La vida de fe alimenta el amor y produce frutos de misión
Isaías 6,8
Y oí la voz
del Señor que decía: « ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?» Y respondí:
«Aquí me tienes, mándame a mí.» Isaías 6,8
Qué bonita actitud de Isaías,
de darse a los demás para que se puedan
“alimentar” de él, él se ofrece a dar la Palabra en nombre de Dios. Es fruto
del encuentro con Dios, de tener una familiaridad íntima con Aquel que sabemos
nos ama.
Dios anhela ese encuentro
personal con Él cada día, es decir en ese diálogo encontrar las coincidencias
entre lo que Él quiere y yo quiero. El diálogo con Dios nos va purificando, en
ese diálogo de Isaías con Dios, le hace
ver más allá de su egoísmo, de su lógica, Dios nos abre los ojos, para ver más
allá de nuestros problemas, y se confía
en Dios, bien sabes, Señor, lo que tienes entre manos; a un, débil, pecador que soy, y eso te lo doy por que tú sabes reciclar
y estoy dispuesto, a dejarme reciclar.
En la presencia de Dios,
Él, nos muestra lo que tiene reservado para sus amigos, cosas grandes y
ocultas que no conocemos (Jeremías 33,3) son cosas que nadie ha visto, ni que
nadie ha escuchado, ni mucho menos nos hemos imaginado, pero que Dios las tiene
preparadas para aquellos que realmente aman a Dios y los buscan día a día.
(1Corintios 2,9)
Y cuándo Dios se revela a Isaías
y le pregunta ¿A quién enviaré y quién irá por nosotros? Es porque sabía que
Isaías lo amaba sobre todas las cosas y podía confiarse en él, por eso le
encarga la misión, de que él, sea su boca, tú irás de parte mía, Isaías también se confía en Dios, porque sabe
que Él irá con Él y Él hablará a través de su boca, es el mismo Espíritu de
Dios el que lo capacita para la misión.
Si a ti te dijera Dios ¿A quién
enviaré, quién ira de parte nuestra? ¿Qué le responderías? Diríamos es mucho
compromiso, no tengo tiempo, o diríamos
como Isaías, al igual que Jesús ¡Aquí estoy, para hacer tu voluntad! Anuncio un año de gracia porque Mi padre me
ha ungido para dar buenas noticias a los pobres, la libertad a los cautivos y
la vista a los ciegos. (Lucas 4,18-19)
Isaías, no fue enviado por Dios,
Él se hizo disponible por amor a Dios y
buscando el mayor bien del hermano, se
impone el propósito de buscar y proponer
a ser cauce, para la evangelización que, como digo, es la razón primera y
principal de la vida comunitaria y fraterna,
para los que hemos optado ser miembro de la familia Verbum Dei.
María, Madre linda, Madre de la
evangelización, ayúdanos a estar disponibles a llevar nuestra Palabra, nuestra
Vida, para que los demás conozcan que Cristo es nuestro Salvador y que ha
venido a traernos la Buena Nueva del reino
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