Glorificaban a Dios por todo lo que habían visto y oído.
En la región había pastores que vivían en el campo y que por la noche se turnaban para cuidar sus rebaños. Se les apareció un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de claridad. Y quedaron muy asustados.
Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo, pues yo vengo a comunicarles una buena noticia, que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, ha nacido para ustedes un Salvador, que es el Mesías y el Señor. Miren cómo lo reconocerán: hallarán a un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»
De pronto una multitud de seres celestiales aparecieron junto al ángel, y alababan a Dios con estas palabras: «Gloria a Dios en lo más alto del cielo y en la tierra paz a los hombres: ésta es la hora de su gracia.»
Después que los ángeles se volvieron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer.» Fueron apresuradamente y hallaron a María y a José con el recién nacido acostado en el pesebre. Entonces contaron lo que los ángeles les habían dicho del niño.
Todos los que escucharon a los pastores quedaron maravillados de lo que decían. María, por su parte, guardaba todos estos acontecimientos y los volvía a meditar en su interior.
Después los pastores regresaron alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, tal como los ángeles les habían anunciado. Lucas 2 8-20
Al meditar en la experiencia de los pastores, me hacía sentir el deseo inmenso de ir también a buscar al Niño Dios, al Salvador, al Mesías, al Señor.
De poner el esfuerzo, la voluntad y sobretodo la decisión de salir, y dejar todo, así como ellos lo hicieron para encontrar al Niño Jesús, al Salvador, la Promesa cumplida.
De muchas maneras somos invitados a encontrarnos con la Salvación que viene de manera tan humilde, envuelto en pañales, simbolizando que viene por nosotros, por los que esperan, por los pobres y humildes de corazón, por los han sido perseverantes en la espera, por los que mucho tiempo han deseado la llegada del Salvador.
Nosotros también le hemos esperado, hemos gritado, cantado, suplicado, de mil maneras hemos pedido ¡Ven Señor Jesús! Ven a visitar tu tierra. Y el VERBO se hizo Carne y habitó entre nosotros.
¡Esta es la buena Noticia que los ángeles nos anuncian y nos invitan a visitar, a entrar en el misterio que será causa de mucha alegría para nosotros y para todo nuestro pueblo!
Por eso esta mañana le pedía a María, Madre de Dios y madre nuestra , la que nos abría las puertas de este año 2012, que me ayude a encontrarle, a ir presurosa de corazón a la oración para verle tal y como los ángeles me lo habían anunciado, siguiendo sus pautas para poder reconocerle
“María enséñame a orar… la oración es amar al amado….enséñame a amarle, a contemplarle, cara a cara, a ponerme ante su presencia con humildad con fe con amor, con voluntad, con la esperanza de que en El esta puesta mi salvación.
Enséñame a orar Madre, para vivir conforme a su voluntad, amarle como tú le amas, pasar por la vida de mis semejantes dejando la huella de su amor, necesito salir a su encuentro para tener la fuerza de vivir contra la corriente del mundo, de mis propia manera de ser que me quiere arrastrar por mis caminos”.
Señor dame la Gracia, de de ser dócil como los pastores a tu invitación, ir apresuradamente a tu encuentro
La hora de tu gracia ha llegado para mi vida, se que si voy a verte mi vida va a cambiar, porque tú me dices de manera personal: “Ha nacido para ti un Salvador”.
Solo en ti señor esta puesta mi salvación. Solo de ti lo espero todo, ayúdame a llegar a ti.
A las puerta de entrar a un retiro, a unos ejercicios espirituales, siento la sed más fuerte, como esa tierra reseca, agostada, sedienta de agua, hambre de estar ya contigo mi Salvador, porque necesito beber de tu amor, necesito ser salvada, necesito tocarte, entrar al desierto, al silencio, para oír tu voz que me hable al corazón, para que me conquiste, me enamore me hagas volver a ti.
“Como la cierva anhela estar junto al arroyo así mi alma desea Señor estar contigo”.
Salmo 42, 2
Cuando voy a la oración, y le encuentro en su Palabra, compruebo que realmente Jesús ya ha nacido, esta aquí y conmigo y yo con El.
Y le contemplo como los pastores: hecho un Niño para mi, para mirarle, contemplarle cara a cara, esto es una Gracia tan grande, contemplar a mi Dios, a mi Salvador, tan cerca hasta poder tocarle, sentir que me necesita que me pide que le arrope, que le abrigue, le cargue en mi brazos y le caliente con mi amor.
Después de contemplar lo sucedido, en persona, tal y como los ángeles lo habían anunciado, yo no estoy igual, uno no puede quedarse igual después de penetrar en el misterio del Amor de Dios, ¿tanto nos amas Señor?
Señor todo lo que yo pueda poner o dejar es muy poco, con tal de encontrarme contigo mi Salvador, ayúdame a no separarme de ti a permanecer en oración toda mi vida.
Madre ayúdame a ser fiel como tú, que aunque no entienda, acepte la manera comunicarse de Dios como tú, que sabes que Dios habla en los acontecimientos también y corre en su busca para que el Señor se los interprete interiormente en la oración, y aunque no comprenda del todo, lo viva guardándolo en corazón hasta que El quiera revelarlo.
Madre ayúdame a guardar la Palabra dialogándolas con la Trinidad y así encontrarle el sentido a todo para vivirlos con alegría, con la fe de que de que tengo que vivir esos acontecimientos para entrar en su Gloria. Lc 24, 25-27
Y así como los pastores que regresaron alabando y glorificando al Señor, pueda salir al mundo a proclamar que el Salvador realmente ya está entre nosotros, proclamar que yo lo he visto y lo he oído, he tenido un encuentro vivo con Él, la experiencia de comprobar que todo estaba tal y como los ángeles lo habían anunciado.
Gracias Señor por el regalo de la oración, porque puedo repetir la experiencia de los pastores en mi vida cada día para glorificarle contando sus maravillas y el poder sanador, salvador y resucitador de su Amor,
Dios nos bendiga.
nilala Fraternidad Misionera Verbum Dei: www.fmverbumdei.com
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