Por la oración respondo al llamado de Dios
1 Sam 3,10
Yavé entró, se detuvo y llamó igual que las veces anteriores: «¡Samuel! ¡Samuel!» Samuel respondió: «Habla, que tu servidor escucha».A solas contigo Señor, quiero seguirte hasta que entienda tu llamado, y comprenda los caminos para los que me quieres llamar. Yo sé que tú me buscas y sólo esperas que responda, que reconozca tu voz, que sienta que esa voz me ha estado buscando desde siempre y me has buscado y me has amado con un Amor infinito, con ese amor que siempre he deseado y lo he buscado en todas las cosas, personas, lugares, situaciones de trabajo, de placer, de honor, te buscaba y no daba contigo.
Pero felizmente buscas a quien me ayude a reconocer tu voz, lo hiciste a través de Jaime, de sus misioneros y misioneras, discípulos que me enseñaron a reconocer tu voz, y dí con ella. ¡EUREKA! Encontré al Amor de mi alma y no lo soltaré jamás.
Eso es lo que quieres de nosotros que te amemos como nuestro único, Señor, Dios y nuestro Creador, que te lleguemos a amar, (ilusión mía) amarte como tú me amas.
Me viene a la mente, la pregunta que le haces a Pedro ¿Pedro me amas? Y él te responde ¡bien sabes que te quiero!, pero yo creo que tú deseabas que te contestara, Si, Jesús tu bien que te amo, y aún así le confiaste la Iglesia, en un hombre que te amaba con temor y temblor.
Me gusta la convicción de Pablo, cuando dice, Jesús, me amó y se entregó por mí, hay que entender tu amor para seguirte, sólo aquel que ama como tú Jesús, puede hacer responder a tu llamado, porque el que ama se hace tu seguidor. El amor de Pablo, por su llamado a ser apóstol, hasta decir por ellos sufro dolores de parto hasta que se hagan Cristo.
Yo quiero desde mi situación a responder al llamado que me haces, de amarte con todo mi corazón, mente y alma, para ser ese testigo fiel del amor que le tienes a todos los seres humanos y por quienes diste la vida. Hazme amarte para desear (Pregón del Evangelizador)
Que quiero colaborar con toda mi mente, corazón y fuerzas y de la forma más eficaz a la Redención y liberación de todos los hombres. Quiero que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Que todos puedan verse libres de toda esclavitud.
Porque quiero comunicar esta "buena noticia a los pobres, anunciar la libertad a los cautivos y dar la vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor" (Is 61,1-2). "Para hacer que los cojos anden, los leprosos queden limpios, los sordos oigan y los muertos resuciten" (Mt 11,5).
Y hacer realidad la de amar tanto a mis hermanos que sufra por ellos hasta que lleguen amarte como tú nos amas y dar la vida por tu reino.
María, madre del Amor a tu Hijo, que entregó su vida por amor, haz que en nosotros prenda el fuego de querer responder al llamado que nos hace el Padre y responder como Jesús: ¡Aquí estoy Padre, para hacer tu voluntad!
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