Pautas jueves

María contágianos tu esperanza

Lucas 1,26-38 

La mejor alabanza para María, es: Yo te saludo María, porque eres la gracia plena, Dios ha encontrado en ti todas las maravillas que un ser humano pueda tener, en ti me complazco por donde te mire, estás colmada repletamente de la abundancia de todas las gracias, eres la mujer perfecta para mis planes, eres la casa donde tranquilamente puede vivir mi Hijo muy querido, me bastas tú, para que Él nazca, para que Él se encarne, para que mi voz sea escuchada.

Eres la ciudad hermosa donde mi Hijo pueda pasear, adquirir ciudadanía de persona, no importa que no le den alojamiento al nacer, porque bastan tus manos amorosas, para acogerlo, porque mi plan no es Belén, no es dónde nacerá, ahí no queda, no importa que lo persigan o lo quiera matar Herodes y todos los Herodes del mundo, mi Plan no es tan pequeño para que termine allí.

A María le voy a entregar lo único que tengo, que es mi HIJO,  no tengo más, y se lo voy a entregar porque mi Plan va más allá de las circunstancias, de las personas, si lo quieren o lo aceptan, del tiempo, del que dirán, (Sof 3,17)  lo que hace el Padre es darse por entero,  auto donarse sin medida su Amor- Vida.

Por María,  mi Plan se hará realidad:  SALVAR  a todos los hombres y mujeres del mundo, Él atraerá a todos hacia mí, conseguirá que todos conozcan que hay un Padre que los ama tanto que les manda a su UNICO HIJO y por Él todos los seres humanos se constituirán también en mis hijos.
A través de María conocerán que mi Hijo es camino, Verdad y Vida para que todos sean felices.
Gracias María, por ser esa persona humilde, que no ofrece holocaustos, ni flores, ni incienso, ni limosnas, eres la mujer que supo entregarle, consagrarle su corazón a Dios,  ahí desde su humilde casita de Nazaret, su mente, su alma, todo tu ser lo pusiste a disposición de Aquel, que es tu todopoderoso.

Te confiaste a Él, sin objeción alguna,  ¡Sé en quién me he confiado! Él ha iniciado su obra en mí y la llevará hasta el final, (2 Timoteo 1,12) Madre cuánto que aprender de ti, de verdad, tantas gracias que no sabría qué pedirte, sólo sé que quiero sentir, tu amor de Madre y confiarme a Él, porque a ti Dios te debe escuchar con tanta solicitud, como tú te entregaste a Él, ¿Cómo entregar mi corazón a Dios? ¿Cómo confiarme con tanta confianza a Dios? Enséñame Madre a tener tu sencillez.

Dame el decir ¡SI! A los planes de Dios y para ello no se necesita más que la disposición de acoger la Palabra de Dios,  la actitud de querer cambiar mis planes de egoísmo, orgullo, soberbia a los planes sencillos de Dios, de: Amarlo con toda mi mente, mis fuerzas, mi entera voluntad. ¡Ayúdame, Madre a aprender a fiarme de Él.

He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Son tus palabras ejemplares que ojalá pudiéramos recitar cada mañana renovando nuestro compromiso con Jesús. Es el mejor ejemplo del abandono total y pleno, de la entrega sin reparos a lo que Dios pueda disponer. Toma nuestra Vida entera, a Ti te la damos…haz de ella lo que sea Tú Voluntad. Haznos un instrumento de tu fe, 

Hoy la  Iglesia Católica contempla la posición especial de María, INMACULADA CONCEPCIÓN por ser madre de Jesús de Nazaret y sostiene que Dios preservó a María  de todo pecado y, aún más, libre de toda mancha o efecto del pecado original, que había de transmitirse a todos los hombres por ser descendientes de Adán y Eva, en atención a que iba a ser la madre de Jesús, que es también Dios. La doctrina reafirma con la expresión "llena eres de gracia" (Gratia Plena) contenida en el Saludo del Ángel (Lc. 1,28) y en la oración del Ave María este aspecto de ser libre de pecado por la gracia de Dios.

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