Detrás de la Palabra late el corazón cálido de Dios
Quiero empezar estas pautas, haciendo un pedido por la vida, esa invitación constante de mi amigo a la entrega, su sueño para todos los hombres. Señor que no dejemos pasar las oportunidades de entrega en nuestros ambientes, que tu vida no se nos vaya de las manos, que en ese ir escuchando y comprendiendo tu palabra, tu proceder, podamos ir dejándonos hacer por ti; acoger tu sentir y dejarnos acompañar por él en el día a día.
Qué bueno es Jesús, saber que escuchas mi suplica, porque me siento a veces muy lejos de vivir, que bueno es saber que detrás de esta actitud de dialogo existe una persona, una familia con corazón, que es ella quien acoge toda mi vida, mis alegrías y logros, pero también mis decepciones, miedos y pesares, que bueno es caer nuevamente en cuenta que no se trata de un libro, una historia o letra muerta, es tu corazón Jesús!!!!, corazón que espera y acoge con delicadeza y ternura nuestra vida, con una mirada nueva y diferente.
Desde lo profundo de ese cálido corazón, hoy Dios tiene una invitación para ti: ¡Levántate y Baja¡, Despierta y mantente atento a mis palabras, pide y ofrece, procura disponibilidad de corazón porque tengo mucho que decirte, adéntrate al silencio de tu corazón donde yo te espero, que allí mismo te hare oír mis Palabras:
El alfarero estaba haciendo un trabajo al torno .El cacharro que estaba haciendo se estropeo, y este volvió a empezar transformándolo en otro cacharro diferente como mejor le pareció al alfarero. No puedo hacer yo con vosotros, casa de Israel, lo mismo que este alfarero? (Jer 18,3-5)
Esta semana se nos invitaba a descubrir otra virtud de la Palabra, el poder consagratorio de la Palabra de Dios. Palabra que es capaz de transformar, convertir, moldear. ……….Baja conmigo y procura ser dócil a mi Palabra para que puedas comprender de que estas hecha y de lo que soy capaz de hacer contigo.
La cita del alfarero nos lleva a reconocer esto mismo, quienes somos y que estamos en las manos de Dios, que es más que saber que dependemos estáticamente de él ,por sobre todo reconocer lo mucho que puede hacer en nuestra vida. Acaso no puedo yo hacer Yo lo mismo con tu vida? (Jer 18,6), …. A ti que te abruma una vida que no vive, una paciencia que no sale, una coherencia y fuerza de voluntad que se doblega constantemente, tú que anhelas la bondad de los hombres, vivir mejor las situaciones que tocan vivir, A ti te digo:
Acaso no puedo yo hacer lo mismo con tu vida, cacharro que se estropea?, Lo mismo que barro en manos del alfarero así sois vosotros en mi mano, casa de Israel (Jer18,6) Entendía de parte de Dios una llamada de atención al corazón: Te falta confianza para comprender esto….Puedo, yo puedo hacer de ti , otro cacharro diferente, darle otra forma, color, un cacharro a mi querer, con mi visión. Qué bueno Señor descubrir que no es capricho, ni siquiera poder o potestad que lo tienes, sino garantía, esperanza y certeza..¡ Yo puedo moldear tu vida!.
Gracias Corazón cálido que esperas que despierte y baje cada día, que nos invitas a confiar no en lo que podemos, sino en lo que tu puedes hacer con nuestra vida. Gracias Señor porque te empeñas en devolvernos la esperanza. Tranquilidad me da el saber que tengo a mi lado al Dios que puede sacar de mi perfección en el amor, al Dios que me recuerda cada día como y para que volver. Corazón cálido que acoge mi vida, que importante sentirse esperada, acogida, amada, saber que alguien anhela de mi vida lo mismo que yo de ella.
Jesús, Papa, Espíritu Santo, ayúdennos a tener la confianza que necesitamos para podernos dejar en sus manos de hacedor; danos luz para entender tu querer, tu proyecto, para dejarnos moldear como mejor le pareció al alfarero”.
Tema: Palabra Consagratoria
Citas centrales: Jer 18,1-6
Qué bueno es Jesús, saber que escuchas mi suplica, porque me siento a veces muy lejos de vivir, que bueno es saber que detrás de esta actitud de dialogo existe una persona, una familia con corazón, que es ella quien acoge toda mi vida, mis alegrías y logros, pero también mis decepciones, miedos y pesares, que bueno es caer nuevamente en cuenta que no se trata de un libro, una historia o letra muerta, es tu corazón Jesús!!!!, corazón que espera y acoge con delicadeza y ternura nuestra vida, con una mirada nueva y diferente.
Desde lo profundo de ese cálido corazón, hoy Dios tiene una invitación para ti: ¡Levántate y Baja¡, Despierta y mantente atento a mis palabras, pide y ofrece, procura disponibilidad de corazón porque tengo mucho que decirte, adéntrate al silencio de tu corazón donde yo te espero, que allí mismo te hare oír mis Palabras:
El alfarero estaba haciendo un trabajo al torno .El cacharro que estaba haciendo se estropeo, y este volvió a empezar transformándolo en otro cacharro diferente como mejor le pareció al alfarero. No puedo hacer yo con vosotros, casa de Israel, lo mismo que este alfarero? (Jer 18,3-5)
Esta semana se nos invitaba a descubrir otra virtud de la Palabra, el poder consagratorio de la Palabra de Dios. Palabra que es capaz de transformar, convertir, moldear. ……….Baja conmigo y procura ser dócil a mi Palabra para que puedas comprender de que estas hecha y de lo que soy capaz de hacer contigo.
La cita del alfarero nos lleva a reconocer esto mismo, quienes somos y que estamos en las manos de Dios, que es más que saber que dependemos estáticamente de él ,por sobre todo reconocer lo mucho que puede hacer en nuestra vida. Acaso no puedo yo hacer Yo lo mismo con tu vida? (Jer 18,6), …. A ti que te abruma una vida que no vive, una paciencia que no sale, una coherencia y fuerza de voluntad que se doblega constantemente, tú que anhelas la bondad de los hombres, vivir mejor las situaciones que tocan vivir, A ti te digo:
Acaso no puedo yo hacer lo mismo con tu vida, cacharro que se estropea?, Lo mismo que barro en manos del alfarero así sois vosotros en mi mano, casa de Israel (Jer18,6) Entendía de parte de Dios una llamada de atención al corazón: Te falta confianza para comprender esto….Puedo, yo puedo hacer de ti , otro cacharro diferente, darle otra forma, color, un cacharro a mi querer, con mi visión. Qué bueno Señor descubrir que no es capricho, ni siquiera poder o potestad que lo tienes, sino garantía, esperanza y certeza..¡ Yo puedo moldear tu vida!.
Gracias Corazón cálido que esperas que despierte y baje cada día, que nos invitas a confiar no en lo que podemos, sino en lo que tu puedes hacer con nuestra vida. Gracias Señor porque te empeñas en devolvernos la esperanza. Tranquilidad me da el saber que tengo a mi lado al Dios que puede sacar de mi perfección en el amor, al Dios que me recuerda cada día como y para que volver. Corazón cálido que acoge mi vida, que importante sentirse esperada, acogida, amada, saber que alguien anhela de mi vida lo mismo que yo de ella.
Jesús, Papa, Espíritu Santo, ayúdennos a tener la confianza que necesitamos para podernos dejar en sus manos de hacedor; danos luz para entender tu querer, tu proyecto, para dejarnos moldear como mejor le pareció al alfarero”.
Tema: Palabra Consagratoria
Citas centrales: Jer 18,1-6
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