El Espíritu Santo es el Agua viva
“El último día de la fiesta,
que era el más solemne, Jesús, puesto en pie, exclamó con voz potente: «El que
tenga sed, que venga a mí. Pues el que cree en mí tendrá de beber.
Lo dice la Escritura: De su seno brotarán ríos de agua viva.»
Decía esto Jesús
refiriéndose al Espíritu Santo que recibirían los que creyeran en él. Todavía
no se comunicaba el Espíritu, porque Jesús aún no había entrado en su gloria” .Juan
7, 37-39
El Señor no se cansa de
llamarnos, por donde vamos le encontramos invitándonos a volver a Él, ¿A dónde
puedo ir Señor lejos de tu Espíritu? Por más que nosotros nos separemos de Él, Él
no se rinde, siempre nos busca, y en su gran sabiduría se presenta ahora como
El Agua Viva que calma la sed, porque sabe de lo que carecemos, solamente El
que nos conoce en lo secreto sabe que tenemos sed de Vida, una vida diferente,
superior, y quiere dárnosla. Es una llamada personal, que hoy se dirige a
tu vida… “El que tenga sed, que venga a
mi”.
Por encima de las cosas que
pasamos diariamente intuimos que hay una vida donde todo es dicha, paz,
felicidad, y el corazón está siempre
inquieto, siempre buscando…por eso Jesús que nos conoce por dentro y por fuera
que todo lo sabe, puesto en pie delante de tu vida exclama con voz potente tu nombre: ……..tu que tienes
sed, Ven a mí, si tú crees en mí tendrás de
beber porque de Mí brotaran ríos de
agua viva para ti.
El Señor sabe los deseos más
profundos de tu corazón, sabe la sed que te envuelve, sabe de las fatigas, de
los sustos, de esas largas caminatas por el mundo, experiencia tras
experiencia que nos dejan agotados,
resecos, áridos como desiertos.
Cuando Jesús llama Agua Viva al
Espíritu Santo es para hacernos entender que así como el agua natural, da vida
a su paso a las plantas, hace la tierra fértil, la suaviza, hace que los
árboles den frutos, así quiere que miremos nuestra vida, como un desierto en
donde esa Agua Viva que brota de su
seno, el Espíritu Santo nos haga dar
frutos abundantes, duraderos, frutos de su Amor para repartirlos en el mundo.
Dice la Palabra que era el último
día de la fiesta, seguramente muchos estaban muy contentos, así como podemos
sentirnos muchos de nosotros… nos sentimos bien, pero Jesús quiere darnos más,
por eso se ofrece, Vengan a Mi,
ustedes que todavía no han probado del todo de esta Agua Viva, no se conformen
con lo que han recibido y disfrutado hasta ahora, tengo mucho más para ustedes.
Jesús nos llama porque conoce que
las cosas del mundo a veces nos ganan, pero no nos van a llenar, al final
siempre nos dejan vacíos, Él lo sabe porque nos conoce interiormente como
nadie, sabe de que carecemos, el porqué, y como saciarnos.
“Ven a Mí”… “El agua que yo te daré se convertirá en ti en manantial de agua viva,
que brota para comunicar vida eterna”. Jn 4
¿Por qué no ir mas a su
encuentro?, ¿Qué nos detiene, porque nos cuesta decirle aquí estoy Señor, darle
más tiempo para que realice el plan que tiene para nuestra vida, dialogar con
Él largos ratos, porque nos conformamos con beber rápidamente, solo un sorbo de
todo el torrente de Vida que nos quiere dar? Hemos ido a tantas fuentes, pozo,
o personas, que no nos han dado vida al contrario, nos han dejado secos, nos
han exprimido la vida y se han marchado, les hemos dado tanto tiempo ¿por qué
no acudir ahora a Jesús, a encontrarle en la Palabra, en los Sacramentos?
Jesús nos llama porque ama
nuestra vida, y quiere llenarla de
flores, de verdor, de frescura, reavivar
su Espíritu es nosotros, que experimentemos un nuevo Pentecostés, quiere reavivar
el fuego, en esa primer Palabra que
escuchamos y que nos cautivó quiere soplar el
Espíritu Santo sobre nosotros, e invitarnos a seguirle sin mirar atrás, quiere darnos de beber Agua
Viva, que es Verdad, que es Vida, es agua que calma la sed; no tardemos
entonces en acudir a El mismo, dejar las personas, los medios e ir directamente
a la Fuente de Agua Viva, a Jesús de quien brotan ríos de Agua Viva.
Todo lo que necesitamos solo
puede brotar de Jesús, Fuente, Caudal del Agua que calma nuestra sed, solo
necesitamos reconocernos sedientos, y tener fe para creer que en El encontraré
lo que necesito, lo que va a calmar mi sed, y me va a dar tanta Gracia que
hasta alcanzará para todos los sedientos que encuentre en mi camino, poder ser
su canal que irrigue la vida de muchos con su Palabra y su Espíritu.
Madre acompáñanos a ir a Jesús, a
recibir el Agua Viva, el Espíritu Santo
que calme nuestra sed y nos convierta en fuente de comunión con todos nuestros hermanos.
Dios nos bendiga.
P:D
Les quiero compartir también los
dones del Espíritu Santo que vamos a recibir el domingo como una nueva efusión
para saber pedir al Señor el que más necesitamos en el momento oportuno.
1. SABIDURÍA: Nos permite
descubrir la voluntad de Dios, lo que Él desea para que seamos felices.
2. ENTENDIMIENTO: Nos ayuda a comprender las verdades reveladas de
nuestra fe.
3. CIENCIA: Nos ayuda a pensar bien y a entender con fe
las cosas del mundo, a ser exactos en el día a día.
4. CONSEJO: Nos ayuda a saber qué es lo mejor para cada momento. Y nos capacita
para ser buenos consejeros de los demás, guiándolos por el buen camino.
5. FORTALEZA: Cuando los que no tienen fe pierden sus
esperanzas, los cristianos tenemos la fortaleza de Dios para superar los
mayores peligros o dificultades. Nos ayuda a no caer en las tentaciones, y a
seguir adelante con optimismo.
6. PIEDAD: El don de las personas santas, de las que viven en íntima unión con
Dios. Estas personas están en constante diálogo con Dios, el mundo lo ven todo
con la mirada amorosa de Dios, y lo hacen presente con su vida y testimonio.
7. TEMOR DE DIOS: Nos ayuda a respetar a Dios, a darle su lugar
como la persona más importante y buena del mundo, a nunca decir nada contra Él.
A temer ofenderle, no por miedo, sino por amor.
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