Esfuércense más y más para asegurar su llamada

2 Pe. 1:5-11
ESCONDIDO Después de las fecundas celebraciones de la Encarnación de Dios, verdadero tesoro de los pobres y de la humanidad, nos invitas, Señor, a celebrar tu fecundísima “Vida Oculta” en la que decidiste pasar treinta de tus treinta y tres años. Después de un 90% de vida oculta, el Padre se pronuncia declarando que tú, eres su Hijo amado en quien El tiene sus complacencias (Mt 3,17) la Palabra hecha carne que hay que escuchar (Jn 1,14) para llegar a ser, también nosotros como Tú, hijos amados del Padre (1Jn 3,1-2) El porcentaje de tu vida oculta, en Nazaret, revela unas proporciones que me impulsan irresistiblemente al diálogo contigo. Necesito observar, contemplar, dialogar, comprender y aprender a vivir contigo y como Tú. Me fascina la idea de imitarte. Pero ¿qué sería imitar esos años de vida, en el más profundo anonimato? “La vida oculta de Nazaret permite a todos entrar en comunión con Jesús a través de los caminos más ordinarios de la vida humana. Nazaret es la escuela donde se comienza a entender la vida de Jesús: la escuela del Evangelio... Una lección de silencio ante todo...Una lección de vida familiar...Una lección de trabajo...” (N. Catec. N° 533). Querido Hijo Amado del Padre, tesoro escondido (Mt 13,44-46), oculto en Nazaret (Mt 2,23; Jn 1,46), permíteme vivir una vida enraizada en ti, unida a ti como la vid y los sarmientos (Jn 15,5), escondida en ti (Col 3,13), sumergida en ti. El contacto con tu fuego de amor, eleva la temperatura de mi vida, tanto, que no pueda- en su momento- sino abrirse paso hacia el exterior, con todo el hervor de las aguas de un géiser, con toda la presión y el calor de una vida oculta, escondida, enamorada, testigo del elevado grado de calor de la vida interior. Sólo tú, Señor conoces el interior de cada uno de nosotros (Sal 44,22), nuestro porcentaje de vida interior y nuestro recogimiento. Inscríbenos en tu escuela de Nazaret y sumérgenos en la vida oculta. “Cuanto más recogimiento más se recoge” (J. Bonet).

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