LA PALABRA PREDICADA TIENE FUERZA EXPANSIVA EN EL MUNDO

Buenos días Espíritu Santo, nuevamente junto a ti, gracias por este día que me regalas, por el trabajo, por este sol radiante, y por mi familia, regálame hoy fortaleza para realizar lo que me pides, y luego anunciarlo a mis hermanos.
DICE EN MT.10, 20 : PUES NO VAN A SER USTEDES LOS QUE HABLARÁN SINO EL ESPÍRITU DE SU PADRE EL QUE HABLARÁ POR USTEDES.
El Señor me decía, No eres tú Rosa es la espada del espíritu, quien habla a través de ti hacia los demás, no son tus fuerzas humanas, somos nosotros, por pura gracia y misericordia hacia ti. Cuando te regalamos este carisma de orar y predicar, Verbum Dei , has sido impulsada por el Espíritu para predicar primero en tu familia, y al principio no me querían escuchar, me rechazaban y el Espíritu te animaba a seguirlo hacer hasta hoy, y ahora ya me escuchan. Luego cuando te encomendamos a la viña de Pro, cuántas veces hemos sido tu fortaleza para ir semana tras semana para que tus hermanos me escuchen por que unos me quieren conocer, otros porque sienten vacíos y llenan su vida con otras cosas, y así cada uno con su vida.
Y mira a tu hijo que también te iluminamos para que lo evangelices, saliendo de su mundo comunicándose contigo, pero todavía te falta mucho por hacer Rosa con tu hijo, Señor a veces me siento impotente lo pongo en tus manos y a ti Madre santísima también.
Sabes Rosa cuánta influencia tienes con tu familia y las personas que te hemos encomendado. Porque mi palabra es viva y eficaz que penetra hasta lo más profundo, es importante que se siga expandiendo a través de tu familia y tus hermanos, seas madre y padre espiritual de todos ellos, necesitamos de tu colaboración, para que me conozcan, crezcan en la fe y se salven.
Y cómo Señor trasmitir tu palabra a mis hermanos, en MT. 10,27 REPÍTANLO A LA LUZ DEL DÍA Y LO QUE LES DIGO AL OÍDO, GRÍTENLO DESDE LOS TECHOS.
No puedes callar, todo lo que te decimos en estos encuentros que tienes conmigo y lo que vamos haciendo con tu vida, grítalo con entusiasmo, con fuerza a todos tus hermanos y a tu familia. Señor la semana pasada fue bien intensa ni yo lo podía creer, pero cuando regresaba a mi casa en el bus, me sentía contenta y te dije Señor misión cumplida, esa es la alegría Rosa que te damos, esa es la plenitud.
POR ESO ¡AY DE MÍ SINO PROCLAMO EL EVANGELIO!.
Gracias Padre, Hijo y Espíritu Santo, por seguir confiando en mí, por ser mi guía, el que me levanta me fortalece, me conduce, el que me rescató, tantas cosas por la que tengo que agradecer, Te pido Santísima Trinidad que me des la capacidad, de conducir de cuidar, la vida de las ovejas que me has encomendado y a mi familia, siendo madre y padre espiritual de ellos.
Madre Santísima gracias por acompañarme en éste camino del Verbum Dei.



Comentarios

Entradas populares de este blog

“Un buen soldado de Cristo”

“DIOS ME CUBRE CON SU MANTO”

Jesús, fijando en él su mirada, le amó