Si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros”
“Esta mañana, el Espíritu Santo me despertaba con una palabra: “No temas, pequeño rebaño, porque el Padre de ustedes ha tenido a bien darles el Reino”. (Lucas 12,32). Me ayudaba encontrar en estas palabras, la invitación de Dios a vivir en la confianza, a descubrir que Él opta cada día por mi vida, por nuestra vida. Dios nos está confiando el Reino y esto no es otra cosa que confiarnos su propia vida, ya que Él mismo es el Reino, Dios se ha autodonado a nuestra vida y con ello nos ha dignificado, nos ha hecho imagen y semejanza suya.
Hoy, como comunidad, se nos invita a orar la palabra de1 Juan 4,12, en ella el evangelista nos dice:
“A Dios no lo ha visto nadie jamás; pero si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros y su amor ha llegado a su plenitud en nosotros”.
Me resultaba muy fuerte, orando esta palabra, reconocer que el Dios que se revela a Israel como el Dios celoso, que prohíbe tajantemente al pueblo el hacerse imagen alguna de Dios, ha querido sólo ser contemplado y amado en la imagen de sus hijos, imagen y semejanza suya. La prueba de ello está en lo que nos dice la carta a los colosenses, acerca de Jesús, en el capitulo 1, versículo 15: “El es Imagen de Dios invisible, Primogénito de toda la creación”, Jesús es el primogénito; el que nos abre camino, quien nos ha devuelto nuestra dignidad de hijos, la imagen y semejanza con nuestro Dios, de ahí que Dios haya tenido a bien revelarse, a través de nuestra vida, sobre todo cuando vivimos nuestra identidad más profunda que es el amor: si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros y su amor ha llegado a su plenitud en nosotros”.
Tras escuchar estas palabras le decía al Señor, qué grande que tu hayas querido a través de nuestro mor pequeño, frágil, a veces intermitente, tu hayas querido darte a conocer y entendía de parte de Dios: amor es amor, no llames a tu amor pequeño, pobre, porque yo mismo soy la fuente del amor y siendo una la fuente no pueden haber varios tipos de amor, el amor si es autentico; aunque sea expresado por mi criatura es amor de Dio, es mi mismo amor, no menosprecies la gracia que yo te doy cada día, no le pongas una talla tan pequeña a la gracia que yo te regalo, porque recuerda que, si eres capaz de amar, se lo debes a mi gracia, que se ha derramado ya en tu corazón (Romanos 5,5).
Entendía esta mañana que de parte de Dios todo está dado, lo que necesitas es acoger el don de Dios y ponerlo en acto. Esto empieza por creer que verdaderamente estamos capacitados para amar y para amar al estilo del amor de Dios, que es amor de misericordia- La palabra no miente y Dios nos ha dicho, que su mismo amor ha sido derramado ya en nuestro corazón, no hagamos a Dios mentiroso por nuestra falta de fe.
El Señor nos invita a que en lo concreto de nuestra vida podamos ser signo de su presencia entre nosotros y como dice una vieja canción: Donde hay caridad y amor allí esta el Señor. Pidamos a nuestra madre, María, que supo ser imagen de la ternura y la misericordia de Dios, que nos conceda la gracia de vivir este día creyendo en las palabras del Señor y en a fuerza de su gracia, que nos capacita para amarnos los unos a los otros.
Que Dios y la virgen nos bendigan:
Pilar
Hoy, como comunidad, se nos invita a orar la palabra de1 Juan 4,12, en ella el evangelista nos dice:
“A Dios no lo ha visto nadie jamás; pero si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros y su amor ha llegado a su plenitud en nosotros”.
Me resultaba muy fuerte, orando esta palabra, reconocer que el Dios que se revela a Israel como el Dios celoso, que prohíbe tajantemente al pueblo el hacerse imagen alguna de Dios, ha querido sólo ser contemplado y amado en la imagen de sus hijos, imagen y semejanza suya. La prueba de ello está en lo que nos dice la carta a los colosenses, acerca de Jesús, en el capitulo 1, versículo 15: “El es Imagen de Dios invisible, Primogénito de toda la creación”, Jesús es el primogénito; el que nos abre camino, quien nos ha devuelto nuestra dignidad de hijos, la imagen y semejanza con nuestro Dios, de ahí que Dios haya tenido a bien revelarse, a través de nuestra vida, sobre todo cuando vivimos nuestra identidad más profunda que es el amor: si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros y su amor ha llegado a su plenitud en nosotros”.
Tras escuchar estas palabras le decía al Señor, qué grande que tu hayas querido a través de nuestro mor pequeño, frágil, a veces intermitente, tu hayas querido darte a conocer y entendía de parte de Dios: amor es amor, no llames a tu amor pequeño, pobre, porque yo mismo soy la fuente del amor y siendo una la fuente no pueden haber varios tipos de amor, el amor si es autentico; aunque sea expresado por mi criatura es amor de Dio, es mi mismo amor, no menosprecies la gracia que yo te doy cada día, no le pongas una talla tan pequeña a la gracia que yo te regalo, porque recuerda que, si eres capaz de amar, se lo debes a mi gracia, que se ha derramado ya en tu corazón (Romanos 5,5).
Entendía esta mañana que de parte de Dios todo está dado, lo que necesitas es acoger el don de Dios y ponerlo en acto. Esto empieza por creer que verdaderamente estamos capacitados para amar y para amar al estilo del amor de Dios, que es amor de misericordia- La palabra no miente y Dios nos ha dicho, que su mismo amor ha sido derramado ya en nuestro corazón, no hagamos a Dios mentiroso por nuestra falta de fe.
El Señor nos invita a que en lo concreto de nuestra vida podamos ser signo de su presencia entre nosotros y como dice una vieja canción: Donde hay caridad y amor allí esta el Señor. Pidamos a nuestra madre, María, que supo ser imagen de la ternura y la misericordia de Dios, que nos conceda la gracia de vivir este día creyendo en las palabras del Señor y en a fuerza de su gracia, que nos capacita para amarnos los unos a los otros.
Que Dios y la virgen nos bendigan:
Pilar
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