La oración me suscita una misión.



La mujer dejó allí el cántaro y corrió al pueblo a decir a la gente: «Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será éste el Cristo?» Salieron, pues, del pueblo y fueron a verlo.
(Juan 4,28)

Gracias Señor por el regalo de la oración, te pido nos ayudes a ponernos en tu presencia, para recibir, tu Gracia,  el chorro de Agua Viva que salta hasta la Vida Eterna.
Gracias Señor por haber salido  a nuestro encuentro en los momentos cuando la sed apretaba, cuando más te necesitábamos y traernos a una comunidad en donde nos han enseñado a orar, a conocerte como Un Dios Vivo, con El que podemos hablar, escucharle,  conocerle como un Padre fiel, tierno, compasivo, amoroso, que nunca abandona a sus hijos, que aunque  ellos se alejen, Tú permaneces. GRACIAS DIOS AMIGO, COMPAÑERO DE MI VIDA.

Gracias Señor porque solo en la oración encuentro lo que mi vida y la de los demás necesitan, encuentro el Sentido a todo,  recupero mi Identidad, el porqué y el para qué de mi venida al mundo y el cómo vivir en él, gracias por tu presencia fidelísima en este momento de mi historia, a la situación de cada día; es tan bonito todo lo que Tú haces Señor en mi  vida,  por eso me encanta orar, por eso no puedo dejar de orar porque es salir renovado y con el corazón lleno de Gracia.

Esta experiencia de encuentro personal con la Palabra en la oración,  transforma la vida; la samaritana no regresó igual al pueblo, regresó feliz, gritando ¡Vengan, Vengan!
¡Yo lo he encontrado, vengan ustedes también a verlo, El tiene lo que necesitamos!, ¿No será El Cristo? Preguntaba pero afirmando, convencida, queriendo que ellos también creyeran,  como ella ya lo había hecho.

Como gritaría esta mujer, que rostro de felicidad tan grande tendría  que la gente le hace caso, ¿qué pensarían?, “tiene que ser El, el Mesías esperado, sino como esta mujer puede estar gritando “me ha dicho todo lo que he hecho” con tanta libertad? ¿Qué le ha dicho, que le ha hecho cambiar a esta mujer?”.
¡Qué cambio experimentamos Señor cuando nos encontramos contigo!, de esa conversación contigo, nuestra vida cuestiona a la gente, crea interrogantes que le hacen querer verte también personalmente, salir de su pueblo, de sus cosas cotidianas.

 Señor esta mañana te pido como esa mujer, “Danos de beber de esa Agua que calma la sed, que nos haga soltar los cántaros con el que salimos cada mañana, que cargamos todos los días, las cosas exteriores con las que buscamos llamar la atención para recibir mendrugos de simpatía, de cariño que siempre nos dejan con hambre, con sed.

Haz brotar en nuestro corazón con tu Palabra ese chorro que salte hasta la vida eterna, que nos convierta, que salgamos a dar en lugar de buscar recibir, porque dando se recibe, amando se encuentra el Amor, amando es que nos sentimos realizados, plenos, ¡danos de beber de esa Agua! como a esta mujer que la convertiste en un  chorro de amor, esa Agua Viva  con que le llenaste el corazón, le hizo cambiar de buscadora de amor, a repartidora, anunciadora del Amor, Señor que nunca te dejemos, que solo tengamos sed de este encuentro Vital, único, imprescindible, irremplazable, impostergable contigo diario.

Mamita María gracias por todo lo que has hecho pro nosotros, por lo que haces y harás, por ser nuestra Madre para siempre, ruega por nuestra fidelidad a la Palabra, a la Oración,  al testimonio de vida y al anuncio del Evangelio.

Dios nos bendiga.
Nila


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