El Amor no hace mal a nadie



Colosenses 3,14
“Pónganse, pues, el vestido que conviene a los elegidos de Dios, sus santos muy queridos: la compasión tierna, la bondad, la humildad, la mansedumbre, la paciencia.  Sopórtense y perdónense unos a otros si uno tiene motivo de queja contra otro. Como el Señor los perdonó, a su vez hagan ustedes lo mismo. Por encima de esta vestidura pondrán como cinturón el amor, que lo hace todo perfecto.  Así la paz de Cristo reinará en sus corazones, pues para esto fueron llamados y reunidos. Finalmente, sean agradecidos”.
Romanos 13,12
 “No tengan deuda alguna con nadie, fuera del amor mutuo que se deben, pues el que ama a su prójimo ya ha cumplido con la Ley.  Pues los mandamientos no cometas adulterio, no mates, no robes, no tengas envidia... y todos los demás se resumen en estas palabras: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace nada malo al prójimo; el amor, pues, es la Ley perfecta.
Comprendan en qué tiempo estamos, y que ya es hora de despertar.”

Esta semana estamos bebiendo de nuestra tercera Fuente de Espiritualidad: El Cuerpo Místico, y le daba gracias a Dios porque nos hace, tomar conciencia a través del diálogo con la Palabra que es Dios, que es Luz;  de cómo estamos amando….¿”nuestro amor” le está haciendo bien al otro, o le está haciendo mal, alejarse o acercarse más a Dios?

¿Con qué clase de Amor nos estamos relacionando con el Cuerpo de Cristo, con  nuestros hermanos, con nosotros mismos, con la familia, con los más cercanos, con los compañeros del trabajo, de los estudios, con el que nos encontramos en la calle?, ¿estamos viviendo como discípulos de Jesús siendo ligamento de  Amor auténtico, somos  canales para hacerle llegar la Vida de Dios? ¿O estamos relacionándonos con el prójimo según nuestros sentimientos,  pensamientos, o nuestros problemas personales?

Dice Pablo que el Amor no hace nada malo al Prójimo, él habla del Amor de Dios, de ese Amor que recibimos permaneciendo unidos a Él en la oración, el Amor que es paciente, servicial, que olvida lo malo que no se deja llevar por la ira, que espera siempre lo mejor del otro, que no es celoso ni envidioso, que no se alegra del mal del otro, que se goza en la verdad, que todo lo cree….1Cor 13.

Cuando uno se contempla ante este como Amor como ante un espejo (Stgo 1,23) se da cuenta, al menos yo, de que estoy tan lejos de vivir este ideal de Amor.
Porque a menudo me encuentro haciendo todo lo contrario, uno se acuerda de las cosas malas que nos han hecho, luego en la calle te dicen algo que no te gusta, y reaccionas con cólera,  te dejas llevar por la ira,  contestas mal, inclusive en el trabajo uno no contesta mal, pero te aguantas, por dentro estas sintiendo que quieres decirle al otro sus cuatro cosas, y es igual que si lo dijeras, solo estamos reprimiéndonos, y nos estamos haciendo mucho daño nosotros mismos.

Cuando Jesús nos dice que permanezcamos en su amor es porque quiere que vivamos con salud espiritual, que nos hagamos el Bien, con una vida interior sana,  libre, el amor no hace daño, el amar hace bien, y hasta repercute en tu salud física,  te hace bien a ti primero, por eso, que importante es permanecer en su Amor.

El amor le da sentido a nuestra vida, a las cosas que realizamos a diario, comer, dormir, trabajar, ver a los hijos, educarlos, el amor es el vínculo perfecto, no lo es el dinero que ganamos, y nos hace disfrutar de viajes, de comidas ricas, porque si falta nos sentimos frustrados; no lo es nuestra manera de ser simpática, carismática, porque cuando nos sentimos mal, se acaba la simpatía. Lo que le da el sentido, alegría y felicidad a nuestra vida es vivir para amar como Jesús, que te hace amar dando la vida, dando sin esperar recibir nada a cambio, gratuita y desinteresadamente.

“Ustedes deben amarse como yo los amo”, no es sencillo, pero pónganse como cinturón el Amor, ese cinturón que te lleva a hacer lo que no quieres, (Jn 21,18) que es dejar que Otro te lleve por el Camino perfecto del Amor, que te hace crecer como persona, como hijo de Dios que te lleva a la Vida Eterna, que te convierte en instrumento de salvación para tus hermanos, para vivir según el plan de Dios.

La invitación de Jesús hoy día, como en toda la semana es a permanecer en El, orar para beber de su Amor, y llenar nuestro corazón de su Amor.

Yo le decía al Señor que quería amarle mucho más de lo que le amo, porque me experimento tan amada, al escucharle que me quiere unida a Él como el sarmiento a la Vid, en una unión intima, familiar, gozosa, y el Señor me decía que le amara en mis hermanos, que les de su amor, que soy el ligamento dentro de su Cuerpo por donde Él quiere pasar a la vida de mis hermanos, con su Amor, que hace bien, que salva, que mi vida la necesita unida a Él dando su Amor, para que el Cuerpo se mantenga sano; entonces Señor mi vida ya no me pertenece a mí, mi vida está comprometida con Cristo y su Cuerpo, “Pues para esto he sido llamada e injertada en el Cuerpo de Cristo”.

Su Palabra “No tengan deuda alguna con nadie fuera del amor mutuo”, me abre a una nueva vida, tengo un nuevo horizonte al descubrir que a mi hermano le debo el amor, desde el ¿cómo te pagaré tanto bien que me haces?...”págame amando a mis hermanos, dales el Bien Mayor, dales mi Amor, así me conocerán y vivirán su identidad”, mi Jesús se ha hecho uno con ellos “lo que le haces a uno de mis hermanos a mi me lo haces”,

Entonces Señor te quiero pagar dándoles el Evangelio, dándoles a conocer la oración, que tienen parte también muy importante, vital e imprescindible en el Cuerpo de Cristo.

“El amor no hace nada malo al Prójimo, el amor pues es la manera de cumplir la Ley. “

Gracias Madre por tu compañía, porque siempre nos llevas de la mano a Jesús.
Dios nos bendiga.
Nila

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