Firmes en oración y súplica para enfrentar las maniobras del maligno

(Ef 6:10-20) Cuando empezaba a orar, le pedía a Jesús, luces para escuchar su Palabra, entenderla y ponerla en práctica, y entendía de Jesús que me decía “Si me amas, guardarás mis Palabras, y te daré un protector para que permanezcas en ELLA (Juan 14,15-16).
De verás, cada vez me convenzo más que la clave para enfrentar las maniobras del maligno, es “AMAR A Dios Sobre todas las cosas” eso es lo que hizo Jesús nuestra verdad, camino y Vida, lo que necesitamos es creerle “si creen en mí harán las mismas obras que Yo y aún mayores” Juan 14,11; por eso mi oración, mi súplica es: Jesús, que yo te ame tanto como Tú amas al Padre, para poder decir como Él: pues se está acercando el príncipe de este mundo (el demonio, el maligno) pero en mi no encontrará nada que le pertenezca. Dicho de otra manera todo mi ser le pertenece al Padre.
La seguridad con que dice estas palabras, son fruto de una permanente unión con el Padre, en Espíritu y verdad. Y le preguntaba ¿ésta es gracia que te la da el Padre? Si tú corazón está disponible para acogerla y no eres impermeable a la voz del Espíritu Santo que te hace ver y decir lo que el Padre quiere.
¿Y qué me hace ser impermeable? El orgullo de saber, pensar, querer ser, saber, tener más que los demás, a tal punto de menosprecio a los demás, no dar acogida a los que te responden o no te respondan y eso es humildad, imagínate a Jesús andar todo el tiempo amando, creyendo y esperando en el hombre que lo iba a traicionar, lo hizo con el fin de enseñarnos a correr el riesgo de amar incondicionalmente, a todos a buenos y malos y Él mismo lo dice qué mérito tiene amar a los que me aman, a los que están de acuerdo conmigo, a los que piensan igual que yo, a los que progresan como yo quiero, que son lo que yo quiero, Jesús lo que hace es amarlos y orar para que se conviertan, para que su fe no caiga; el siempre estará como la gallina que quiere tenernos bajo sus alas, para que no caigamos en la tentación; pero se arriesga a decirnos ¡levántate!, toma tu fe, tu coraje, corre el riesgo de fiarte de mí, de tus hermanos y camina. Él con todo el amor que nos tiene respeta nuestro libre albedrío, nos invita a levantarnos, a creer, a dialogar, a llevar la buena nueva, a repartir el pan, a bautizar, a despertar, a resucitar en todo dice “ si tu quieres, si me amas, si me crees”
Pablo nos dice claramente lo que debemos hacer: Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con su energía y su fuerza. Lleven con ustedes todas las armas de Dios para que puedan resistir las maniobras del diablo.
Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.
Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas. Tomen la verdad como cinturón y la justicia como coraza; estén bien calzados, listos para propagar el Evangelio de la paz.
Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, y así podrán atajar las flechas incendiarias del demonio.
Por último, usen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, o sea, la Palabra de Dios.

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