Nosotros nos dedicaremos a la Oración y Predicación de la Palabra de Dios

Pautas domingo
Hechos 6,4;  Mateo 28,16-20

La Misión de Jesús  que todos los seres humanos sean sus discípulos para que ellos a su vez hagas a otros discípulos de Jesús, la misión de Jesús es una cadena interminable que se inicia con Él y nunca terminará porque Él estará en medio de sus discípulos hasta el fin de la historia.
Gracias Jesús por ser obediente a la Palabra de Dios y de vivir unido al Padre para saber poner en práctica sus deseos proyectos que el Padre tiene para la humanidad,  Él te los confió porque fuiste digno de su confianza, ¡a quién confía un Padre a sus hijos, sólo en aquel quien le inspira confianza y que sabe que va a llevar a cabo su obra hasta el final.
“La voluntad del Padre fue el alimento, gusto y agrado, el móvil y punto de mira de toda la vida de Jesús hasta su agonía y muerte en cruz. La voluntad del  Padre fue el tema y programa de su vida y enseñanza para los hombres. Jesús proclamó el cumplimiento de la Palabra, mandamientos y voluntad de Dios muy superiores a toda otra realización, honor o título por grande que fuese” (Est. VD. 24).
Ahora entiendo, Señor , porqué  “pasaste haciendo el bien” , “evangelizando a los pobres”  porque viviste la misión como fidelidad a los planes del Padre. Claro, tenías conciencia de enviado  por el  Padre, expresada cuando me dices : “Yo no hago nada por mi cuenta” ( Jn 8,28).
“Como el Padre me envió,  así te envío a ti” (Jn 20,21).  Gracias, Señor, pues tu conciencia de enviado me ayuda a creerme enviado, más Tú no quieres que me lo crea  sino que me viva también durante el día, en lo cotidiano, con esta conciencia. Gracias,  Jesús,  por hoy nuevamente, como cada día, enviarme a evangelizar.
En un mundo donde cada uno defiende su identidad  me gustaría defender,  como Pablo, mi propia identidad, la que Tú  me has dado ;  “la de tu siervo y apóstol por un llamado de tu parte, escogido para proclamar el Evangelio. Esta Buena Nueva, anunciada de antemano por los profetas en las santas escrituras y que se refiere a ti, Jesús, Hijo del Padre, Tú mi Buena Noticia, la Buena Nueva para todos los hombres” (Rom 1,1-3).
Hoy en nuestra sociedad hay muchos que anuncian, y nos anuncian productos que desean vendernos ; las filosofías , las ideas y hasta las religiones que quieren imponernos. También en tu Iglesia, en nuestra Iglesia  existen muchos evangelizadores que adulteran tu Palabra según su conveniencia.  Por eso hago mías éstas palabras que me diriges a través de Pablo : “predica la palabra a tiempo y a destiempo, insiste rebatiendo, amenazando o aconsejando, siempre con paciencia y preocupado de enseñar.  Pues vendrá un tiempo en que lo hombres ya no soportarán las sanas doctrinas, sino que se buscarán un montón de maestros según sus deseos.
Por eso, Jaime Bonet, con prontitud acoge el carisma que le regala el Espíritu Santo porque quiere curar a todos los hombres de la lepra del pecado y Dios se  confía a él, y lo hace su  instrumento, su luz para llegar a todas esas personas que aún no le conocen, que no se sienten hijos, que están fuera del hogar. “Hoy quiero llegar a cada rincón, por eso necesito habitar en tu corazón. Hoy gracias a ti me conocerán y los hombres crearán fraternidad” (Canción VD. ) 
Por eso toda su experiencia como fundador de Verbum Dei, está cargada de conversiones tanto a pobres, como a ricos, políticos, comunistas,  su ideal  de dedicarse sólo a la oración y predicación dio sus frutos de vida en su familia misionera Verbum Dei 
Señor, que tu celo me urja poner en práctica la misión, como respuesta a tu amor,  porque permanecer unido a ti desemboca en ella, y amor con amor se paga, evangelizar es amar.
“Como el Padre me envió, así los envío yo” (Jn 20,21). Gracias, Jesús, por enviarme otra vez a evangelizar con tu misma urgencia. Ayúdame a ser consciente que mi vida, como discípulo tuyo, no tiene sentido si no hay en mí la premura de anunciar la Palabra, como lo has hecho Tú, y como dice Pablo : “predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria ; es más bien un deber que me incumbe” (I Co 9,16-23). Te amaré, Señor predicándote, anunciándote incansablemente, a tiempo y a destiempo. No puedo hacerme sordo al mandato de amor que hoy  me das, cuando me dices : “vayan, pues, a los cruceros  de los caminos y, a cuantos encuentren invítenlos a la boda” (Mt 22,9-10).
María Madre de la Evangelización, enséñanos a ser como tú, urgida para que la Palabra se encarne en cada hombre que viene a este mundo y sea luz para todos hasta constituirnos un sólo hogar.

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