El Amor del Padre manifestado en Jesucristo es nuestra Esperanza y certeza radical.



Rom 8, 31-38
Para empezar a leer nuestras pautas, nos ponemos en la presencia de Dios con mucha apertura con mucha fe, humildad y total docilidad  para acoger lo que nos quiera decir hoy día y vivirlo con total disponibilidad.
Porque el Señor siempre nos viene a decir algo, es el Único que puede decirle a nuestra vida Palabras de Vida y  Verdaderas, Palabras que transmiten amor, calor compañía, paz, todo eso que necesitamos cada día para poder vivir entre los hermanos siendo manifestación de ese Amor que vamos recibiendo.
Dios le ha dicho a nuestra vida Todo en Jesús, en El, el Amor de Dios se nos ha manifestado, nosotros hemos conocido la Vida eterna por Jesús, Hijo del Padre que ha venido para que tengamos vida y Vida en abundancia y por eso hoy nos viene  reafirmar que “nada ni nadie nos puede separar de su amor”.
¿Porque nos quiere asegurar  con esa certeza tan radical que nada ni nadie nos puede separar de su amor?, porque sabe que lo que más tememos los que le seguimos es el separarnos de su amor. Porque fácilmente nos separan de El: las pruebas, la aflicción, la persecución  el hambre, la falta de todo”.
Y es verdad no podemos vivir las pruebas de una enfermedad, de la falta de dinero, de trabajo, de ver el mundo que se desgarra no solo por la violencia en las calles,  sino que se desgarra víctima de la violencia familiar, y es duro reconocerlo que  ya no  solo  se mata  o  se viola en las calles,  también una madre mata, un padre viola, entre hermanos “de sangre”, se pelean, se abandonan, se estafan, se destruyen, se pelean por el poder, por  las propiedades, por “cualquier cosa”. Uno puede separarse fácilmente del creer en  el Amor de Dios si se desespera por esta visión del mundo.
Cuando escucho a alguien decir que no cree en Dios por las cosas que pasan en el mundo, me da mucha pena, porque digo: ¿Entonces donde está la esperanza de esta persona? ¿En lo que pueda hacer el hombre?, ¿qué es el hombre sin Dios?, con suerte si ha tenido buena formación, hará las cosas bien desde su profesión o sus sentimientos de buen filántropo, hasta que se canse y vea que no puede que el mal es muy grande, que la corrupción está en todas partes,  hasta que recapacite y se dé cuenta que el hombre solo no puede.
Para esta realidad se necesita un Poder más grande,  que cada hombre se haga un súper-hombre, que quiere decir en realidad un hombre de Verdad, ese Hombre ya se ha  manifestado, el Modelo perfecto de Hombre que el mundo necesita es Jesús que ya ha venido, que está entre nosotros tocando nuestras puertas, nuestros corazones para manifestarse al mundo a través de nuestras vidas, prestarle nuestras manos, nuestra humanidad para enseñar al hombre a vivir de Verdad en solidaridad con el resto de la humanidad, para  potenciar todo lo que ya tenemos en el interior, toda la vida de Dios con la que hemos nacido y que esta adormecida, entumecida.
Jesús nos está llamando a todos sin excepción para ser junto con El  constructores de una nueva humanidad.
Sería  tan fácil pedir o esperar que venga  hacerlo Otro, que sería el Dios que tanto reclamamos, que venga con una varita mágica y nos solucione la vida, que vuelva a hacer ese paraíso que tanto soñamos, que todo vaya perfecto que haya solo buenas noticias en mi vida. Esos anhelos todos los tenemos porque Dios nos ha hecho para vivir en un clima de Reino, que quiere decir vivir en un clima de amor, de paz.
Pero por eso nos ha enviado a su Hijo,  que no vino a quejarse ni a buscar que “alguien” cambie el mundo sino que El se hizo el Cambio, el amor de Dios se manifestó en Jesús, para decirnos que Dios está entre nosotros, que nada ni nadie lo separará de nuestro lado.
Para tener esa certeza de que Dios está con nosotros, necesitamos orar mucho, necesitamos estar con El mucho tiempo para preguntarle y decirle todas nuestras  inquietudes, porque necesitamos  respuestas que solo El nos puede dar, ¿En qué otro momento podría reafirmar mi fe en que  Su Amor es la única certeza para mi vida? solo en la oración recuperamos la certeza de que Cristo Rey sigue reinando, que nada ni nadie puede vencerle, que el mal no tiene poder. La Última Palabra en el mundo la tiene Dios, porque su Palabra siempre es Esperanza que levanta al afligido, viene en auxilio del perseguido, colma al que tiene hambre, fortalece al que vive la prueba del daño que el mundo le va haciendo.
Ni las fuerzas espirituales de los abismos nos pueden separar del Amor de Dios, porque Jesús está con nosotros hasta el fin de la historia,   El es nuestra esperanza para salir vencedores, su Amor por nosotros “no le permite dejarnos”, El amor que nos tiene es más grande que todo, que nuestros pecados que quieren separarnos de Él, Jesús nos ama más que su propia vida, “El me amó y se entregó por mi”.
 El ha venido para salvar al mundo para que nadie se pierda, vino a restituir el amor entre las familias, el respeto a la dignidad humana, el derecho a la vida. Solo yo puedo dejar que este mundo se vaya para abajo, con mi  indiferencia, o  mi irresponsabilidad frente a lo que les pasa a niños, mujeres ancianos maltratados.
En nuestra vida personal, necesitamos también encontrar que en la persecución, el hambre, cuando me falta de todo, amor, comprensión en la casa, cuando estoy entre la espada y la pared, hay Alguien que se hace fuerte,   en mí  y que viene en mi ayuda para decirme que por esas cosas no me puedo separar de Él,  que esas circunstancias son para conocer Cuan Grande es El, que  su amor por mi es más grande que todo lo que me pueda pasar, su amor es el único  que me viene a salvar, esta es mi certeza radical ¡yo tengo alguien que me ama y está conmigo y pase lo que pase nunca se va a separar de mi lado! Jesús es mi certeza de que esto es cierto porque él ha venido a manifestarnos el Amor de Padre y yo tengo que confiar en El, tener esa certeza radical en que El es mi Esperanza.  
¿Quién nos podrá separar del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús si compruebo que El es una persona real en mi vida? ¡nada!, por eso le agradecía al Señor por las pruebas, la aflicción, la persecución, el hambre, la falta de todo, los peligros o la espada…por todas esas situaciones que muchas veces me han  arrastrado  como oveja destinada al matadero”. Rom 8,36
¡¡Porque en todas ellas he triunfado gracias a Aquel que con su Amor me sostuvo, no me soltó de su mano, fue mi esperanza y certeza radical de que nunca se iba a separa de mi lado!!.
Ahora yo se que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni las fuerzas del universo, ni el presente ni el futuro, ni las fuerzas espirituales ya sean del cielo o de los abismos, ni ninguna otra criatura podrán apartarme del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús mi Buen Pastor.
Que nuestra Madre nos acompañe a vivir como ella la certeza de que Dios basta, que Dios Es, que Jesús la manifestación del amor del Padre es nuestra Esperanza.
Dios nos bendiga.
nila

Comentarios

Entradas populares de este blog

“DIOS ME CUBRE CON SU MANTO”

“Un buen soldado de Cristo”

Jesús, fijando en él su mirada, le amó