Para ser como Él, necesitamos tener sed
Isaías 55,1-3; Hechos  2,42

A ver ustedes que andan con sed, ¡vengan a las aguas! No importa que estén sin plata, vengan; y su paladar se deleitará con comidas exquisitas. Atiéndanme y acérquense a mí, Escúchenme y su alma vivirá. Voy a hacer con ustedes una alianza para siempre, para darles los bienes que tengo prometidos Is 55, 1-3
Eran asiduos a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia fraterna, a la fracción del pan y a las oraciones. Hecho 2,42
Es imposible desear algo y no obtenerlo, dice Paulo Coelho,  en su libro el alquimista, que cuando uno desea algo toda la creación se confabula para hacerlo realidad, pero Jesús es más categórico cuando dice: Todo lo que pidan en mi Nombre lo haré, de manera que el Padre sea glorificado en su Hijo. Y también haré lo que me pidan invocando mi Nombre Juan 14, 13-14
Así que basta desear de todo corazón  comer la Eucaristía cada día y pedir en nombre de Jesús, que me vaya a transformándome en Él,  los discípulos quizás no le entendieron a Jesús cuando les dijo: Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.  El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Al escucharlo, cierto número de discípulos de Jesús dijeron: «¡Este lenguaje es muy duro! ¿Quién querrá escucharlo?» Juan 6,55-57
Pero después de su resurrección y la venida del Espíritu sus sentidos se abrieron a la palabra de Dios, y realmente entendieron que comer la Hostia, el pan consagrado, les decía transfórmense en mí, porque así permanecerán en mí y harán lo que yo hago.
Jesús es admirable en sus enseñanzas y las hace tan de acuerdo a nuestra lógica, que hace que entendamos que quien come su carne, se hará su propia carne y tomando su sangre se hará su propia sangre.
En otras palabras, somos lo que comemos y bebemos, hasta tener el sabor de lo que comemos, cuando comemos a Jesús en la Eucaristía, tomamos su sabor  de tal manera que quien nos pruebe sentirá el gusto de Jesús en nosotros ¡Qué maravilla! Y qué ideal tan alto nos propone Jesús, ser cómo Él.
Y ¿cómo eres m Jesús? Manso y humilde corazón, obediente a la Palabra del Padre, hago lo que Él me dice, paso mi vida haciendo el bien, a eso nos debe llevar el comulgar cada día, o cada semana o como manda la Santa Madre Iglesia por lo menos una vez al año; pero cuanto más lo comas más tendrás sabor a Él.
Como dice la poesía de Jaime Bonet nuestro fundador:
¡Y EN TU AMOR FUNDIDO, TOMAR TU SABOR! ¡Y A TI MUY UNIDO,  SER HOY YA SERVIDO, GUSTADO Y COMIDO  DEL MUNDO DE HOY!
Y eso hace que seamos cuerda para atraer a los hermanos y nudo para unirlos, para que mi familia sea Una, para que en mi trabajo mis compañeros sean uno, en las Universidad ser Uno, en la Comunidad Verbum Dei ser uno, pero para eso no hay que temer entrar en la fragua del sagrario, donde nos cura de nuestros males, desde la raíz, no hay que temer al lagar donde las uvas son pisoteadas para obtener el buen vino, no temer ser molida, ni al horno encendido de tu corazón, Jesús, cuando dialogamos contigo, escuchando, asimilando y viviendo tu Palabra:  aunque esto parece fácil y se dice rapidito, con lleva a hacerse ofrenda diaria, ahí en tu casa, universidad, trabajo donde nos encontremos y duele porque no estamos acostumbrados a dejarnos ganar, a que nos pisoteen, o nos muelan con las críticas, el mal humor, los chismes pero es cuestión de pedírselo a Jesús, todo lo que me pidan les daré, Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá, porque todo el que pide recibe, el que busca encuentra y al que llama se le abre Mateo 7,7
Señor Jesús, en tu nombre te pido que me des tu sabor y que los demás también al comerme me encuentres que te tengo yus pensamientos, palabras, intenciónes y tu manera de amar. Amén.


Es imposible desear algo y no obtenerlo, dice Paulo Coelho, en su libro el alquimista, que cuando uno desea algo toda la creación se confabula para hacerlo realidad, pero Jesús es más categórico cuando dice: Todo lo que pidan en mi Nombre lo haré, de manera que el Padre sea glorificado en su Hijo. Y también haré lo que me pidan invocando mi Nombre Juan 14, 13-14
Así que basta desear de todo corazón comer la Eucaristía cada día y pedir en nombre de Jesús, que me vaya a transformándome en Él, los discípulos quizás no le entendieron a Jesús cuando les dijo: Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Al escucharlo, cierto número de discípulos de Jesús dijeron: «¡Este lenguaje es muy duro! ¿Quién querrá escucharlo?» Juan 6,55-57
Pero después de su resurrección y la venida del Espíritu sus sentidos se abrieron a la palabra de Dios, y realmente entendieron que comer la Hostia, el pan consagrado, les decía transfórmense en mí, porque así permanecerán en mí y harán lo que yo hago.
Jesús es admirable en sus enseñanzas y las hace tan de acuerdo a nuestra lógica, que hace que entendamos que quien come su carne, se hará su propia carne y tomando su sangre se hará su propia sangre.
En otras palabras, somos lo que comemos y bebemos, hasta tener el sabor de lo que comemos, cuando comemos a Jesús en la Eucaristía, tomamos su sabor de tal manera que quien nos pruebe sentirá el gusto de Jesús en nosotros ¡Qué maravilla! Y qué ideal tan alto nos propone Jesús, ser cómo Él.
Y ¿cómo eres m Jesús? Manso y humilde corazón, obediente a la Palabra del Padre, hago lo que Él me dice, paso mi vida haciendo el bien, a eso nos debe llevar el comulgar cada día, o cada semana o como manda la Santa Madre Iglesia por lo menos una vez al año; pero cuanto más lo comas más tendrás sabor a Él.
Como dice la poesía de Jaime Bonet nuestro fundador:
¡Y EN TU AMOR FUNDIDO, TOMAR TU SABOR! ¡Y A TI MUY UNIDO, SER HOY YA SERVIDO, GUSTADO Y COMIDO DEL MUNDO DE HOY!
Y eso hace que seamos cuerda para atraer a los hermanos y nudo para unirlos, para que mi familia sea Una, para que en mi trabajo mis compañeros sean uno, en las Universidad ser Uno, en la Comunidad Verbum Dei ser uno, pero para eso no hay que temer entrar en la fragua del sagrario, donde nos cura de nuestros males, desde la raíz, no hay que temer al lagar donde las uvas son pisoteadas para obtener el buen vino, no temer ser molida, ni al horno encendido de tu corazón, Jesús, cuando dialogamos contigo, escuchando, asimilando y viviendo tu Palabra: aunque esto parece fácil y se dice rapidito, con lleva a hacerse ofrenda diaria, ahí en tu casa, universidad, trabajo donde nos encontremos y duele porque no estamos acostumbrados a dejarnos ganar, a que nos pisoteen, o nos muelan con las críticas, el mal humor, los chismes pero es cuestión de pedírselo a Jesús, todo lo que me pidan les daré,
“Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá, porque todo el que pide recibe, el que busca encuentra y al que llama se le abre Mateo 7,7
Señor Jesús, en tu nombre te pido que me des tu sabor y que los demás también al comerme me encuentres que te tengo yus pensamientos, palabras, intenciónes y tu manera de amar. Amén.



Ap 21,6Eran asiduos a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia fraterna, a la fracción del pan y a las oraciones. Hecho 2,42










1  Pro 9,3




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