Te ruego delante de Dios y de Cristo Jesús:
Predica la palabra insiste a tiempo y a destiempo
2Tim 4,2
Vamos a intentar orar con el dinamismo de
la Palabra para ejercitarnos en él.
Me pongo en las circunstancias que Pablo,
misionero sobre todas las cosas por amor a Cristo, quiere que la Palabra llegue
a todos e insta sobre a sus hijos espirituales, a hacerlo. Dentro de los
cincuenta años recorriendo la Palabra, como decía la misionera Anita, en la
Convención, Jaime nos dijo: “Iréis por todo el mundo llevando la Palabra” y
como teníamos muy dentro del corazón a Jesús, se lo creímos, ese es el quid de
la cuestión, como Pablo tener a Jesús muy dentro del corazón para querer
anunciarlo y no dejar nunca de hacerlo, porque el amado tiene que ser conocido.
PREPARACIÓN
Nos preparamos para entrar en la oración
dentro de este marco de la Convención como ellos mismos dicen es una gozada ver
a esa viejas glorias, hablar con la emoción propia de quien están convencidas
de su misión y no dejar de hablar del Amado, porque cuando uno está enamorado
no se cansa de hablar del Amado, aunque los demás quieran callarte y aún en
medio de las persecuciones.
ESCUCHA LA
PALABRA
Te ruego delante de Dios y de Cristo Jesús,
juez de vivos y muertos, que ha de venir y reinar, y te digo: predica la
Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, rebatiendo, reprendiendo o
aconsejando, siempre con paciencia y dejando una enseñanza. 2Timoteo 2,4
Yo.- Qué me quieres decir Jesús, en tu Palabra, tan cariñosa como
insinuante, te ruego, cuando debíamos de reconocer como Pablo que la
predicación, “es un deber que me incumbe” si realmente te amo, me tiene que
salir espontáneamente este llevarte a conocer a mi familia, a mis vecinos,
enseñar a orar, formar escuelas de la Palabra etc.
Jesús: Yo lo sé, pero te hago
recordar que mi Palabra está en ti, Muy cerca de ti está la Palabra,
ya está en tus labios y en tu corazón. Ahí tienen nuestro mensaje, y es la
fe.( Romanos 10,6) porque mi Padre la inscrito en tu corazón, por lo tanto No
digas en tu corazón: ¿quién subirá al cielo? ¿Quién bajará al abismo?
, soy el que te hablo muy cerca, para
que tú después la prediques porque, las cosas que te
dije dentro de tu corazón ya sea en tinieblas, o a la luz serán oídas; y lo que
hablasteis al oído en los aposentos, será pregonado en los tejados. Lucas 12,3
ASIMILACIÓN DE LA
PALABRA
Yo.- Ahora sé que la Palabra de
Dios está en mi corazón, es la perla preciosa, el tesoro escondido (Mateo
13,44-46) que hay en mí, que mi corazón es el lugar donde Dios ha puesto su
tesoro, que es la Palabra.
Voy a
revolver un poco y quitar todo lo que me
sobra, todo lo que he acumulado errónea, equivocadamente o dejándome
engañar por las apariencias, quiero limpiar mi casa y buscar la Palabra que tú has dejado en mi corazón y
limpiarla de todo aquello que pudiera barrer: soberbia, egoísmo, ira, cólera,
pereza.
Jesús: Tal vez sea que tu corazón
está habitado por muchos ladrones que te roban la paz y sosiego y es allí donde
hablo, en la quietud de tu corazón. Y en
tu corazón hay muchos mercaderes que te roban mi Palabra, la cambian, la
relativizan, o la acomodan a su tiempo o tienes tantas cosas que hacer que
opacan mi Palabra o te dejas llevar por las falsas palabra de amigos, y te vuelves indiferente a mi Palabra
y pasas de largo, y si no me escucha en largos ratos de oración ¿Qué vas a
predicar?¿De qué vas a dar testimonio de mi? ¿Qué le dirás a la gente de lo que
te hablo?
Yo.- Señor, tú me has hecho el camino fácil,
dejando tu Palabra en mi corazón, y es más estoy en una comunidad que sólo se
dedica a la oración y predicación de la Palabra y ¿Por qué no predico a tiempo
y, rebatiendo,
reprendiendo o aconsejando, siempre con paciencia y dejando una enseñanza? Es
porque como me decías anteriormente, hay ladrones que me roban el tiempo para
orar, la televisión, las fiestas, sobre todo ¡el trabajo! Me absorben tiempo,
energías, y la vida se me va pasando, mi vida a merced de cualquier mercader,
que me compra mis ilusiones de vida eterna, mis anhelos de amar.
VIVE LA PALABRA
Yo.- Sé Señor que puedo tener paz, sosiego,
reposo, si ordeno mi vida, aún en medio
de las dificultades propias de esta vida,
sé que puedo darme tiempo para recuperar esa perla preciosa que has
dejado en mi corazón, que es tu Palabra y cogiendo la Biblia cada día, dándome
tiempo para mis formaciones, puedo
cuidarte en mi corazón
Jesús: Yo soy el Dios escondido que cuidará
de ti, y te daré fuerzas, pero sosiégate
y pon medios como el dialogar conmigo, y ahí
iremos resolviendo las dificultades de tu tortuoso camino, yo seré tu
descanso
Yo.- ¡Qué grande eres Señor!, que vuelves a
revelarte ante mí de nuevo y me recuerdas que sólo en diálogo contigo voy a
buscar maneras de vivir la Palabra y poder dar a tiempo y a destiempo la
Palabra oportuna, que les enseñe a mis hermanos cómo vivir de tu Amor y de tu
Palabra llena de Vida.
PREDICA LA PALABRA
De hoy en adelante quiero salir de mi mismo
y slir a los tejados y desde allí voy a proclamar tu Palabra a tiempo y a destiempo,
dejando siempre una enseñanza de vida a mis hermanos porque ¿Acaso se trae una
lámpara para ponerla debajo de un cajón o debajo de la cama? ¿No es más bien
para colocarla sobre el candelero? (Marcos
4,21-25)
Ahora
ponte tú de protagonista y empieza tu oración.
Pidamos
a María que nos acompañe en nuestra oración y nos ayude a provocar frutos
abundantes de vida eterna.
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