Pautas Jueves


MANTENGAN ESTRECHO CONTACTO CON CRISTO
Colosenses 3,16-19 

Queremos   aprender a fondo el misterio de la fe,  en que todos formamos un solo cuerpo en cristo y que no hay otro nombre o persona en el cielo y en la tierra que nos pueda salvar y que este aprender, sea un aprehender en la vida concreta, de manera que ya no puedan  y no quieran soltar esta nueva vida en cristo, como diría el cantar de los cantares: “...cuando encontré el amor de mi alma. Le aprehendí y no le soltaré”.  Esto implica: dejarnos  envolver, comprometer, involucrarnos en cristo  y , llevarlo  en sí.
Es una llamada a vivir esa Vida Nueva EN Cristo, que es mucho más que unas normas, leyes o comportamientos puramente externos. Sino que es la coherencia del que vive en una relación amorosa y estrecha con Dios en Cristo.
El Cuerpo Místico es LA NUEVA FORMA DE VIVIR que Cristo nos ha alcanzado con su pasión, muerte  y resurrección. Implicándonos, uniéndonos, asiéndonos uno en su cuerpo.  Por ello busquemos LAS COSAS DE ARRIBA. Y nos podemos preguntar esto qué significa. Buscar las cosas de arriba no las de la tierra, no es más que la llamada a esa comunión, dialogo vivo, actual y amoroso con Cristo que es la cabeza del cuerpo y la fuente del amor y plenitud que estoy llamado a recibir y convivir con mis demás hermanos. Esto es lo que nosotros llamamos la vida de oración o unión existencial con Dios  de corazón durante el día y en todo lo que pensamos, decimos, hacemos y dejamos de hacer, que no son  normas o PROPOSITOS que yo me hago, sino los frutos que yo recibo de estar unido a él y de esa vida nueva, que es esa vida oculta con Cristo en Dios, en su cuerpo, escondida es invisible a nuestros ojos,  recibimos su amor, de la misma manera que las ramas de una vid reciben del tronco la savia que les posibilitará dar los frutos que luego disfrutaremos, la savia no la vemos, va por dentro, lo mismo nosotros no vemos el amor de Dios derramado en nuestros corazones, pero si vemos los Frutos y como  diría el mismo Jesús: “...por los frutos los conoceréis”.  Por eso: “Permaneced en mi amor...”
Gracias a que estamos en él, nos sabemos bien conocidos de Dios (Colosenses 5,11), Y no sólo eso, sino que el que está en Cristo es una nueva criatura. (Col 5,17)  permaneciendo en su amor, que  es la  clave de la perseverancia: La vida orante, de quien se sabe ante la presencia de Cristo en todo momento.
San Pablo  se sabe ese Pastor que lleva en su seno, (cf:Is.40,11)  en su corazón a sus hermanos, como Cristo lleva toda la humanidad dentro de sí. Y por eso sabe que todo lo que vive afecta a sus  hermanos como cuando nos pinchamos un dedo todo el cuerpo reacciona al dolor, y si mi corazón se alegra, es todo mi ser responde a ese estímulo de alegría.
Vamos a pedir a María que nos haga conscientes del vivir en contacto con Cristo nos hace más hermanos más misericordiosos con todo el género humanos.

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