¡Cómo puedo decir mi ¡SI! María. ¡Enséñame!
Lucas 1,38
El
Padre, Jaime Bonet, nuestro fundador del Verbum Dei, dice:
El
sí de María nos extendió el poder de engendrar hombres nuevos, humanidad nueva,
unos cielos nuevos y una tierra nueva, todo un pueblo de Dios, con tal que
queramos hacer de nuestra vida un sí a su estilo, y con su radicalidad.
Lucas
1,38 Dijo María: «Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal como has
dicho.»
Es
la experiencia de María en oración, es el encuentro vivencial con la Palabra de
Dios, lo que hace posible el ¡SI! de María, que la hace ser esclava de su Dios
y Señor, la Palabra de Dios entra en la
vida de María, por eso es la amada por
Dios; ahí en el día a día viviendo como decíamos ayer en presencia de Jesús,
que es el buen vino.
María,
da su ¡SI! Por nosotros, nos abre horizontes de paz, serenidad, alegría para
apoyar el proyecto de Dios en nuestra vida, tiene conciencia de la misión que
le están encomendando. Es la Palabra de Dios que hace posible que con la
entrega de María y la de cada día, de
cada uno de nosotros consiga realizar cosas que nos parecen imposibles, es la
fe, la confianza en la Palabra de Dios, lo
que hace realidad esa humanidad nueva que habla el Padre Jaime Bonet, y
es posible cuando nos hacemos como el hijo de Dios “He venido a servir y no a
ser servido”.
María
da su respuesta olvidándose de sí, para
ser la servidora de los demás, es la
palabra que la va a acompañar por el resto de su vida y que demuestra una fe a prueba de todo, y
que lo mantiene porque sabe que al mantener
su ¡SI!, hace camino para
nosotros y nosotros hacemos para cuántas personas se crucen hoy en nuestro
camino.
Lucas
1,38 Dijo María: «Yo soy el servidor o la servidora del Señor, hágase en mí tal
como has dicho.» serían las palabras que cada mañana renovaríamos en diálogo
con Jesús, y ¿cómo puedo ser tu servidor
o servidora del Señor en mis hermanos?
¿Qué puedo hacer por ellos? Y a lo largo de todo el día, irás haciendo lo que
Jesús nos diga, dejar de mirarnos a nosotros mismos y ponernos en el zapato del
otro y ayudarle a encontrar una salida a su tristeza, depresión, cansancio, a
sus apuros, a su baja autoestima y al final del día pregúntate:
¿Cómo percibes la visita de Dios a través de su
Palabra ¿Fuiste ya una visita de Dios en la vida de los otros, sobre todo en
los más necesitados? La Palabra de Dios se encarnó en María. ¿Cómo la Palabra
de Dios está tomando carne en mi vida personal y ahí donde vivo, trabajo, en la
vida de la comunidad?
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