Que nadie pase necesidad, que a todos les llegue la vida de Cristo
Hechos 4, 32-35
El viernes último cuando veía la
inauguración de las Olimpiadas de Londres, donde se mostraba tanto derroche de
todo, yo como judas le decía a Jesús, todo ese dinero invertido en tantas
majestuosidad se hubiera invertido en los pobres y Jesús me decía: A los pobres
siempre los tendrás, aunque se invierta lo que se invierta y es verdad ¿Porque
quién es pobre? ¿Quién es el que sufre necesidades? Hay tantos pobrezas:
espirituales, sicológicas, sociológicas, mentales, y por supuestos las
económicas.
¿Qué es lo que no puede faltar nunca? Jesús en su Palabra dice: donde hay amor hay caridad
Y a Dios no lo ha visto nadie jamás; pero si nos amamos unos a otros,
Dios está entre nosotros y su amor ha llegado a su plenitud en nosotros. (1
Juan 4,12).
Si los demás pueden ver a Dios en nosotros es
porque, estamos saciando sus necesidades sean de la índole que sean, si no lo ven es porque hemos perdido el
camino de la oración, nos estamos desviando de nuestra misión de amar como
Jesús nos ama, y Él ya no es nuestro camino, verdad y vida (Juan 14,6) y
andamos por la vida sólo saciando nuestras necesidades egoístas, yo tengo, yo
quiero, yo soy el que tiene más dinero, más poder, más influencias, el que más
trabaja, el que más sabe y así vamos
engordando nuestro “ego” hasta no tener espacio para los demás.
En la Carta
de Santiago 2,14-26 nos habla que si realmente tenemos fe, debemos manifestarlo
a través de nuestras obras, no basta conocer las necesidades de nuestros
hermanos sino poner medios para ayudarlo y para ello hay que ser obedientes a
la Palabra de Dios y amar implica riesgo y sacrificio personal, no dando lo que
nos sobra sino como decía Teresa de Calcuta “Amar hasta que nos duela”
Jesús siempre
actualizará Lucas 10,25-37, nuestros hermanos asaltados por el estrés,
depresión, discriminación que nos dan las personas, el trabajo, la televisión
etc. ¿Qué nos quiere enseñar Jesús en
esta parábola? ¿Cuál es la situación en la cual
Jesús conto esta parábola? Si empezamos con esta perspectiva podremos entender
el significado profundo de la parábola.
Porque él
nos ama, y quiere que nos ayudemos entre nosotros. El nos llena de su amor para
que
nosotros
podamos mostrar amor a otras personas aunque ellos
no nos caen bien.
El amor que
Dios quiere que demostremos es una actitud, no una emoción.
No te tiene
que caer bien alguien para demostrar amor. Jesús nos ensena que debemos mostrar amor hasta a nuestros enemigos. El no espera que nuestros enemigos nos agraden, pero si espera que les
mostremos amor. (Mateo
5:43-47)
La parábola
del buen samaritano (Lucas 10:25-37) es sobre un hombre que demostró amor a
alguien que
necesitaba ayuda, aunque probablemente el hombre no hubiera hecho lo mismo por él.
El samaritano se arriesgó a que sus amigos le llamaran la atención, a que sus
enemigos lo juzguen negativamente, a perder todo su dinero.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino
en que él nos amó primero, queridos hermanos,
ya que Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos los unos a los
otros. (1 Juan 4:10-11)
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