No te dejes arrastrar por el malo.
Rom 12,1-2
“Les ruego pues hermanos, por la gran ternura de Dios, que le ofrezcan su propia persona como sacrificio vivo y santo capaz de agradarle: este culto conviene a criaturas que tienen juicio. No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino más bien transfórmense a partir de una renovación interior. Así sabrán distinguir cual es la voluntad del Señor, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto.”
Señor te doy gracias por este nuevo día, gracias por la vida, gracias porque al despertar pones en mí el deseo de buscarte, de estar contigo, de escuchar tu Palabra, gracias Señor.
El corazón anda inquieto estos días, por terminar los proyectos del trabajo, por cumplir con los compromisos, o por no tener para cumplirlos, la corriente del mundo es fuerte no arrastra por el lado del activismo, del efectivismo, por el perfeccionismo.
Nuestro juicio, anda a veces perdido por muchas cosas, pero el Señor hoy nos sale al encuentro para decirnos: No te dejes arrastrar por la corriente del mundo, ¡despierta!, porque el malo, el que gobierna este mundo busca es separarte de mí, confundirte, tener tu mente ocupada en miles de cosas, cegarte, taparte los ojos del alma, para no ver la Luz que está viniendo, ¡El Salvador está muy cerca de nosotros!.
No sabemos distinguir bien cual es la voluntad del Señor, porque la mirada interior tiene delante otros intereses que no son de Dios… por eso pidamos la renovación interior. ¡Ven Señor Jesús!.
La renovación se nos irá dando a medida que luchemos contra la corriente del mundo, aunque el cuerpo, los sentimientos, las emociones, nuestra afectividad toda nos jale…nosotros nos ofrezcamos a Dios como un sacrificio vivo, “Señor esto que me preocupa, que no me deja tranquila te lo ofrezco, te lo entrego, para que Tú lo transformes, porque sola no puedo, sin la Fuerza de tu Palabra viviendo en mi interior todo me preocupa, me inquieta, no me deja tranquila, no me sale el buscarte, el tenerte como mi mayor prioridad”.
Todo es Gracia, el Señor nos invita siempre a pedirle, para poder ser ese sacrificio vivo y santo que nos dice San Pablo en su carta. “Les ruego pues hermanos por la gran ternura de Dios que ofrezcan su propia persona”…el Señor no quiere nuestra casa llena de luces artificiales, porque El es la Luz, no nos quiere perfectos para esperarle, viene para perfeccionarnos hacernos santos, por eso lo mejor es abandonarnos en El, dejarle trabajar en nuestro interior, poniendo nuestra voluntad entregada a su Voluntad, El Señor te quiere a ti y a mi preparados en la humildad para recibirle.
Señor renuévame, dame voluntad para buscarte a ti por sobre todas las cosas, renueva mis juicio, renueva mis prioridades, si estoy en un ambiente que se deja arrastrar por lo material, o estoy en un ambiente donde todos se quejan por la falta de dinero y se deprime……o la corriente del ambiente donde vivo tiende a buscar las diversiones, no permitas Señor que me deje arrastrar por las cosas superfluas, frívolas de torturarme porque no tengo para regalar, o para cenar, renuévame interiormente por tu Palabra, límpiame, renuévame Señor para distinguir lo que conviene lo que sea de tu agrado, lo santo, lo perfecto, porque de cómo viva esta navidades mis hijos también lo vivirán en su futuro, lo que me vean hacer, ellos lo harán, si vivo esta navidad y todos los preparativos contigo y para ti, cuando les toque también lo harán así. ¡Ven Señor! Ven a salvarme de esta corriente porque la trascendencia de lo que haga o no haga es grande.
Por mi ellos te conocerán o no. Que pueda ir contra corriente, no dejarme arrastrar por el malo que no solo busca perderme a mí sino a mis hijos, mi familia, que mi afán estos días ante sus miradas sea el esperarte con gran alegría Señor.
El ir contra corriente, el entrenarnos en decirle no a lo que no conviene, a la corriente del mundo
nos va haciendo más fuerte, nuestra voluntad se afianzará poco a poco más en las cosa de Dios que en las del mundo.
El Señor nos da más razones para estar alegres que las que nos ofrece el mundo… porque son razones de peso, razones fuertes, Jesús, nuestro Salvador, el que nos va a colmar de paz, de amor de alegría de fe de esperanza está ya tocando la puerta para dejarle entrar.
Así como quiero renovar este año, la decoración de mi casa, de mi arbolito, de mi ropero, así quisiéramos Señor buscar la renovación interior, sacar afuera los trastes viejos, limpiar mi corazón, todo mi ser, para recibirte, vaciarme de las cosas, intereses que llenan mi alma, sacudir, echar por fuera, el pesimismo, ¡Ven señor Jesús¡ tu eres mi alegría, la esperanza de mi corazón para vivir con alegría los años que me quedan por vivir, ¡ven Señor Jesús!, porque de mi renovación interior depende la vida interior espiritual de mis seres queridos. Padre dame de tu Fuerza para no dejarme arrastrar por el mal, te ofrezco mi vida para que nazca en mi tu amado Hijo Jesús.
Madre ven a mi corazón que te espera como una posada que abre la puerta principal para ti, que nos traes en tus entrañas purísimas la Salvación
Dios nos bendiga.
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