Espíritu Santo es el agua viva.


Juan 7,38-39 El
Gracias Dios Uno y Trino, porque tu Amor hacia cada uno de nosotros es grande y maravilloso, no hay Amor más grande que el tuyo, no tiene ancho, largo, ni altura es infinito, que cura nuestras dolencias, llena nuestros vacíos ¿Qué haríamos sin Ti? ¿Adónde iríamos? ¿Cómo andaríamos sin tu Amor? Sólo tu tienes la respuesta a nuestras ansias de un Amor Eterno.
La clave está en que sepamos dar con ese Amor que como la Samaritana dejemos a tantos maridos y que optemos sólo por aquel que calma nuestra sed, por eso nos gritas de pie, con voz potente para que te escuchemos: El que tenga sed que venga a Mí, pues el que cree en mí tendrá de beber, el que se sienta necesitado, el humilde que se conmueve ante sus Palabras, ese que tiene el corazón abierto y se reconoce hermanos de todos los seres del universo, porque todos somos barro y débiles, ese que cree en mí, que venga porque yo tengo el Agua de la Vida.
¿Y cuál es esa agua que nos ofreces, mi buen Jesús?
Ezequiel 47,12 Esa agua que sale del Santuario de Dios, del corazón de Dios, y que a sus orillas (en su vida) sólo dará frutos, aún en tiempos de sequía y será remedio para todos los males que tengan tus hermanos,
Aquel que experimenta el Amor de Dios como su fuente, que son sus entrañas, de ahí nace el Agua que es el Espíritu Santo, que conoce el corazón de Dios y del hombre. Ese es el regalo que Dios en su inmenso Amor ha decidido regalarnos, e insiste Jesús el que (Juan 14,15) cree en mi hará lo que lo les diga y Yo rogaré al Padre que les mande un Protector, es su promesa de no dejarnos solos.
Yo estaré siempre con ustedes porque el Espíritu de Verdad les enseñara todas las cosas y les recordará lo que Yo les he dicho (Juan 14,25)
Ese es el Don de Dios, si lo conocieras y quién te pide de beber (Juan 4,10). Te pido de beber porque sé que también tú puedes darme el agua que brota de tu corazón, pero cuando te he pedido tu agua estaba contaminada, no tenías un solo Objeto de tu Amor, Dios, sino que tenía muchos dioses( la TV, juegos, trabajo, sexo) que no te satisface y que te distraen, te dispersan y no te dejan ver el agua que hay dentro de tu corazón, que es el Espíritu Santo que te dice: ora, ama, sirve, sé sincero, fiel, y trabaja sin olvidar a los tuyos.
Por eso nuestra oración de cada día sería: ¡Ven Espíritu Santo, fuente de Amor inagotable, hazme ver la fuente de Amor que soy, que me lo crea y sea dócil a tu voz, para desplegar toda mi capacidad de amar, de ser generadora de comunión, de unidad en mi hogar, trabajo, universidad y ahí en el ambiente donde me encuentre!
Gracias Señor por el bien que me haces, porque sólo una persona que me ama tanto puede desear tanto bien para mí, como es hacer Vida lo que el espíritu Santo me va inspirand

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