Gusta su Amor y deja que prenda en tu corazón

La cita de hoy es Jeremias 18, 1-6 donde la Palabra nos invita a entrar a la alfarería que significa la fragua del amor de Dios en la oración. La Palabra se dirije a nuestra vida de una manera muy personal. Dice: “Levántate y baja a la casa del que trabaja la greda; allí te hare oír mis palabras.” Lo primero que nos dice es “levántate” yo lo entendia en mi oración una invitación a levantarme a estar más atenta a su Palabra, abrir el corazón y disponerme para escuchar su voz. Una invitación a no tener miedo a entrar a la fragua y dejar que su Palabra me transforme y me consagre. Despues sigue diciendo la cita: “baja” que lo entendia como esa invitación a reconocer que le necesito, que soy pobre, que sin su su amor y su misericordia no soy nada.
La oración con la Palabra es un regalo muy grande porque es donde el alfarero trabaja la greda de nuestra pobreza, imperfección, lo humano, y todo aquello que muchas veces nos limita para amar a Dios y a los hermanos.
Jeremías dice: “Bajé, pues, donde el alfarero, que estaba haciendo un trabajo al torno. Pero el cántaro que estaba haciendo le salió mal...” Me llamaba la atención darme cuenta con esta frase como si Dios se echara la culpa de que el cántaro le saliera mal, eso me doblega porque yo le decia “Dios mio tu no puedes culparte por las muchas veces que no he sido docil a tu voz, a tu Palabra, a tu voluntad… he sido yo que no he colaborado contigo por eso tantas y tantas veces el cántaro que quieres hacer conmigo te sale mal.”
Pero a la  vez me ayudaba mucho ver la insistencia, fidelidad, misericordia y amor de Dios donde vuelve una y otra vez a empezar con nuestra vida. Dice la Palabra: “Lo volvio entonces a empezar…” Ese “empezar” una y otra vez en nosotros es la FIDELIDAD DE DIOS SOBRE NUESTRAS VIDAS! El no tira la toalla, el no nos descalifica, mucho menos nos desecha. SU AMOR POR SUS HIJOS ES MUCHO MAS GRANDE! Por eso dirá en su Palabra: “Se conmueven mis entrañas por ti porque eres mi hijo (a) tan querido”
Continua Jeremias diciendo sobre el cántaro: “ Lo volvió a empezar, transformandolo en otro cántaro a su gusto.” El fruto de la oración es la transformación del pesimismo al optimismo, del miedo a la confiaza, de la tristeza a la alegria, de la preocuapación al abandono… del egoismo al amor, del resentimiento al perdón… La oración nos transforma. Decia Santa Teresa de Jesus “La oración profunda es el fruto de la oración prolongada” En el dialogo cariñoso y personal, Dios va haciendo en nosotros otro cantaro a su gusto.
Con esta cita de Jeremias se encuentra y se encierra la dinamica espiritual en la que muchas veces nos encontramos. Por un lado Dios me invita a bajar y entrar a la alfareria, por otro lado en ese camino de oración que vamos haciendo muchas veces nos sentimos que no llegamos por nuestra pobreza, lentitud, pecado, limitación y torpeza que muchas experimentamos en el caminar. Muchas veces el cantaro sale mal por nuestra propia indigencia humana y pecadora.
PERO LO GRANDE es QUE DIOS SIGUE SIENDO FIEL, SIGUE INSISTIENDO POR NUESTRA VIDA, SU MISERICORDIA ES INFINITA, Y VUELVE A CONQUISTARNOS PARA HACERNOS EN UN CANTARO A SU GUSTO.

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