Señor yo creo pero aumenta mi fe.
Marcos 9, 20-24.

Señor te quiero dar gracias por el regalo de la oración de poder estar contigo cada mañana, gracias porque de tu mano voy aprendiendo que la fe no es una tradición, ni es un estilo de vida, la fe es mucho más, es un encuentro contigo, es vivir contigo, vivir experimentando tu Gracia y tu poder en cada instante de mi vida, tener la mirada puesta en ti, optando por ti, encontrando que todo lo que sucede en mi vida y en la de los demás tiene un sentido.
Dice la Palabra que un padre llevó a su hijo “para ver si Jesús lo curaba”…
“Apenas vio a Jesús, el espíritu sacudió violentamente al muchacho; cayó al suelo y se revolcaba echando espuma por la boca. Entonces Jesús preguntó al padre: « ¿Desde cuándo le pasa esto?» Le contestó: «Desde niño. Y muchas veces el espíritu lo lanza al fuego y al agua para matarlo. Por eso, si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos.»
Jesús le dijo: « ¿Por qué dices “si puedes”? Todo es posible para el que cree.» Al instante el padre gritó: «Creo, ¡pero ayuda mi poca fe!»
Cuando Jesús vio que se amontonaba la gente, dijo al espíritu malo: «Espíritu sordo y mudo, yo te lo ordeno: sal del muchacho y no vuelvas a entrar en él.» El espíritu malo gritó y sacudió violentamente al niño; después, dando un terrible chillido, se fue. El muchacho quedó como muerto, tanto que muchos decían que estaba muerto. Pero Jesús lo tomó de la mano y le ayudó a levantarse, y el muchacho se puso de pie.
El Señor nos invita esta mañana también, a renovar nuestra fe en el poder de la Palabra, esa fe que la podemos tener quizás algunos: rota, herida, resquebrajada, así como la del padre de este joven, que a cuántos médicos, curanderos, habría ido, cuantas recetas habrá probado, cuantos intentos fallidos por curar a su hijo, que la fe se le había debilitado, por eso le dice a Jesús “si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos”. Y Jesús le da la seguridad de que todo es posible para el que tiene fe…y el pobre padre, al instante grita ¡creo, Señor si con eso mi hijo se va a curar, entonces creo….y aunque sea poca mi fe, te digo que creo, pero ayuda , mi poca fe, cuanto sufrimiento del hombre, como quería ver a su hijo sano!.
Cualquiera sea la situación que estemos pasando en estos momentos, no dudemos en acercarnos a Jesús, Él es el único que nos puede sanar, el único que no nos pide nada más que creer en El.
La Palabra es capaz de sacar espíritus malos, tiene Fuerza para sostenernos en la prueba, tiene poder para devolvernos una vida nueva, este muchacho nunca más volvió a tener esos ataques…Porque Jesús le ordenó al mal espíritu,“sal del muchacho y no vuelvas a entrar en él.»
Por la fe y la oración, nosotros ya hemos ido experimentando que el Señor hizo salir de nuestras vidas esos espíritus del mundo que nos llevaban a la muerte y ya no han vuelto, la Palabra tiene poder, solo necesita un corazón que confía en su Amoroso cuidado, en su Bondad, en su Misericordia.
A través de la Palabra el Señor nos va reconstruyendo la vida, haciendo apóstoles que van anunciando la Palabra, somos Verbum Dei no nos callamos, vamos anunciando nuestra vida nueva con la Palabra de Dios que nos va levantando y poniendo de pie cada vez que caemos no nos deja hundidos, la Palabra orada, nos va constituyendo como personas de fe.
La fe es un regalo de Dios, pero hay que trabajarla, ¿como la trabajamos? Orando, cuando escuchamos a Dios, en su Palabra, cuando le creemos lo que nos dice, cuando vivimos lo que nos enseña, la fe se fundamenta en nuestra relación con el Señor, en nuestros encuentros, en la relación de Amor de amistad que tengamos con El.
Primero hay que acercarnos a Jesús, no esperar que nos pasen cosas para hacerlo, desde ahora hay que ir construyendo nuestra fe en Él a base de amor, de amistad, de la relación diaria, cuando le vayamos conociendo cuanto nos ama, que todo lo que nos pasa sucede por algo, que hay que buscarle el sentido, que nos quiere decir Dios en esta situación, para que lo permite y como vivirla, entonces esta misma experiencia nos irá haciendo crecer la fe.
Dios siempre nos va a dar más de lo que podemos pensar y esperar. Hay que pedir con fe y esperar. Dice Santiago: Hay que pedir con fe, sin vacilar, porque el que vacila se parece a las olas del mar que están a merced del viento. Stgo 1,6
“Ya dentro de casa, sus discípulos le preguntaron en privado: « ¿Por qué no pudimos expulsar nosotros a ese espíritu?» Y él les respondió: «Esta clase de demonios no puede echarse sino mediante la oración.»
El verdadero apóstol de Jesucristo no puede olvidar que cuando sale a evangelizar, es el mismo Cristo que le acompaña. No son las fuerzas humanas las que convierten a las personas sino la gracia de Dios. Por ello es importante ser personas de una profunda vida interior, para poder llevar a nuestros hermanos la salvación de sus dolencias en la persona de Cristo.
Pidámosle a Dios que aumente nuestra fe para que podamos ser realmente eficaces en nuestro apostolado.

Comentarios

  1. Señor yo creo en tí, pero aumenta mi Fé. Así como Santa Juana de Arco, mantuvo su fe inquebrantable hacia el amor de Jesus.

    Santa Juana de Arco

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

“DIOS ME CUBRE CON SU MANTO”

“Un buen soldado de Cristo”

Jesús, fijando en él su mirada, le amó