Todo lo que vives hazlo en Nombre de Cristo.




Buenos días, no dejamos de sorprendernos del regalo tan grande que la Trinidad nos ha hecho de hacernos partícipes de la misión de Cristo. La música de fondo que podemos tener para orar esta mañana es la invitación que desde el martes de la escuela de la Palabra nos hacían: ¡Vengan a trabajar a mi viña!” (Mt 20,1-7). Contemplar a Jesús como ese Señor dueño de la viña que sale a todas horas a contratar nuestro corazón. ¿Por qué Señor sales de madrugada, a las 9 am, al medio día, a las tres de la tarde, a las 9 pm y a las 11pm? Porque el corazón necesita ser contratado todo el día, fácilmente nos dispersamos, nos enredamos y nos quedamos atrapados en las cosas. Se trata de ser verdaderos participes de la misión de Jesús, de experimentar, de gustar y disfrutar de este gran don.

Por eso, esta semana el ejercicio diario de oración tiene como finalidad introducirnos en el motor que dinamiza la vida de Jesús, que le hace estar salido de sí mismo, sin tiempo desperdiciado, y con una intencionalidad bien clara: Que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. No es un activismo desenfrenado, ni una actitud de pasividad, sino un corazón contratado por la Trinidad.
·         Hablar de la misión del laico, es la experiencia gratificante y satisfactoria que realiza todo el ser, al experimentarse dinamizado interiormente por la llamada de Jesús: Tú también ven a trabajar a mi viña. Salir a todas horas para despertar tu corazón, para desinstalarlo de la comodidad, del adormilamiento espiritual para abrirse a nuevas situaciones, realidades que la fe las ilumina con una nueva luz. Salir para encontrarse con los hermanos hasta donde se encuentran.

Esta mañana experimenta que salgo para encontrarme contigo con la misma intencionalidad con la que contrate a mis trabajadores, hasta hacer arder tu corazón, porque un corazón seducido es un corazón enamorado, un corazón cautivado llega a todas las personas: hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación.

El amor experimentado en tu corazón por la construcción del Reino, por ser generador de comunión, por vivir mi misma misión es la llave que abrirá el corazón abierto de tus hermanos, es la llave maestra con la que inaugurarán esa experiencia de sentirse colaboradores de su misma misión. Es la experiencia de Pedro: Y ahora yo te digo: Tú eres Pedro (o sea Piedra), y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; los poderes de la muerte jamás la podrán vencer. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos: lo que ates en la tierra quedará atado en el Cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el Cielo.» (Mt 16,15)

Ahí te sitúo, en la experiencia de Pedro: …Y ahora a ti te digo… Donde nuestro nombre es vital oír de la boca de Jesús que nos habla al corazón de manera personal: Tú eres Piedra (Roca) eres vital en la iglesia, eres cimiento y te doy las llaves del Reino, con la que abres el corazón de tus hermanos, con la que seduces y no se podrán resistir. ¡Ánimo, no temas! Soy yo… No serás tú quien lo hará, soy Yo, que llegará a cada rincón de su corazón donde mi voz la escuchará: “Tú también ven a trabajar a mi viña”, porque su corazón no se resiste a alguien que le contrata el corazón, la vida sin dejar nada fuera, mi voz no se les hace extraña: hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; unidos por un solo bautismo, una sola fe, un solo Dios y Padre.

Gracias Señor por ver este sueño hecho realidad en nuestro fundador Jaime Bonet, Bonet, que con su vida movida por ti, enamorada, convencida, y cautivada ha llegado esta llamada a trabajar en la viña a los cinco continentes. Porque se creyó simplemente: que “todo lo que vivía lo podía vivir en nombre de Cristo”. Señor, ¿Qué significan estas palabras?
Se trata de saborear que yo recompenso tu corazón cuando me pongo de acuerdo contigo. Dice la Palabra de Dios: Viene con él su salario y su recompensa le precede. Por tanto,  Pónganse, pues, el vestido que conviene a los elegidos de Dios, sus santos muy queridos: la compasión tierna, la bondad, la humildad, la mansedumbre, la paciencia. 
Por encima de esta vestidura pondrán como cinturón el amor, que lo hace todo perfecto.  Así la paz de Cristo reinará en sus corazones, pues para esto fueron llamados y reunidos. Finalmente, sean agradecidos.

Que la palabra de Cristo habite y se sienta a gusto en ustedes. Tengan sabiduría para que puedan enseñar y aconsejar unos a otros; canten a Dios de todo corazón y con gratitud salmos, himnos y alabanzas espontáneas. Y todo lo que puedan decir o hacer, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Sobre la obediencia, (Col 3,17).
Es vivir la experiencia de fe, desde estas pistas que favorecen el desplegar este gran don. El ponerse el vestido que conviene como elegidos de Dios, para algunos nuevo, para otros poco vivido y para otros sin usar. Que la Palabra de Cristo habite y se sienta a gusto en ustedes…
Que grande que podemos contar contigo Señor, vivir y enseñar a vivir en TU NOMBRE.  Es contar con tu presencia viva, con tu bendición, y siendo tu nuestro testigo, el que aprueba todo lo que vivimos, esta es nuestra mayor recompensa, nuestra paga.
Madre ayúdanos a que esta certeza de fe: Todo lo que podamos decir o hacer, lo podemos hacer en su Nombre, para que contemos con él y podamos vivir en comunión con Jesús, en su misma sintonía y comunión que Jesús tiene con el Padre en el Espíritu Santo.

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