Pautas día viernes
Por Jesucristo Dios perdono nuestras culpas e hizo derroche de su gracia y nos dio la Salvación
Romanos 5, 17-19
Te damos gracias Señor por el Don de tu Palabra, que realmente es donde queda manifestada tu infinita misericordia, porque podemos dialogar contigo que eres la Palabra misma eres nuestro compañero.
En la Palabra de hoy, vemos la imagen de Adán y Eva: hombres débiles, frágiles y rebeldes que querían vivirse sin Dios, lejos de la Fuente, porque no tenían un modelo, camino que seguir; pero tú Dios en tu inmensa misericordia y tanto amaste al mundo que enviaste a tu hijo (Juan 3,14) para que nosotros tuviéramos un camino que seguir y ese camino es Jesús, porque Él nos dijo : Yo soy el Camino, la verdad y la vida. (Juan 14,6)
Tú te hiciste camino para nosotros , hiciste trocha, en la selva no hay caminos y siempre necesitamos de una persona que con machete en mano vaya abriendo camino y los demás vayan pisando sus huellas, para que no corran el riesgo de caer en un hueco, pantano, o se desvíen del camino y se pierdan y eso es horroroso, vivir errante en la selva es ir de error en error, porque son lugares inhóspitos.
Lo mismo sucede con Jesús, el abre una trocha para que ningún peligro nos aceche, y con su Palabra nos guíe en continuo diálogo; como Él lo hacía con su Padre, por eso Él decía: No hablo ni hago nada sino consulto con el Padre.
Y por eso ya no somos vendidos al pecado, Jesús nos ha rescatado con su sangre, es un derroche de su gracia, porque nos compró con su sangre, y el precio es el Amor, para que viéndole aprendamos a ir por sus caminos de Amor.
Por eso ahora, para mí, es Cristo quien está sobre todas mis prioridades y entiendo que si no estoy con Él, nada tengo, El, ha asumido todo el pecado, y la herencia que el Padre nos dio, está garantizada, ya no hay nada que temer, sino creer y confiar en su Palabra, y así llegaremos a la Pascua. Ese es el camino que ha hecho Jesús para librarnos de las garras del demonio.
Escuchaba en una radio, el siguiente sueño de un hombre, que refleja lo que Jesús hace por nosotros.
Dice que un hombre soñó que estaba muerto y que antes de entrar al cielo, lo hicieron entrar en una sala, donde estaba el Padre, como juez y que él estaba en un tabladillo para ser juzgado y tenía a un lado su abogado acusador y en el otro lado a su abogado defensor.
Que primero lo interrogó el abogado acusador (Apocalipsis 12,10-11) y le dijo todo los pecados que había cometido en la tierra tantos que ni el mismo los recordaba y que se sintió tan avergonzado que no levantaba la cara; pero que su abogado defensor es Jesús, le decía al Padre: Tú me mandaste a la tierra para que ninguno se perdiera, yo he cumplido con lo que tú me has dicho, y que el Padre lo miraba; pero Jesús en tono de ruego de súplica le decía: Yo he muerto en la cruz y di la vida por Él, para que tenga vida eterna y Él está arrepentido de eso que ha hecho y que el Padre le sonrió y le dijo: “Hijo llévalo al lugar que tú le has preparado, su nombre está escrito en el libro de la Vida.
Jesús es nuestro defensor y ya no tenemos miedo al pecado porque como dice Teresita de Jesús: aunque mi pecado sea enorme yo no vacilaría en ir a los brazos del Padre. Por eso ir a la confesión de nuestros pecados sería una manera de estar vigilantes y no caer en la tentación.
Romanos 5, 17-19
Te damos gracias Señor por el Don de tu Palabra, que realmente es donde queda manifestada tu infinita misericordia, porque podemos dialogar contigo que eres la Palabra misma eres nuestro compañero.
En la Palabra de hoy, vemos la imagen de Adán y Eva: hombres débiles, frágiles y rebeldes que querían vivirse sin Dios, lejos de la Fuente, porque no tenían un modelo, camino que seguir; pero tú Dios en tu inmensa misericordia y tanto amaste al mundo que enviaste a tu hijo (Juan 3,14) para que nosotros tuviéramos un camino que seguir y ese camino es Jesús, porque Él nos dijo : Yo soy el Camino, la verdad y la vida. (Juan 14,6)
Tú te hiciste camino para nosotros , hiciste trocha, en la selva no hay caminos y siempre necesitamos de una persona que con machete en mano vaya abriendo camino y los demás vayan pisando sus huellas, para que no corran el riesgo de caer en un hueco, pantano, o se desvíen del camino y se pierdan y eso es horroroso, vivir errante en la selva es ir de error en error, porque son lugares inhóspitos.
Lo mismo sucede con Jesús, el abre una trocha para que ningún peligro nos aceche, y con su Palabra nos guíe en continuo diálogo; como Él lo hacía con su Padre, por eso Él decía: No hablo ni hago nada sino consulto con el Padre.
Y por eso ya no somos vendidos al pecado, Jesús nos ha rescatado con su sangre, es un derroche de su gracia, porque nos compró con su sangre, y el precio es el Amor, para que viéndole aprendamos a ir por sus caminos de Amor.
Por eso ahora, para mí, es Cristo quien está sobre todas mis prioridades y entiendo que si no estoy con Él, nada tengo, El, ha asumido todo el pecado, y la herencia que el Padre nos dio, está garantizada, ya no hay nada que temer, sino creer y confiar en su Palabra, y así llegaremos a la Pascua. Ese es el camino que ha hecho Jesús para librarnos de las garras del demonio.
Escuchaba en una radio, el siguiente sueño de un hombre, que refleja lo que Jesús hace por nosotros.
Dice que un hombre soñó que estaba muerto y que antes de entrar al cielo, lo hicieron entrar en una sala, donde estaba el Padre, como juez y que él estaba en un tabladillo para ser juzgado y tenía a un lado su abogado acusador y en el otro lado a su abogado defensor.
Que primero lo interrogó el abogado acusador (Apocalipsis 12,10-11) y le dijo todo los pecados que había cometido en la tierra tantos que ni el mismo los recordaba y que se sintió tan avergonzado que no levantaba la cara; pero que su abogado defensor es Jesús, le decía al Padre: Tú me mandaste a la tierra para que ninguno se perdiera, yo he cumplido con lo que tú me has dicho, y que el Padre lo miraba; pero Jesús en tono de ruego de súplica le decía: Yo he muerto en la cruz y di la vida por Él, para que tenga vida eterna y Él está arrepentido de eso que ha hecho y que el Padre le sonrió y le dijo: “Hijo llévalo al lugar que tú le has preparado, su nombre está escrito en el libro de la Vida.
Jesús es nuestro defensor y ya no tenemos miedo al pecado porque como dice Teresita de Jesús: aunque mi pecado sea enorme yo no vacilaría en ir a los brazos del Padre. Por eso ir a la confesión de nuestros pecados sería una manera de estar vigilantes y no caer en la tentación.
Comentarios
Publicar un comentario