La fe nace por la predicación de la Palabra
de Dios
Romanos 10,10-17
Jesús de ti no quiere un
propósito… Si te ha curado es para tener un amigo con quien pueda contar, es
para que, en adelante, seas su discípulo, seas su mano derecha, su íntimo,
quien pasa de ser oveja herida a la que cura y lleva sobre sus hombros, a ser
pastor de otras ovejas heridas, asustadas y perdidas por todos los cerros de
este mundo.
Esto me encanta de Jesús, siempre te apunta a
ser su pastor, a que, como Él, cuides de sus ovejas, pero a la vez, te lleva en
el regazo, te cuida como su ovejilla y te envía. Nunca puedes decir “ya no
necesito ser oveja, ya soy todo un pastor” sino al revés, solamente quien es
oveja del pastor puede ser pastor de Jesús. Nos dice en su Palabra: “mis ovejas
andan errantes por todos los cerros y colinas y no hay quien se ocupe de
ellas”. Y es verdad, cuántas noticias de desastres, cuánta soledad en nuestro
mundo, cuánto sufrimiento en las casas de nuestras calles y ¿a quién le duele?
¿Quién se detiene para ver si puede echar una mano?
“Si de verdad has
experimentado mi Amor, mi curación, mi liberación ¿no te levantarías para ir a
buscar a los que están perdidos, a los que están hundidos, que necesitan un
Buen Pastor que les siga la huella y les libere de las zarzas de esta sociedad?
Mira cómo está el mundo, tus mismos amigos, tu familia… ¿no son ellos los
primeros perdidos, acaso no ves cantidad de personas que necesitan este mismo
mensaje de salvación? Sé tú mi oveja y mi Pastor, ve y búscales, cúrales,
cuídalos hasta que Yo vuelva y te lo pague, ponlo todo, y si hace falta, no
seas solamente pastor, hazte pasto también, porque esto es lo que he hecho
contigo, he sido tu pastor y tu pasto.”
Pero mediante la predicación es
por la cual podemos ofrecer el mejor cuidado de la fe de nuestros hermanos,
mediante la predicación que profundamente oramos y que la llevamos a la
práctica; por ello, es preciso poner todo nuestro empeño en ser más orantes
para anunciar palabras vivas y no palabras muertas.
“Pero ¿cómo invocarán a aquel
en quien no han creído? ¿Cómo creerán en aquel a quien no han oído? ¿Cómo oirán
sin que se les predique? Y ¿cómo predicarán si no son enviados? Como dice la
Escritura: ¡Cuán hermosos los pies de los que anuncian el bien! Pero no todos
obedecieron a la B Por tanto, la fe viene de la predicación, y la predicación,
por la Palabra de Cristo.”
La fe de nuestros hermanos
proviene de la predicación de la Palabra de Dios, cuando dejamos de predicar
dejamos de engendrar Hijos de Dios, cuando callamos somos partidarios de la
muerte de nuestros hermanos, pero qué bueno sería si hoy encontráramos, que el cuidado
de las ovejas, es decir, de las personas que nos confía Dios, es mediante la
predicación. Sólo por este medio podemos engendrar y cuidar la vida de tantos
que Dios ya nos confía.
Pautas tomadas del cuadernillo de
pautas, 28/01/2012- Puebla-México
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