Qué quieres de mi María
Juan 2,  4-5

Juan 2,  4-5 Qué quieres de mi María. Entonces la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino.» Jn 19,26Jesús le respondió: «Qué quieres de mí, Mujer? Aún no ha llegado mi hora.» Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan lo que él les diga.» Juan 2,4-5
A mí me encanta  la manera cómo Jesús le pregunta a su madre, como algo especial, como si María le pidiera por primera vez algún favor, con qué solicitud le dice ¿Qué quieres de mi María? Habla María que estoy para complacerte, aunque a Él le parece qué aún no ha llegado la hora de hacer milagros, está dispuesto a concederle lo que María le pida, habla María ¿qué quieres de mí? ¿Por qué tendrá tanta eficacia los ruegos de María? Su eficacia procede del hecho de ser madre, ¿qué madre quiere que sus hijos estén tristes, vacíos? 

Jesús conoce a su madre y, su modo de ser de permanecer en esa presencia misericordiosa frente a los demás.

¡Jesús no tienen vino!,  y Jesús nuevamente le pregunta con la delicadeza y el respeto que merece Mará, ¿Qué quieres de mi mujer?

Y Jesús nos quiere enseñar lo que su Madre le enseñó a Él, a estar pendientes de los demás,   es decir en este caminar con el novio, Jesús, no hay vino, es decir no hay la alegría que necesita en la casa de la novia por la presencia del novio. Mateo 2,18-22

No puede haber tristeza mientras el novio esté presente y por eso con la confianza en su Hijo le dice:  “Haced lo que El os diga” la señala como el verdadero puente, porque María es la que intercede entre Jesús y nosotros que se nos acaba el vino, y Ella no simplemente se da cuenta de nuestras carencias  sino que está dispuesta a poner solución, Ella pide el vino que le falta a nuestra vida cambiando nuestra tristeza en alegría que da la fe  en la Palabra de Dios,  cuando la escuchamos y aceptamos, haciendo lo que Él nos dice.

Es la Palabra, el vino que acaba con nuestra sequía y transforma nuestra vida en una boda permanente con Jesús y convierte este vino en la presencia de Jesús, que es el mejor vino que hace nuestra vida  deje de ser estéril, vacía, incompleta.

Nuestras vidas ¡que importantes son para Jesús!, por eso María se encarga de cuidarla y nos invita a la alegría profunda de hacer realidad a ese “Dios con nosotros” y la verdadera alegría depende cuánto le escuchas y haces lo que Jesús te diga, en eso consiste la santidad a obedecer a Cristo en todas las cosas y Jesús nos dice quien me escucha y hace lo que yo diga tendrá vida en abundancia, y eso nos dice María si estamos pronto a llenar las vasijas vacías de nuestra vida (Juan 10,10)

Por eso, Jesús no hace los milagros con tacañería, después va a dar esa vida en abundancia en la multiplicación de los panes,  y los discípulos hicieron lo que Él les dijo y en nuestra vida también Jesús va obrando milagros al pedido de la Madre, que nos quiere dar el buen vino que es Jesús y nos va educando cada vez que obra milagros en nuestra fe, y,  que viene a hacer nuevas la tierra. 

María, siempre solícita, eres el puente que nos une a tu hijo, para que nosotros podamos hacer lo mismo con nuestros hermanos haznos generosos y que los que nos rodean prueben a nuestro lado siempre el mejor vino.


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