Denles ustedes de comer

Pautas martes
Gracias Señor, por habernos llevado a una comunidad misionera, que Ora, vive de la Palabra y la anuncia, porque a través de la prédica de la Palabra hemos ido recibiendo la Vida, y porque hemos conocido “algo” que mucha gente no conoce, Alguien que es la solución para todo y por eso no lo podemos callar.

Hoy día nos propones encender el fuego en nuestros ambientes, dándoles de comer el Pan que da Vida Eterna.
El Señor nos ha dado ojos de discípulos, para ver el hambre de la Palabra de la gente, nos ha dado oídos, corazón y oídos de discípulos porque cuando oímos a las personas que se acercan a nuestro lado podemos decir “a esta persona le falta la Palabra, el hambre que tiene solo se llena con el conocimiento de Dios, si ella lo conociera”….El nos pone la inquietud por hacer algo…
Meditación. Mt 14,13-20
Cuando ya caía la tarde, sus discípulos se le acercaron, diciendo: «Estamos en un lugar despoblado y ya ha pasado la hora. Despide a esta gente para que se vayan a las aldeas y se compren algo de comer.»

16 Pero Jesús les dijo: «No tienen por qué irse; denles ustedes de comer 17 Ellos respondieron: «Aquí sólo tenemos cinco panes y dos pescados». 18 Jesús les dijo: «Tráiganmelos para acá.»

Referencias versículo 1919 Y mandó a la gente que se sentara en el pasto. Tomó los cinco panes y los dos pescados, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los entregó a los discípulos. Y los discípulos los daban a la gente. Referencias versículo 2020 Todos comieron y se saciaron, y se recogieron los pedazos que sobraron: ¡doce canastos llenos!21 Los que habían comido eran unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.
Los discípulos se acercan a Jesús preocupados por el hambre de la gente, pero también por ellos estaban fatigados…la tarde ya estaba cayendo…
Cuando ya caía la tarde, cuando hay hambre, cuando se siente el cansancio, el desánimo, el no saber qué hacer, el querer ya descansar que se vayan todos, cuando se siente el corazón despoblado, la soledad…..a veces nos acercamos a Jesús para pedirle lo que nosotros queremos, lo que creemos que estaría bien, “Diles que se vayan…Señor ya ha pasado la hora”, ya hicimos bastante….ya ha pasado mi hora, siento que ya no tengo fuerzas, el celo por tu casa que me devoraba se ha enfriado me pasa como a Elías que por falta del Pan me acobardo, ya ha pasado mi hora….(1Reyes 19), ya es tarde las personas tienen que comer pero no cuentes conmigo, diles que se vayan a las aldeas, que se vayan a otros lugares a buscar quien les ayude con su hambre.
Cuando dejamos de orar con la Palabra nos sentimos sin recursos para predicar porque no hemos escuchado la palabra, no la hemos asimilado ni vivido, no podemos ser testigos de lo que Dios ha hecho en mi vida, hace en mi vida, tengo experiencias pasadas que las repito y repito, pero Dios quiere que tenga alimento fresco para dar, y por eso nos dice como a los discípulos.
“Denles ustedes de comer”. Ellos no tienen por qué irse….acaso no hay alimento aquí?, Señor pero yo no veo nada, de donde voy a sacar la fuerza, para orar, para vivir tu Palabra en los ambientes donde trabajo, estudio me muevo cada día, donde no quieren oír tu palabra?.....”¿Acaso no estoy Yo aquí, contigo y con ellos?, Yo Soy el Pan de Vida, Yo vengo para calmar tu hambre y el de toda esa multitud que te rodea que espera que le anuncies la Palabra que es verdadero alimento.
Al orar le decía al Señor que fácil nos sale la justificación, la excusa, para no ir a la Escuela, para no predicar.
También escuchaba la la voz del Señor tan clara diciéndome “Yo también tengo hambre de ti de tu palabra, de que anuncies mi Palabra que es Vida que salva, que sana, que libera, tengo hambre de que confíes en mí, no despidas a nadie porque yo no los despido, tendrían que irse si no hubiera nada, pero en ti hay Alguien más que esos dos peces y cinco panes,(Luc 11, 29) no los dejes ir retenlos, dales el Pan que necesitan, no hay razón para que se vayan, Yo pondré palabras en tu boca, trae tu cesto con lo que tienes, tu falta de fe, tus miedos, tus vacilaciones, tu cansancio, tus excusas, acércate a mí, que yo te voy a hacer Pan de Vida para alimentar a mi pueblo, trae la Palabra que sientes que no te dice nada, vamos a dialogarla…trae todo a la oración.
Perdóname Señor porque muchas veces me miro solo yo y mis pocas fuerzas en lugar de mirarte a Ti de saber que aunque no hubiese habido esa tarde los cinco panes y dos peces, tu hubieses realizado el Milagro de alimentar a toda esa multitud, así como hiciste con mi vida, aunque no tenía nada, hiciste de mi miseria, de mis experiencias de vida alimento para dar testimonio de tu grandeza.
Gracias Señor, porque me haces ver que así como los peces y los panes no se aparecieron de repente por miles, sino que a medida que se iban dando iban “apareciendo” iban llenando la cesta, así haces con nosotros, a medida que anunciamos vamos recibiendo más.
Gracias Señor por este tiempo de Oración, gracias porque nunca te cansas de darme el Alimento que me da fuerzas para vivir tu Palabra y anunciarla, nunca me despides, nunca me dejar ir con hambre de la oración.
Gracias Madre porque cada día me acompañas, me llevas hacia Jesús, porque me amas y nunca me dejas, te pido Madre por cada uno de los discípulos, misioneros de la Palabra y que puedan siempre contar con nosotros para repartir el Pan de la Palabra, anunciar la Vida y la salvación por todo el mundo hasta los confines de la tierra.
Dios nos bendiga.

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