«He visto al Señor y me ha dicho esto.» Juan 20, 11-18



¡¡¡¡¡Jesús ha resucitado!!!!

Se han cumplido las Palabras de Ap. 21,4 y “El enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá llanto ni pena, pues todo lo anterior ha pasado”. El Señor ha resucitado y  viene a buscarnos. En la persona de María Magdalena, nos viene a buscar a todos,  a decirnos que El no se ha ido, El Permanece entre nosotros,  que no hay vacíos que llorar, no hay cadáver, hay un Jesús resucitado que no se fija en lo que le hemos hecho, que ha olvidado todo el mal, todos nuestros pecados, nuestra deuda ya esta cancelada, y más aun nos llama hermanos, hijos del mismo Padre.

“mi Padre…es Padre de ustedes; mi Dios…es Dios de ustedes.»

Si no lo hemos reconocido resucitado aún,  es porque seguimos buscando a Jesús entre las cosas del mundo, un Jesús hecho a la imagen que nosotros tenemos de Él,  quizás débil, sin poder para ayudarnos en el trabajo, en el sufrimiento, en lo que sea.  Magdalena tenia la imagen de un Jesús  bueno, un profeta, con sabiduría, bondadoso, valiente, fiel, perfecto, que le había devuelto la dignidad, la había amado como nadie, pero no le había visto como Hijo de Dios, por eso no le buscaba resucitado.

Jesús nos pregunta ahora también ¿Por qué lloras?, ¿a quien buscas? Si buscas a Jesús, ahora mírale RESUCITADO, Jesús tiene todo Poder, el Padre ha puesto  todas las cosas en sus manos.
El Señor se presenta a quien le busca de todo corazón, María Magdalena, se había quedado llorando porque había visto morir al Amado de su alma, las imágenes vividas tan dolorosas, tan fuertes deben haberse quedado grabadas en su memoria,  que al escuchar su nombre “María”, y reconocer a Jesús se aferra a Él, pensando quizás más en sí misma.

Pero el Señor le dice “Suéltame”  no te quedes allí en el viernes santo,  te necesito como testigo de mi resurrección….que alegría debe haber sentido Magdalena, al recibir el encargo del Señor “vete…diles a mis hermanos”…ella,  así como era. Ahora era considerada por el Maestro, el Señor Jesús digna de ser también  una apóstol que sale a anunciar la primera Buena Nueva… «He visto al Señor y me ha dicho esto.»

Qué alegría, poder ser nosotros también, dignos de ser mensajeros de la Buena Nueva, ir a decirles a nuestros hermanos lo que el Señor nos ha dicho, lo que nos dice cada mañana en la oración…  El Amor es más fuerte que la muerte…. El Amor ha vencido, Cristo nos ha dado la Salvación, su Amor todo lo hace nuevo, ahora somos nuevas criaturas en el Señor, “lo antiguo ha pasado lo nuevo ha llegado” (2Cor 5,17)

Que podamos salir a buscarle también al Señor con el amor que salió Magdalena, de madrugada, “cuando todavía estaba oscuro”, pero no a buscar un cadáver,  sino a Jesús Resucitado que quiere invitarnos a ser  apóstoles y  testigos de su resurrección que nos hará ver que los sufrimientos de esta vida no son nada en comparación con lo Gloria que nos espera y que ha de manifestarse. (Rom, 8,18).

Madre Santísima tu que fuiste la Primera en ver a Jesús con los ojos de la fe, y reconocerlo resucitado, ayúdanos, Madre a encontrarnos con El y anunciar la resurrección, la victoria de tu Hijo, nuestro Señor Jesús.
Dios nos bendiga
nila


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