“SEAN SANTOS COMO SU PADRE CELESTIAL ES SANTO”

Hoy, día de todos los santos, comenzaba la oración agradeciéndole a nuestro Dios por la talla tan alta que le ha dado a nuestra vida. Dios nos ha dado su imagen y semejanza y en virtud de ella nos ha capacitado para amar con un amor como el suyo. Me ayudaba escuchar de parte de Dios, en Mateo 5,48: “sean perfectos como su padre celestial es perfecto”. Jesús nos dice estas palabras, después de invitarnos a amar a los enemigos, a rezar por quienes nos hacen mal, para ser hijos de nuestro padre celestial que hace salir su sol sobre buenos y malos y llover sobre justos y pecadores. Me ayudaba escuchar, en estas palabras del señor, la invitación a darle a nuestra vida la máxima realización, te llamo a ser perfecto, te llamo a ser santo;, ya que la santidad no es más que la perfección en el amor.
En este día conmemoramos a todos los santos anónimos, hombres y mujeres , que a lo largo de la historia de la humanidad han sabido acoger este mandamiento de nuestro Dios a la santidad, vivieron dándole a su vida la máxima dignidad, vivieron amando al señor y a los hermanos y haciendo efectivo ese amor de diversas maneras, en el servicio a los más pobres, en la enseñanza a los niños y jóvenes, en la atención a los enfermos, en la solidaridad con los presos, en la asistencia espiritual de sus hermanos o en medio de lo habitual de cada día buscando agradar y servir al Señor con alegría. El inventario de la santidad es sumamente abierto, por ello como nos han dicho siempre no hay dos santos iguales. La santidad, como decía Escrivá de Balaguer, consiste en elevar el mundo hacia Dios y transformarlo desde dentro y ello se puede hacer desde distintos ámbitos de la vida.
Dialogando con el Señor le pedía: danos Señor anhelo de santidad, que no nos conformemos con ser buenos, que aspiremos a ser santos, sabiendo que no necesitamos realizar obras extraordinarias, ni poseer carismas excepcionales, danos deseo de vivir conforme a tu voluntad buscando siempre agradarte a ti, en medio de cuanto nos toca vivir cada día, danos además la conciencia de que la santidad es un don tuyo y que lo vas haciendo real en la medida que nos abrimos a tu gracia y te dejamos ser Dios en nuestra vida.
Estas últimas semanas estamos orando, como comunidad, la llamada a vivir nuestra vocación al amor, a realizar nuestra identidad, amando a Dios y a lo hermanos, ya que nuestra vida ha sido creada para amar. Hoy que el señor nos llama a la perfección, nos invita a mar al extremo: Nadie tiene mayor amor  que el da la vida, por los amigos.nos dice Jesús en Jn. 15,13 y nosotros nos ha mostrado el Señor que dar la vida es dar la palabra que libera, que sana y salva la vida de los hermanos, como lo ha hecho y aún hace con nosotros. Esta mañana volvía a experimentar el encargo de nuestro Dios: Mira que pongo en tus manos mi propia vida, tú dirás el destino que ella tendrá. Le pedía al Señor poder ser fiel a su encargo, porque verdaderamente Dios está haciendo depender de nuestra fidelidad, multitud de personas y realidades, Dios pone en nuestras manos el Reino y su realización en cada corazón.
Esta mañana el Señor me hacia traer a la oración a tantos hermanas y hermanos de nuestra comunidad, que como grano de trigo se entregaron al anuncio de la palabra y vivieron su santidad haciendo que los demás sean santos recordaba Nieves Fuster, Eliana, Mari cruz Alaez, María Antonia Albertí, Jesús Calderón, Barbará Perelló, Rosa Herminia, papa Rupe, etc, etc. hermanas y hermanos nuestros que escucharon la necesidad de Dios en el corazón de cada hermano y creyeron al Señor que sus pequeñas vidas podían aliviar su sed.
Hoy pido a nuestra madre, que nos regale la gracia de continuar esta cadena de vida, que Dios ha comenzado y se encarga de prolongar, conscientes de que sin él no podemos nada y que solo permaneciendo en su amor, podremos vivir muestra vocación a la santidad y el encargo de santificar el mundo, con la fuerza de la palabra.

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