Pautas Lunes
Qué estrella guía mi camino
2 Timoteo 1,6 ¸Mateo 2,10
Puesto en la presencia de Dios, y en diálogo con Él, dispongo todos mis sentidos para escucharle, para oír esa Palabra que él en forma personal me dirige porque me conoce y me ama.
Y escucho que Él se dirige hacia mí y me dice: Sígueme a lo largo de este año que acaba de comenzar; sígueme en tu trabajo, en tu descanso; sígueme en la salud y la enfermedad; sígueme en la soledad y en la compañía; sígueme en la gracia que te doy y en el pecado que me devuelves; sígueme en toda circunstancia de tu vida; sígueme incondicionalmente, sígueme con amor.
Hoy quiero levantarme Señor y seguirte desde el carisma que me has regalado: como Jesús nos ponemos pie y dejarnos llevar por el Espíritu y exclamar: El Espíritu del Señor está sobre mí. El me ha ungido para llevar buenas noticias a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos y a los ciegos que pronto van a ver, para poner en libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor. Lucas 4, 17-1
Este año, es para nosotros un año de gracia, un año , que es año del Señor, que cambia radicalmente nuestra historia, para volver a ese Espíritu que se pronunció ante Jaime Bonet para llevar la buena noticia a los más pobres, y los más pobres para Jesús, son los pecadores, los enfermos, los que no tienen voz.
Ojalá este año, sea para ponernos en pie y salir en busca de la oveja perdida, del Hijo pródigo, de la moneda extraviada.
Dicen que en el templo de Jerusalén, el Santo Sanctórum, el lugar donde iban a orar los creyentes: sacerdotes y escribas pero a que al lado de éste, estaba patio de los gentiles donde iban los no creyentes pero viendo a los que oraban se contagiaban de su fe y dialogaban con ellos porque querían conocerlos mejor y cuál era el fundamento de su fe. Y sobre todo tenían hambre de Dios, nostalgia de un Dios que los guíe por el desierto de la vida hacia el reino de Dios.
Eso debe ser este año para el Verbum Dei, replicar este patio, incendiar con el fuego de la fe, y ser protagonistas en el mundo, atrapado por el hedonismo por lo económico, alejado de la fe, de los sacramentos, sin sentido, estado de inconsciencia del amor de Dios y que sólo esperan la llegada de un buen pastor.
Un buen Pastor que nos indique que el único camino y lo más importante para el hombre es el amor, estado de conciencia, felicidad, y el amor depende de la experiencia que tengas de Dios.
La evidencia de nuestra felicidad, el sentido que le encontremos a la vida, eso será nuestra mayor predicación, que es recorrer el camino de Jesús, de misericordia, amor al prójimo, con tu bondad y cercanía, ahí no encaja el miedo, lo que demostramos a la humanidad reconciliada, que es el mayor testimonio y una evangelización en vivo.
Benedicto XVI considera que “la Iglesia debería abrir también hoy una especie de "patio de los gentiles" donde los hombres puedan entrar en contacto de alguna manera con Dios” . Y ese es nuestro carisma y no tenemos que buscar otra camino que: reavivar el don de Dios que recibimos, dedicarnos de lleno a la oración y al ministerio de la Palabra.
Pidamos a la Madre de la Evangelización nos regale su ¡SI! Al plan amoroso de Dios y el volver a nuestro carisma tal como lo concibió Jaime Bonet: Oración y predicación de la Palabra.
2 Timoteo 1,6 ¸Mateo 2,10
Puesto en la presencia de Dios, y en diálogo con Él, dispongo todos mis sentidos para escucharle, para oír esa Palabra que él en forma personal me dirige porque me conoce y me ama.
Y escucho que Él se dirige hacia mí y me dice: Sígueme a lo largo de este año que acaba de comenzar; sígueme en tu trabajo, en tu descanso; sígueme en la salud y la enfermedad; sígueme en la soledad y en la compañía; sígueme en la gracia que te doy y en el pecado que me devuelves; sígueme en toda circunstancia de tu vida; sígueme incondicionalmente, sígueme con amor.
Hoy quiero levantarme Señor y seguirte desde el carisma que me has regalado: como Jesús nos ponemos pie y dejarnos llevar por el Espíritu y exclamar: El Espíritu del Señor está sobre mí. El me ha ungido para llevar buenas noticias a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos y a los ciegos que pronto van a ver, para poner en libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor. Lucas 4, 17-1
Este año, es para nosotros un año de gracia, un año , que es año del Señor, que cambia radicalmente nuestra historia, para volver a ese Espíritu que se pronunció ante Jaime Bonet para llevar la buena noticia a los más pobres, y los más pobres para Jesús, son los pecadores, los enfermos, los que no tienen voz.
Ojalá este año, sea para ponernos en pie y salir en busca de la oveja perdida, del Hijo pródigo, de la moneda extraviada.
Dicen que en el templo de Jerusalén, el Santo Sanctórum, el lugar donde iban a orar los creyentes: sacerdotes y escribas pero a que al lado de éste, estaba patio de los gentiles donde iban los no creyentes pero viendo a los que oraban se contagiaban de su fe y dialogaban con ellos porque querían conocerlos mejor y cuál era el fundamento de su fe. Y sobre todo tenían hambre de Dios, nostalgia de un Dios que los guíe por el desierto de la vida hacia el reino de Dios.
Eso debe ser este año para el Verbum Dei, replicar este patio, incendiar con el fuego de la fe, y ser protagonistas en el mundo, atrapado por el hedonismo por lo económico, alejado de la fe, de los sacramentos, sin sentido, estado de inconsciencia del amor de Dios y que sólo esperan la llegada de un buen pastor.
Un buen Pastor que nos indique que el único camino y lo más importante para el hombre es el amor, estado de conciencia, felicidad, y el amor depende de la experiencia que tengas de Dios.
La evidencia de nuestra felicidad, el sentido que le encontremos a la vida, eso será nuestra mayor predicación, que es recorrer el camino de Jesús, de misericordia, amor al prójimo, con tu bondad y cercanía, ahí no encaja el miedo, lo que demostramos a la humanidad reconciliada, que es el mayor testimonio y una evangelización en vivo.
Benedicto XVI considera que “la Iglesia debería abrir también hoy una especie de "patio de los gentiles" donde los hombres puedan entrar en contacto de alguna manera con Dios” . Y ese es nuestro carisma y no tenemos que buscar otra camino que: reavivar el don de Dios que recibimos, dedicarnos de lleno a la oración y al ministerio de la Palabra.
Pidamos a la Madre de la Evangelización nos regale su ¡SI! Al plan amoroso de Dios y el volver a nuestro carisma tal como lo concibió Jaime Bonet: Oración y predicación de la Palabra.
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