de María y que es un llamado a la familia, a los padres que serían los primeros en hacer la voluntad del Padre, y los hijos aprender de ellos como Jesús que se educó en ese clima, de tal manera que a los doce años Él tenía bien claro, que su misión en la vida es dedicarse a hacer las obras del Padre, Lucas 2,49. Gracias a esa cultura de obediencia a

La Palabra es la puerta para el dialogo con Dios

Juan 10,1-10 En verdad les digo que yo soy la puerta de las ovejas. Eso eres Jesús, nuestro divino Pastor ¿Qué no te has hecho para conquistarnos? Eres esa Puerta siempre abierta al diálogo, para que nosotros acudamos a Ti, para hablar y eres capaz si no nos abrimos al diálogo de quedarte (Ap 3,20) ahí en la Puerta esperando que acudamos a Ti, porque nos hiciste para vivir en diálogo contigo, hablarte cada mañana ¡tantas cosas que hablarnos! Tú me hablas de tus proyectos de Amor que nos dan Vida y nosotros ¿de qué hablarte? También tenemos tanto que decirte, de mi vida diaria, del sentido de mi vida, de la razón de vivir sólo para Ti, porque mi corazón te anhela. Pero a veces tengo tantas cosas que hacer, en mi mente y en mi corazón hay tantos ruidos, que en verdad tenemos que hacer espacios para vaciarlos y llenarlos de tus ideas, sentimientos, Palabras. Sentir tu mano sobre mí y sentir tu mano cubriéndome, guiándome porque tu fidelidad es razón para no dudar de Ti y no convertirme

Escuchar es que Otro te lleve a donde tú no quieras ir.

Jn 21,17-21: Al empezar la oración le pedía   al Señor   me diera las disposiciones que necesita mi corazón, mi mente, todo mi ser para escucharlo: Humildad, fe, esperanza, concentración, quietud, silencio interior, un corazón muy abierto y con mucho amor para poder ir gustando y saboreando, cada Palabra, le decía con las palabras de Jeremías : “Señor tu palabra es para mí gozo y alegría del corazón” . Jer 15,16.,   “ Habla señor que tu sierva, tu amiga escucha”, Y me ayudaba mucho hacer la composición de lugar mirando como Jesús hablaba con Pedro; como dos amigos que han vivido una fuerte experiencia   y después se han   reunidos con todos esos acontecimientos   pasados aun en el corazón… que sentiría Pedro, que sentiría Jesús… Jesús ésta vez dialogaba con un Pedro, que estaba viviendo el cambio, la conversión de corazón. Cuantas jornadas juntos, ¡tres años! Yendo de pueblo en pueblo, anunciando el Reino, realizando milagros, escapándose de los que los perseguían, pasando frio

Escuchar para apacentar las ovejas

Juan 21,14-16 ¿Por qué insistes Jesús, en que Pedro te diga que te ama?    Porque en esencia es el amor el que inspira a los corazones para actuar, o hacer lo que aún para nosotros mismos nos parece imposible. Porque ¿de qué nos vale tener tanta fe, como para trasladar montañas? Si me falta el AMOR no soy nada ¿De qué me sirve creer si no amo? La fe sin obras es estéril. 1Cor 13 y Stgo 2. El Amor es lo último que se aprende, porque necesita purificaciones constantes, hasta hacerse al estado de Dios y Pedro le dices ¡Bien sabes, Jesús, que te amo, mi Amor, ya pasó por el crisol de haberte negado,    y bien sabes que te amo como tu mereces que te ame.   Pedro ya dio el paso definitivo para amar, el de hacer la voluntad del Padre y amar como el Padre, quiere que le ame, gratuitamente:    “Ama al Señor tu Dios con toda tu alma, con todo tu corazón, con toda tu mente, con todas tus fuerzas”. Det 6,4-5 Es un Amor que sale de la transformación    interior, desde el fondo de su corazón, po

ESCUCHAR LA PALABRA DE DIOS NOS HACE SER BUENOS PASTORES

Evangelio: Juan 10,1-10 Cuando ha sacado todas las ovejas camina delante de ellas,  va por delante abriendo el camino de la vida para los hombres. El discípulo observa en su maestro lo que enseña y lo que realiza y lo asimila hasta el último detalle. Con este sentido de la imagen, Jesús se presenta como el que va por delante indicando el camino porque es la Luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo (Jn 1,9) y lo realiza él mismo para que el discípulo siga sus pasos. Yo soy la puerta: quien entra por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. Cristo no es una puerta más que se pueda elegir entre muchas, es la única puerta que conduce realmente a la salvación. La oferta de Cristo no es una entre muchas en igualdad de valor. Bien es verdad que su respeto por la libertad humana es exquisito, sincero y profundamente delicado. No obstante, Él no podía enseñarnos otra verdad distinta. Él es la puerta, como es la Palabra, la verdad, el camino, el pan de vida, la

Escuchar es vital: es nuestro alimento.

Sábado :  Jn 21,8-13:  " El discípulo al que Jesús amaba dijo a Simón Pedro: «Es el Señor .»     Apenas Pedro oyó decir que era el Señor, se puso la ropa, pues estaba sin nada, y se echó al agua. Los otros discípulos llegaron con la barca —de hecho, no estaban lejos, a unos cien metros de la orilla; arrastraban la red llena de peces.   Al bajar a tierra encontraron fuego encendido, pescado sobre las brasas y pan.     Jesús les dijo: «Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar.»   Simón Pedro subió a la barca y sacó la red llena con ciento cincuenta y tres pescados grandes. Y a pesar de que hubiera tantos, no se rompió la red.   Entonces Jesús les dijo: «Vengan a desayunar». Ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle quién era, pues sabían que era el Señor.     Jesús se acercó, tomó el pan y se lo repartió. Lo mismo hizo con los pescados". Meditación: En la oración de la mañana, me presentaba al Señor, pidiéndole me regale el don de escucharle,  le pedía

“Cuando no escuchamos la Palabra de Dios nada nos aprovecha”

Esta semana estamos profundizando en el dinamismo de la Palabra, es el germen de Vida y Amor que tiene la Palabra Viva que es Cristo. Ese dinamismo es don de Dios y nos lo hace partícipes en la oración. Es iniciativa de Dios, El nos prepara, nos dispone, invierte tiempo gratuitamente para crear en nosotros las disposiciones necesarias para escucharle. Luego, él mismo provoca la sed de Dios, la sed de escucharle, porque es innato al hombre.La escucha aquieta el corazón nos sacia, y colma nuestra sed de Dios, y del Dios Vivo. Is 55,1-4: “ Vengan a mi todos los sedientos, vengan sin pagar y saciarse, escúchenme atentamente y comerán bien, presten atención, vengan a mí, escúchenme y vivirán”. Sellaré con ustedes una alianza perpetua y seré fiel a mi amor.  ¿Cuál es la intención cuando nos invitas a escucharle? Busca hacer una alianza perpetua, a fortalecer los vínculos de comunión con él y con los demás. El fin de la escucha de la Palabra es la unión con él, para que vivamos nuestra

YO SOY EL PAN DE VIDA

  Lecturas: Hech 7,51-8; Sal 31; Jn 6,30-35   Estamos viviendo el ciclo VIDA NUEVA EN CRISTO, y le daba gracias a Dios porque somos muy afortunados de estar en una comunidad que se preocupa como una madre de cuidar nuestra vida nueva, porque estamos como recién nacidos, hemos nacido en la Pascua, los que hemos creído hemos resucitado en Cristo, y esta vida necesita cuidarse para no volver a caer   tan fácilmente como antes en los mismos pecados. La oración, es uno de los principales medios para dejar que El Señor se quede con nosotros, ir a la oración es decirle, “Señor,   quédate con nosotros, ya está cayendo la tarde y se termina el día.» El orar parte de un corazón enamorado, definitivamente, el querer estar con él AMADO, escucharle, mirarle, entregarse y   ponerse en sus manos, con confianza para asemejarse a Él, solo   lo puede hacer quien se ha dejado seducir por El, y sabe que fuera de sus brazos, solo hay tristeza, desazón, mal humor   ya sea en el trabajo o   en la casa

“…Les explicó las escrituras” (Lc 24,25-27)

Este día es importante iniciar la oración sabiendo que estamos con quien sabemos que nos ama. Toda la intención del Señor es para preparar nuestra mente, corazón y fuerzas para escucharle. No es fácil escuchar a Jesús, requiere de toda una disposición, de actitudes por parte nuestra, pero que se van dando en la medida que Jesús Resucitado va teniendo con nosotros detalles, gestos, actitudes, palabras que nos vayan tocando la mente, el corazón y la voluntad. Es una semana para dejar que el Amor nos ame como somos, como estamos. Dice el amado a la amada en el Cantar de los cantares 3,5: “ Hijas de Jerusalén, yo les ruego, por las gacelas y las cabras del campo, que no despierten y no se despierte el Amor hasta cuando ella quiera”. ¡ No despierten a mi amada hasta que ella quiera…! ¡Hasta donde llega el amor! Hasta darnos ese   tiempo, ese espacio, necesario para cada uno, el que cada uno necesite para conquistar el corazón, porque requiere de todo un proceso interno, para disponernos