¿Cómo orar?

¿Cómo orar? Jn 4,26; Jn 3,29
Nos dedicaremos a la oración.
La mujer le dijo: «Yo sé que el Mesías (que es el Cristo), está por venir; cuando venga nos enseñará todo.» Jesús le dijo: «Ese soy yo, el que habla contigo.»Jn 4. 25-26
Cuando los apóstoles quisieron aprender a orar buscaron a Jesús, no fueron a buscar libros, o a los Maestros de la ley, para que les enseñaran, ellos fueron a la misma Fuente, buscaron al Maestro, al Señor.
Por eso nosotros también para aprende a orar necesitamos ir a la Palabra, a Jesús, y pedirle nos enseñe a orar, “El nos enseñará todo”.
Jesús nos lo enseña dialogando, Ese soy yo, el que habla contigo, El habla con nosotros, por eso si no sabemos cómo orar, El nos lo enseña, a orar se aprende orando.
En el diálogo amoroso sencillo, profundo tierno, Jesús nos va enseñando que para orar hay que empezar tomando conciencia de su presencia, ¿para qué?, no es igual empezar a dialogar con una persona, que con Dios, necesito hacer silencio y pedirle al Espíritu Santo me haga tomar conciencia de su presencia, para alabarle, para adorarle, para amarle, porque orar es una relación de amor, es la unión de dos personas que se aman.
No es leer la Palabra fríamente ni tratando de sacar solamente los frutos, ellos se darán de por sí, lo principal es entrar a la oración amando, y este amor si es poco, la misma oración lo hará crecer poco a poco, no hay prisa, porque desde que empezamos, poniendo el esfuerzo, el empeño en querer dialogar con Él, el Señor pone de su parte todo.
Cuando nosotros oramos, repito, nos ponemos primero en presencia del Señor, para tener conciencia de que estamos ante una Persona, y que además no es cualquier persona, es Alguien que nos ama. La actitud que debemos pedir para orar entonces es el Amor…que me acerque a ti Señor con un corazón abierto, libre, vació y desapegado de todo, para que Tu entres y lo llenes de Ti, de tu Presencia que es Amor.
Lo que le llevemos el Señor lo va a llenar, si le presentamos un dedal por ejemplo eso lo llenará, si le presentamos una cisterna o una represa eso lo llenará, depende de nosotros el llenarnos de su amor, El está dispuesto siempre a darnos todo lo que le pidamos.
Señor llena mi corazón de Amor por ti y por mis hermanos, dame una medida rebosante, para poder amar como Tú amas.
No puedo acercarme a orar, si no estoy dispuesto a perdonar, si no me he reconciliado con alguien primero, si no estoy dispuesta a aceptar a alguna otra. Cuando el Señor que es el Amor quiere entrar a mi corazón, viene con todos, con el que me cae mal, con el que no me agrada, si no le dejo entrar a ellos, tampoco le dejo entrar al Señor a mi corazón, porque mi corazón solo tiene una puerta.
Cuando oramos es para crecer en el amor, “Es necesario que él crezca y que yo disminuya”. Juan 3,29
Que el Señor crezca en nosotros hasta poder decir “ya no vivo yo es Cristo quien vive en mí”-
Pidamos a nuestra Madre nos enseñe a preparar nuestro corazón para recibir la Palabra que viene a cargar nuestro corazón de amor para compartirlo y repartirlo a nuestros hermanos.
Dios nos bendiga.

Comentarios

Entradas populares de este blog

“DIOS ME CUBRE CON SU MANTO”

“Un buen soldado de Cristo”

Jesús, fijando en él su mirada, le amó