El que quiera reciba gratis Agua Viva.
Isaías 55,1 Ap 22,17 Ciclo: La inhabitación de la Trinidad. Tema: fuente de comunión
En esta semana de muchas maneras el Señor nos ha estado llamando a acudir a la Fuente de Agua Viva, y para terminar hoy El Señor insiste diciéndonos:
“A ver ustedes que andan con sed, ¡vengan a las aguas! No importa que estén sin plata, vengan; pidan trigo sin dinero y coman, pidan vino y leche sin pagar.” Isaías 55,1
Sí, nos llama a nosotros, porque hemos sido creados para beber del Agua Viva, hemos sido configurados para alimentarnos y beber del Amor Trinitario, bebiendo de esta Fuente es que podemos desplegar nuestra imagen y semejanza con la Trinidad, y poder también ser uno con nuestros hermanos amarnos como Ellos se aman, tener esa compenetración que tiene el Padre con el Hijo y el Espíritu Santo, este Misterio Divino del Amor, que ya vive en nosotros, y por lo cual lo normal seria que vivamos en comunión, unos con otros en un encuentro de hermanos, creando fraternidades, ambientes de vida y amor donde vayamos.
Cuando no vivimos en el amor sufrimos, porque estamos yendo a la contraria, el odio, los celos, la envidia, la soberbia, la avaricia, el pecado en general etc. hieren nuestra naturaleza divina que reclama desarrollarse en el amor en la unión con el prójimo.
El Señor nos llama a beber del Agua Viva porque sabe que rápidamente nos secamos y empiezan a aparecer todos esos síntomas de que nos estamos alejando de la Fuente Trinitaria, del Manantial del Agua de Vida y Amor: ….nos empezamos a aislar, a encerrarnos en nosotros mismos, andando cabizbajos y meditabundos, encerrándonos en nuestro cuarto, haciendo las cosas solos sin comunicarnos con los demás, levantando muros entre nosotros y los demás, “un hasta aquí nomás…hasta donde yo te permito” … Por eso ¡Vengan a las aguas!
Algunos podemos pensar que no estamos tan mal, pero El nos invita ahora a entrar a los profundo, a dejarnos sondear por el Espíritu Santo que penetra hasta lo más íntimo de nosotros para que descubramos que el origen de nuestras insatisfacciones en el trabajo, en el matrimonio, en nuestras relaciones con los familiares etc., está en que quizás no estamos acudiendo al verdadero manantial de Vida y Amor, o le dedicamos menos tiempo que a nuestras demás ocupaciones.
Lo que más me conmovía esta mañana en la oración era que no necesitamos nada para recibir lo que la Trinidad quiere darnos. Porque cuando le preguntaba: ¿Señor cómo me vas a dar el Agua Viva?, ¿qué tengo que hacer yo? me decía que solo tengo que desear con todo mi corazón, mi alma, mi mente, con todo mí ser recibirle.
“Oh Dios tu eres mi Dios, a ti te busco, mi alma tiene sed de ti; en pos de ti mi carne languidece cual tierra seca, sedienta sin agua”. Salmo 63,2
Parece tan fácil, pero nos cuesta ir a la Fuente a veces es más fácil acudir a otras fuentes en lugar de ir a la oración a recibir gratuitamente la Vida y el Amor que nuestro corazón busca con tanta ansiedad para recuperar la paz, la comunión, la armonía, la realización en el Amor.
“¿Para que llamas a Egipto? acaso te saciaran las aguas del Nilo?, ¿para qué llamas a Asur? Apagaran acaso tu sed las aguas del rio? Jer 2,18
¡Vengan! la invitación está dada, solo depende de nuestra decisión, si quiero ser feliz y ver felices a los que me rodean, soy yo la que tengo que primero ir a beber de la Fuente para ser manantial para ellos, si bebo de aguas turbias o contaminadas, eso será lo que daré de beber, aguas ácidas aguas amargas, que enferman y crean desunión.
“El Espíritu y la Esposa dicen “¡Ven!” Que el que escucha diga también: ¡”Ven!” El que tenga sed que se acerque; y el que lo desee reciba gratuitamente el agua de la Vida”. Ap 22,17
“ Y si acaso no supieres Donde me hallarás a Mí, No andes de aquí para allí, Sino, si hallarme quisieres, A Mí buscarme has en ti. …porque para hallarme a Mí Bastará solo llamarme que a ti iré sin tardarme, Y a Mí buscarme has en ti.” Sta Teresa de Jesús.
“Señor tu me llamas, y yo quiero también decirte ¡Ven Señor!, se que aunque no merezca recibir nada de ti, y al contrario sea la más pobre, que no tenga ni con qué pagar, Tu me amas, y me quieres dar gratuitamente del agua Viva de tu Amor, para convertirme en dadora de Agua Viva, para ir a calmar la sed de mis hermanos, y poder todos juntos ser generadores de comunión y unidad.
Pidamos a nuestra Madre nos enseñe a ser reflejo fiel del amor Trinitario para ir construyendo un mundo nuevo donde reine la unión y el amor.
Dios nos bendiga.
Nila
En esta semana de muchas maneras el Señor nos ha estado llamando a acudir a la Fuente de Agua Viva, y para terminar hoy El Señor insiste diciéndonos:
“A ver ustedes que andan con sed, ¡vengan a las aguas! No importa que estén sin plata, vengan; pidan trigo sin dinero y coman, pidan vino y leche sin pagar.” Isaías 55,1
Sí, nos llama a nosotros, porque hemos sido creados para beber del Agua Viva, hemos sido configurados para alimentarnos y beber del Amor Trinitario, bebiendo de esta Fuente es que podemos desplegar nuestra imagen y semejanza con la Trinidad, y poder también ser uno con nuestros hermanos amarnos como Ellos se aman, tener esa compenetración que tiene el Padre con el Hijo y el Espíritu Santo, este Misterio Divino del Amor, que ya vive en nosotros, y por lo cual lo normal seria que vivamos en comunión, unos con otros en un encuentro de hermanos, creando fraternidades, ambientes de vida y amor donde vayamos.
Cuando no vivimos en el amor sufrimos, porque estamos yendo a la contraria, el odio, los celos, la envidia, la soberbia, la avaricia, el pecado en general etc. hieren nuestra naturaleza divina que reclama desarrollarse en el amor en la unión con el prójimo.
El Señor nos llama a beber del Agua Viva porque sabe que rápidamente nos secamos y empiezan a aparecer todos esos síntomas de que nos estamos alejando de la Fuente Trinitaria, del Manantial del Agua de Vida y Amor: ….nos empezamos a aislar, a encerrarnos en nosotros mismos, andando cabizbajos y meditabundos, encerrándonos en nuestro cuarto, haciendo las cosas solos sin comunicarnos con los demás, levantando muros entre nosotros y los demás, “un hasta aquí nomás…hasta donde yo te permito” … Por eso ¡Vengan a las aguas!
Algunos podemos pensar que no estamos tan mal, pero El nos invita ahora a entrar a los profundo, a dejarnos sondear por el Espíritu Santo que penetra hasta lo más íntimo de nosotros para que descubramos que el origen de nuestras insatisfacciones en el trabajo, en el matrimonio, en nuestras relaciones con los familiares etc., está en que quizás no estamos acudiendo al verdadero manantial de Vida y Amor, o le dedicamos menos tiempo que a nuestras demás ocupaciones.
Lo que más me conmovía esta mañana en la oración era que no necesitamos nada para recibir lo que la Trinidad quiere darnos. Porque cuando le preguntaba: ¿Señor cómo me vas a dar el Agua Viva?, ¿qué tengo que hacer yo? me decía que solo tengo que desear con todo mi corazón, mi alma, mi mente, con todo mí ser recibirle.
“Oh Dios tu eres mi Dios, a ti te busco, mi alma tiene sed de ti; en pos de ti mi carne languidece cual tierra seca, sedienta sin agua”. Salmo 63,2
Parece tan fácil, pero nos cuesta ir a la Fuente a veces es más fácil acudir a otras fuentes en lugar de ir a la oración a recibir gratuitamente la Vida y el Amor que nuestro corazón busca con tanta ansiedad para recuperar la paz, la comunión, la armonía, la realización en el Amor.
“¿Para que llamas a Egipto? acaso te saciaran las aguas del Nilo?, ¿para qué llamas a Asur? Apagaran acaso tu sed las aguas del rio? Jer 2,18
¡Vengan! la invitación está dada, solo depende de nuestra decisión, si quiero ser feliz y ver felices a los que me rodean, soy yo la que tengo que primero ir a beber de la Fuente para ser manantial para ellos, si bebo de aguas turbias o contaminadas, eso será lo que daré de beber, aguas ácidas aguas amargas, que enferman y crean desunión.
“El Espíritu y la Esposa dicen “¡Ven!” Que el que escucha diga también: ¡”Ven!” El que tenga sed que se acerque; y el que lo desee reciba gratuitamente el agua de la Vida”. Ap 22,17
“ Y si acaso no supieres Donde me hallarás a Mí, No andes de aquí para allí, Sino, si hallarme quisieres, A Mí buscarme has en ti. …porque para hallarme a Mí Bastará solo llamarme que a ti iré sin tardarme, Y a Mí buscarme has en ti.” Sta Teresa de Jesús.
“Señor tu me llamas, y yo quiero también decirte ¡Ven Señor!, se que aunque no merezca recibir nada de ti, y al contrario sea la más pobre, que no tenga ni con qué pagar, Tu me amas, y me quieres dar gratuitamente del agua Viva de tu Amor, para convertirme en dadora de Agua Viva, para ir a calmar la sed de mis hermanos, y poder todos juntos ser generadores de comunión y unidad.
Pidamos a nuestra Madre nos enseñe a ser reflejo fiel del amor Trinitario para ir construyendo un mundo nuevo donde reine la unión y el amor.
Dios nos bendiga.
Nila
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