No hagan inútil la
gracia de Dios recibida
2Corintios
6,1-3
Somos, pues, los ayudantes de Dios, y ahora les suplicamos que no hagan
inútil la gracia de Dios que han recibido. Dice la escritura: en el momento
fijado te escuché, en el día de salvación te ayudé. Este es el momento
favorable, este es el día de la salvación. Nos preocupamos en toda
circunstancia de no dar a otro ningún pretexto para criticar nuestra misión.
Darle gracias a Dios porque para él cada
momento es favorable, para nuestra salvación, es la actitud de Dios ¿cuál es la
nuestra? Señor haz que siempre esté
alerta a tu gracia a tus dones que nos vas regalando a cada instante y que
nosotros a veces en forma inconsciente no la detectamos a tiempo, ni a
destiempo. ¡Qué bueno fuera como dice Pable!, más que nos pide o nos advierte
nos suplica, ¡No hagan inútil la gracia que hemos recibido! Ese es el amor del
apóstol por sus discípulos, por su pueblo que Dios le encomendó, ora, suplica
no desdeñen lo que les hace feliz.
Y en estos días conversaba con una persona,
sobre aceptar a otra y el Espíritu Santo
acudió en mi ayuda y me hizo recordar ¿qué vale la muerte de Cristo? La unión y
comunión entre todos los seres humanos sin discriminación de raza, pueblo,
política, religión etc. lo que dice en
la Palabra cuando nosotros hacemos discriminaciones u ofendemos al hermano
hacemos inútil la muerte de Cristo, esa es la razón y todo buen apóstol debería
ansiar que nadie ofenda más a un hermano por
razón alguna porque hacemos inútil la gracia de Dios.
No hay gracia más grande: que la que Dios quiera cambiar nuestro
corazón tan egoísta, tan orgulloso, prepotente en un corazón humilde que sea
capaz de amar, perdonar. Y que a cada
paso, nos diéramos cuenta de lo que hacemos y las consecuencias de nuestros
actos y estaríamos demostrando un gran amor a Jesús, no querer invalidar su
muerte, porque gracias a ella, tenemos todas las gracias inmerecidamente.
La gracia de la fe, de la esperanza, del
amor, todo eso viene en un solo paquete
que es la misión, la misión como fruto del continuo diálogo con Dios, Jesús, el
Espíritu Santo o María, quienes nos ayudan oportunamente a ser cada vez
más Cristo.
Y por eso pidamos en todo momento porque Él
nos escucha y nos ayuda, eso requiere estar pendiente ¿Qué quieres que haga
ante esta situación? Y eso es hacer de
nuestra vida una oración y nuestra oración hacerla vida.
María, madre tan delicada, nos enseñe a no
hacer inútil la gracia de Dios, Ella supo captar la gracia y se llenó de ella,
y nos puede enseñar cómo hacerlo.
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