“Vayan y hagan discípulos de la Trinidad”



Mt 28, 18-20

Jesús se acercó y les habló así:
“Me ha sido dada toda autoridad en el Cielo y en la tierra.  Vayan pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia”. Mt 28,20

Ver a Jesús acercarse a nosotros  para decirnos algo que solo se le dice a los amigos de confianza, a los que se conoce bien, a los que esperas que respondan, no que hagan algo solamente por cumplir, sino que respondan al amor, y a la confianza, me hacía sentir tan cerca también de Él tan agradecida, tan amada  y digna de confianza.

 El nos llama cada día para estar con Él, (Marc 13), así como llamó a los que El quiso, para aprender de Él todo, su manera de enseñar, su sencillez para tratar a todos, pobres, ricos, leprosos, publicanos, pecadores, extranjeros como  la mujer siro-fenicia (Mc 7, 24-30), y luego darles su Misión,  así se acerca a nosotros que somos sus discípulos en esta etapa de la historia para hacernos sus misioneros, enviándonos a hacer discípulos.

 Me ha sido dada toda autoridad en el cielo y en la tierra. Vayan pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos….Bautícenlos en el Nombre del padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. HAGAN que sean discípulos de la Trinidad”….Señor como vamos a hacer que sean tus discípulos?. “Por la Fuerza del Espíritu Santo que se derramara sobre ustedes, para que sean mis testigos en Samaria en toda la tierra…(Hechos 1,8) Les enseñaran siendo testigos de lo que han visto y de lo que han escuchado, testigos con su vida y con su palabra.

Aquí contemplaba a la Trinidad interesada, en que todos los pueblos sean sus discípulos, que le sigan, que le amen, que le entreguen su vida para que su felicidad sea completa. (Jn 15,11)

Nosotros hemos visto a la Trinidad trabajar de manera poderosa en nuestra historia, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, nos han cambiado la vida, en un A.C y D.C….ya no somos los mismos de hace un año o diez, ha ocurrido en nosotros un cambio trascendental, mucha gente ni nos reconoce, y esto es porque nos hemos bautizado en el Amor Trinitario, hemos experimentado su fuerza, su poder, su amor,  nos hemos sumergido en El, hemos muerto y resucitado por el poder de la Trinidad por eso podemos enseñar, por eso podemos hacer discípulos, en su Nombre.es discípulo tiene que ser por fuerza misionero porque le nace dar testimonios, y si es misionero hará discípulos, es un ciclo, que se irá repitiendo generación tras generación hasta el fin de la Historia mientras permanezcamos con El. (Jn 15) Y en esa historia Jesús está con nosotros para que no nos falte la fuerza, El se queda.

Como miembros de la Iglesia de Cristo nosotros estamos obligados a ser misioneros y hacer discípulos, no es solo tarea de Verbum Dei, es de toda la Iglesia y  no es  algo opcional, Es nuestro deber desde el Amor, hacer discípulos para que la Palabra siga salvando generación tras generación…(1Cor 9,16)

Porque te amo Señor, quiero hacerte discípulos, que todos te amen, te sigan y enseñen a amarte a otros, porque en amarte a ti esta nuestra vida, nuestro descanso, siendo discípulos tuyos es que podemos pasar por el mundo superándolo todo, porque en tu Palabra nos enseñas a amar como tu amas, a perdonar como nos perdonas, a comprender, ser paciente, olvidar lo malo, no dejarnos llevar por la ira, siempre esperar lo mejor del otro dándole otra oportunidad al igual que tu nos das a nosotros para empezar de nuevo. (1Co 13)

Ayúdanos a enseñar lo que tu nos has encomendado, a ayudar a nuestra santa Iglesia a llevar el Bautismo de conversión en el Nombre de la Trinidad a todos los pueblos sin excepción así como Tú no nos exceptuaste a nosotros, que nuestro ejemplo y tu Palabra les enseñe a cumplir tus mandatos de amor, a hacer tu voluntad.

Madre de los apóstoles, Madre Misionera, discípula primera de la Trinidad, intercede por nosotros para que el Espíritu Santo encienda en nuestro corazón el fuego por la Misión para hacer discípulos de la Trinidad a todos los pueblos.

Dios nos bendiga.

Nila

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