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Mostrando entradas de octubre, 2010

Señor Dios de la Vida y del amor.

Sabiduría 11,23-12,2 Pidamos el don de aprender a orar, de entrar en la Trinidad, para poder convivir y vivir una vida contemplativa. Orar es entrar y no salir de allí. Pidamos que nos ayuden a ser contemplativos. Contemplar, ver a Dios, es ir teniendo su misma intención. Tenerla e irla desarrollando. En Jesús no hay duda de que Él y el Padre son uno (Jn 14,9-11). Jesús ha hecho de la intención del Padre su intención. Hace constantemente la voluntad del Padre. Su vida expresa al Padre. Mi vida ¿expresa a Cristo? ¿es Palabra asimilada, vivida, hace que tengamos piedad de nuestros hermanos, en sus fallos. Contemplar es entrar en la identificación con Cristo; es querer con todo mi ser lo que el Padre quiere de mí: “Me pongo en tus manos. Haz de mí lo que quieras. Sea lo que sea te doy las gracias. Estoy dispuesto a todo. Lo acepto todo, mi Dios, con tal de que tu voluntad se cumpla en mi y en todas tus creaturas. No deseo nada más Padre” El resultado de la contemplación es la unidad de

Ser administrador nace de una experiencia de Amor de Dios

27 de octubre de 2010 Le daba gracias a Dios por el don de la vida, y por todas las muestras de cariño que he recibido estos días por mi cumpleaños, por que detrás de todo esto veo como Dios ha ido creando lazos de amistad a lo largo de todos estos años compartidos y es bonito comprobar que cuando hay amor, ni las fronteras enfrían ese cariño. Lo que más me ha llamado la atención de la Escuela de la Palabra es el titulo “Amar es dar la vida de Dios", con esto nos esta reafirmando lo que nos dijo la semana pasada que somos administradores del amor de Dios, esta realidad afecta lo mas profundo de nuestra identidad misionera, recibida desde el bautismo. Jesús el Maestro nos tiene que enseñar una vez más como vivir esta realidad, pues en todo se vivió como envía en sus manos un encargo. Por eso es fiel. Por eso entiendo que su vida es una vida completamente salida de si misma, esta siempre viendo la necesidad de los otros, toda su vida es una vida para los demás. El mandamiento d

El que no comparte no participa

Génesis 4, 1-10 Esta mañana le daba gracias al Señor por poner en mi, el deseo de llegar a mis hermanos con su Palabra a través de las pautas, el regalo de poder prepararles el alimento que están esperando, la Palabra de Dios que los guíe, que vaya haciéndoles interioriza cada día mas el sentir, los pensamientos, el interés y compasión del Padre por sus hijos, mis hermanos. Y le daba gracias por los cambios que ha ido haciendo en mi, como me va transformando y renovando el corazón cada día a través de la oración, de la convivencia con su Palabra. Le decía, antes Señor me despertaba y lo primero que hacia era pensar en mi, automáticamente dirigirme a arreglarme, arreglar las cosas para el colegio, para ir trabajar, para comprar las cosas para el desayuno, etc. Pero ahora me despierto, mas temprano para tener mas tiempo juntos dialogando contigo, y lo primero que pienso es mis hermanos porque he escuchado Señor tu voz que me pregunta “donde esta tu hermano’? , pero es una pregunta qu

Si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros”

“Esta mañana, el Espíritu Santo me despertaba con una palabra: “No temas, pequeño rebaño, porque el Padre de ustedes ha tenido a bien darles el Reino”. (Lucas 12,32). Me ayudaba encontrar en estas palabras, la invitación de Dios a vivir en la confianza, a descubrir que Él opta cada día por mi vida, por nuestra vida. Dios nos está confiando el Reino y esto no es otra cosa que confiarnos su propia vida, ya que Él mismo es el Reino, Dios se ha autodonado a nuestra vida y con ello nos ha dignificado, nos ha hecho imagen y semejanza suya. Hoy, como comunidad, se nos invita a orar la palabra de1 Juan 4,12, en ella el evangelista nos dice: “A Dios no lo ha visto nadie jamás; pero si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros y su amor ha llegado a su plenitud en nosotros”. Me resultaba muy fuerte, orando esta palabra, reconocer que el Dios que se revela a Israel como el Dios celoso, que prohíbe tajantemente al pueblo el hacerse imagen alguna de Dios, ha querido sólo ser contemplado

No juzgues a tu hermano

Lucas 18, 9-14 Quien se ha encontrado con el Dios vivo alguna vez, ha frecuentado su amistad y ha saboreado el amor de Dios, nunca se tendrá por justo, porque justo sólo es Dios; y acercarse al solo Justo supone hacer la experiencia de comprobar nuestra desproporcionada diferencia con Él. Saberse pecador, reconocerse como no justo, no significa vivir tristes, sin paz o sin esperanza, sino situar la seguridad en Dios y no en las propias fuerzas o en una hipócrita virtud. Alguien que verdaderamente no ha orado nunca, seguirá necesitando afirmarse y convencerse de su propia seguridad, ya que la de Dios, la única fidedigna, ni siquiera la ha intuido. Y cuando alguien se tiene por justo, y está hinchado de su propia seguridad, es decir, cuando vive en su mentira, suele maltratar a sus prójimos, los desprecia "porque no llegan a su altura", porque no están al nivel de "su" santidad. Tenemos, pues, el retrato robot de quien estando incapacitado para orar por estas tres a

Somos administradores del Amor de Dios

(Mt 5,13-16) Esta mañana iniciamos la oración reconociendo en nuestra propia vida lo de (2Tim 2,9): La Palabra de Dios no ha estado encadenada en nuestra propia vida, porque es la ENTREGA DE CRISTO. El Señor nos invita a hacer memoria de todas esas experiencias donde Cristo nos ha amado primero, con un amor que es libre porque no ha estado encadenado. Rememorar es volver a pasar al corazón, es reavivar la Fe, la Esperanza y el Amor en la entrega de Cristo. Mira lo que ha hecho que tu vida sea “SAL Y LUZ DE LAS GENTES” (Mt 5,13-16). “Ustedes son la sal de la tierra”, pero si la sal se desvirtúa ¿Con qué se salará? Lo que hace que nuestra vida sea sal y tenga sabor eres tú Señor, es tu Salvación, tu entrega por nosotros. Y tu entrega no pasa, es y será siempre, porque no puedes desdecirse. Saborea la entrega de Cristo en tu propia vida, que te de sabor, que te haga sentirte bien en tu propia vida, que te haga ser buen administrador porque te experimentas digno de confianza y un s

Con la Palabra y la vida enseñamos a amar

.“Cuando termino de lavarles los pies, se puso de nuevo el manto, volvió a la mesa y les dijo: Comprenden lo que he hecho con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, siendo el Señor y el Maestro, les he lavado los pies también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado ejemplo y ustedes deben hacer como he hecho yo.” Juan 13, 11-15 Esta mañana le daba gracias al Señor, porque se me hacia tan grande que lo tengamos como Maestro y Señor para nuestra vida, y me preguntaba...Que hubiese sido de nosotros si no hubiéramos conocido a Jesús Palabra de Dios. A donde hubiésemos ido?, “Solo Tu Señor tienes palabras de Vida eterna”, sólo en tu Palabra encontramos la manera de vivir siendo felices, con paz, haciendo lo perfecto, lo bueno, lo agradable. Cuando seguimos sus enseñanzas y vivimos la Palabra sabemos que estamos en lo Cierto en lo Verdadero, y ya no hay mas respuestas que buscar, pues hemos dado con la Fuente de la sabidur

"Ve, y haz tu lo mismo."

Hoy es el primer recorrido procesional del Señor de los milagros y es un día especial. Desde que tengo uso de razón, este día ha significado mucho para mí, porque Jesús, en la imagen del Señor de los Milagros pasa derramando bendiciones, escuchando súplicas y haciéndonos despertar a la conciencia de que detrás de nuestra vida hay un amor grande, fiel, un amor que es capaz de llegar al extremo por nuestra paz, por nuestra libertad; por nuestra felicidad. Con lo antes dicho, el Espíritu me remitía al libro del Deuteronomio capitulo 32, versículo 11, en el que se dice de nuestro Dios que: Como el águila despierta su nidada, revolotea sobre sus polluelos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas. Así es como encontraba hoy a nuestro Dios, en la imagen de este Cristo de brazos extendidos, saliendo hoy a decirnos: tú también tienes capacidad de amar hasta el extremo. Me ayudaba mucho entender, de parte de Jesús, que el extremo que ha de llegar uno no es el mismo que el de ot

Qué significa acompañar a mi hermano

Lucas 10,25-33 Las razones propuestas para amar, me impulsan, Dios-Amor a hacerte otra pregunta: ¿Cómo amar? ¿Cómo amarte a Ti y cómo amar al prójimo? Para amar al "prójimo" como a ti mismo: Sal de tu "yo" para entrar en su "yo". Sitúate en él y desde él. Trátale como quisieras ser tratado. Sitúate en él como persona. Ama a todos, sin excepción, sin excluir a nadie. Ama todo de todos, sin excluir sus cualidades ni defectos. Ama en todo tiempo sin excluir los momentos difíciles. Ama en todo lugar, sin excluir ningún ambiente. Ama con toda intensidad, excluyendo toda mediocridad. ¿Quieres amar al prójimo como Jesús le ama?: Deja tus comodidades e intereses para ir al encuentro del necesitado. Ama con inteligencia no dando al otro lo que le daña y entretiene. Comprométete a que cada persona conozca la verdad de Dios y la viva. Ve por delante, con el testimonio de vida antes que con tus palabras. Busca siempre amar, comprender, perdonar, entregarte desintere

No tengo oro ni plata, pero lo que tengo te lo doy

Empezaba la oración haciéndome consciente de este tiempo de gracia que el Señor nos regala como iglesia del Perú y también como comunidad. Estamos viviendo nuestra cuaresma y por ende este es un tiempo de conversión. Para algunos podría parecer extraño el que hablemos de conversión entre cristianos que vamos haciendo un camino de seguimiento al Señor, que buscamos perseverar en la oración y que de algún modo vamos colaborando con Jesús en la misión que polarizo su vida, Sin embargo, nosotros sabemos mejor que nadie, que la conversión es, para nosotros, una necesidad de cada día y que con humildad hemos de ponernos una y otra vez en las manos de nuestro Dios alfarero, para que el nos regale el recrearnos con su amor. Esta semana, como comunidad, hemos empezado a orar una nueva verdad de fe: “tú vida es para amar” y a través de esta verdad el Señor nos está llamando a convertirnos a nuestra vocación primera el amor, no hay mayor vocación que está como lo descubrió santa Teresita del n

RECONOCER LO QUE PUEDE HACER JESÚS POR TI: TE HACE AMAR

Lucas 17,11-19 La ocasión era que 10 leprosos claman a Jesús que los limpiara de su lepra diciendo: ¨¡ Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! vr.13., y Jesús tiene compasión de ellos y los sana de su terrible enfermedad, y se alejan. Pero, de los 10 leprosos, sólo uno se volvió con Jesús y agradecido se postra a los pies del Señor, y le da gracias por lo que había hecho con él. Muchas veces la tendencia humana es de buscar a Dios sólo cuando hay problemas y necesidades, o cuando las enfermedades, las angustias, las crisis, los pesares, las situaciones difíciles llegan en la vida. Y eso está muy bien, pero, cuando se reciben las bendiciones de Dios; cuando las oraciones son contestadas; cuando la mano maravillosa del Todopoderoso obra en nuestro ser; es cuando muchas veces nos olvidamos del gran amor, de la misericordia que Dios tiene por nosotros. ¡El Señor es la fuente de bendiciones! Es necesario acudir a Dios en medio de las situaciones difíciles que día a día enfrentamo

PARA DIOS NADA ES IMPOSIBLE

Recordaba lo que alguna vez me comentó una persona con respecto al ejercicio de amar, ella me señaló que amar no le causaba alegría, no le causaba alegría compartir lo que tenía, por el contrario, le causaba tristeza, pues se quedaba con menos qué disfrutar. Experiencias como está creo nos suele pasar casi a todos. Hace poco por fuerza mayor tuve que ceder algo de dinero para un bien comunitario, y en vez de causarme alegría me dolía porque había predestinado tal dinero para mis gastos cotidianos, me preguntaba y le preguntaba a Dios por qué no disfruto del gesto realizado; por qué me pesa más el haberme quedado con poco para mí. Había escuchado en la comunidad que tu vida es para amar, que amar es propio de la identidad del hombre y el ejercerlo es su máxima realización. Quizá algunos van experimentando esta verdad en su vida, van comprobando tal realización cuando aman, pero, otros no. ¿por qué? Quizá tienes la respuesta. Yo la encontré a la luz de los estatutos VD # 235: “El cambio

“Hagan todo lo que él les diga".

Esta mañana experimentaba la llamada interior a no olvidar lo esencial, en medio de todo cuanto me toca vivir cada día y ciertamente lo mas vital son estos tiempos de encuentro con nuestro Dios, en los que Él nos va regalando la gracia de sabernos hijos amados suyos y recreándonos a imagen y semejanza de Jesús. Yo agradecía al Señor por el don de este tiempo nuevo, que nos permite vivir como comunidad; pero también como iglesia del Perú; y que hemos empezado el mes de octubre, lo que la iglesia llama la cuaresma peruana, tiempo que nos regala como una oportunidad especial de abrir nuestras vidas al Señor , que nos sale al encuentro con los brazos abiertos, demostrándonos y ofreciéndonos su amor de misericordia y en esta clave me ayudaba escuchar las palabras del evangelio de Juan, capítulo 2,1-5, tantas veces orada por nosotros ; pero que no deja de ser una fuente inagotable de gracia: “Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí” L

Señor, auméntanos la fe

( Lucas 17,5-10) “Señor, auméntanos la fe”. ¡Qué respuesta más extraña de los apóstoles al Señor ante su planteamiento del perdón!. ¿Qué tiene que ver la fe con el perdón? La fe se suele mirar como una cuestión de relación personal con Dios mientras que el perdón se lo relaciona con los demás. Parecieran ser cosas diferentes. Hace algún tiempo atrás un amigo me pidió que lo ayudara a resolver un conflicto con el personal de su empresa con el cual existían muy malas relaciones laborales. Siendo él un católico “convencional”, sin una vivencia diaria de su fe pero devoto de san Expedito, estaba preocupado por no cometer injusticias pero a la vez sentía que no podía ceder ante las presiones de su gente. Cuando le propuse un conjunto de soluciones me contestó que no le parecían bien porque “no confiaba en la gente”. Entonces le dije: - Si tienes fe en Dios y le pides que te ayude, ¿porque no tienes fe en los hombres?. - Es que ya me han traicionado -, contestó. - ¿y tú qué hiciste? -,